10 Razones Para No Enamorarme De Ti

VESTIDO

—¿Te gusta? —Me pregunta Kiran con una sonrisa.

—Es realmente hermoso, este lugar es realmente increíble, me encanta.

Estamos en un lujoso restaurante con vista al mar, el lugar es toda una maravilla, está oscureciendo y la vista es realmente sorprendente, la luna se asoma tímidamente haciendo la escena más romántica, nunca pensé que mi novio se le saliera lo detallista en un día como este, pero me encanta.

—Anto, tengo que decirte algo —murmura —es importante, en realidad solo espero que no te enojes conmigo.

Me giro y lo veo algo preocupado, en realidad quiero disfrutar el momento, me acerco y le doy un beso, uno de esos que son capaces de hacerte olvidar todo por un instante.

—Me encantas —me dice con una sonrisa y me devuelve el beso con la misma euforia.

Esa noche fue una de nuestras mejores salidas juntos, ver las luces de la ciudad a lo lejos y sentarnos en la arena a platicar por horas, después de todo había valió la pena darle una oportunidad, regresamos tarde a casa, papá no se molestó, pero sé que no confía del todo en mi novio.

🌸🌸🌸🌸🌸🌸

Los días pasaron volando, he tenido muchos trabajos y proyectos que han consumido mis días por completo, no he tenido tiempo de ver a mi novio, ya casi concluye el año escolar y los profesores parecen querer matarnos, gracias al creador es viernes, mañana será el cumpleaños de Kiran, estoy realmente emocionada.

—¿Qué piensas de este vestido? Es realmente hermoso, ¿te gusta Naty? —Pregunto mirando fijamente a mi amiga. 

Naty parece poco emocionada con la compra del vestido para el cumpleaños de Kiran, me mira, luego vuelve su mirada al celular, se encoge de hombros y deja de prestarme atención.

—Por qué tienes esa cara larga mujer, yo estoy emocionada y tú matas mi alegría, es el cumpleaños de mi novio y quiero verme bien, que al verme no pueda apartar los ojos de mí.

Ella niega con la cabeza, me gustaría poder leer sus pensamientos, pero no soy una adivina ni nada por el estilo.

—Ese vestido negro me gusta más, créeme supersticiosa o lo que quieras, pero no creo que sea buena idea que vayas, estarán sus amigos a los cuales conoces y sabes lo idiotas que son.

Le muestro una sonrisa y tomó el vestido negro, es lindo, me haría ver algo gótica, pero hermosa, lo reviso con cuidado, pero me llevó una sorpresa, estaba roto en la falda, suelto un suspiro de decepción.

—¡No puedes ser, está roto! —Exclamó angustiada.

—Primera señal de que debes desistir de esa invitación —me dijo mi amiga con una enorme sonrisa.

Niego con la cabeza, no pienso desistir, no creía que fuera una señal de los santos, podía encontrar otro vestido en la tienda.

—No importa, buscaré otro, eso no es un problema.

Continuo buscando otro vestido, eso no iba a desanimarme.

Después de tanto buscar encuentro uno de color azul, sería ese, ya que el negro no estaba disponible, ahora necesitaba unos tacones en color negro, empiezo con mi búsqueda, pero pronto me di cuenta de que no había de mi talla.

—No es posible que no haya ningún tacón en color negro en mi talla —me quejo algo angustiada.

—Lo lamento señorita —se disculpó la dependiente —pero hay muchos otros colores y estilos.

—Segunda señal mi amor, no vayas y todo estará bien.

Tomo unos en color plateado, se veían bonitos, camino hasta la caja y pago, tengo lo principal que era el atuendo, ahora necesitaba un regalo, miro en las vitrinas hasta que mis ojos se posaron en un lindo marco para fotos, una sonrisa se dibujó en mis labios, todo está solucionado, lo tomo, pago y salgo de la tienda.

—Tienes lo que querías, ahora déjame volver a mi casa, estoy cansada y lo único que necesito es dormir.

Mi amiga se despide de mí y me abandona, regreso a casa, coloco una foto nuestra en el marco de fotos y lo envuelvo, voy al baño, tomo una ducha y me siento en mi escritorio, miro por la ventana y él está allí mirando en dirección a mi habitación, levanto la mano y lo saludo.

Me muestra una sonrisa encantadora, toma su celular y me envía un mensaje.

—Kiran:

¿Me estás acosando Anto?

—Anto:

Lo admito, te acoso desde que llegué a este lugar.

Lo observo, reírse divertido, niega con la cabeza y empieza a escribir.

—Kiran:

Puedo ir a tu habitación y así podrás codiciarme de cerca cariño.

Me muerdo el labio, mi mente vuela en cuestión de segundos, no voy a negar que me gustaría poder besar esos labios carnosos en este momento.

—Anto:

Puedes venir, por mí no hay problema.

Observo esa sonrisa coqueta y mi corazón empieza a latir con fuerza, desaparece de mi vista por un segundo, salgo de mi habitación rápidamente, bajo las escaleras y camino hasta la puerta y abro, lo observo allí como todo un monumento masculino, sus labios carnosos me hacen la boca agua.

Lo tomó del brazo y lo acercó a mí, lo beso suavemente y saboreo sus labios, mi lengua explora su boca, me separo de él por falta de oxígeno.

Se remoja los labios, entre y cierra la puerta, estampa sus labios con los míos y con sus manos acaricia la piel de mis piernas, mi respiración se vuelve un caos, él me pega más a su cuerpo y puedo sentir lo duro que esta.

¿Por qué Kiran tiene que ser tan sexi? Me pregunto a mí misma, su boca se despega de la mía, su lengua húmeda viaja a mi cuello, diablos, esto solo terminará de una manera y sé cuál es, se separa de mí y su respiración es un caos total.

—¿Dónde estabas? Mañana es fin de semana, quiero ir contigo a algún lugar bonito, tú eliges esta vez.




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