2. Cazadores Legendarios. El Demonio Mayor

8. Una pelea de magos

Al día siguiente...

Torn decidió que sería mejor hacer la pelea al día siguiente, justo antes de la ejecución de Derex. ¿El motivo? Necesitaba prepararse para la batalla y quería tiempo para realizarse hechizos que le harían más fuerte y poderoso.

Cuando el equipo se dirigía al castillo junto a Torn, Eric se sentía nervioso, estaba dejando en manos de un desconocido la vida de un compañero suyo. Si él estaba nervioso… No se podía imaginar cómo estaba Stephen, que no había dormido nada por los nervios y tensión que tenía porque llegase ese momento. En cambio Torn, estaba tranquilo y confiado a pesar de que en pocos minutos tenía que luchar contra el que era el mejor mago del reino. Eric le echó un vistazo mientras miraba como se hacía paso entre la muchedumbre. Muchedumbre, que a medida que se iban acercando al castillo aumentaba más y más.

Llegó un momento en el que perdieron a Torn de vista debido a la gran afluencia de personas. No se preocuparon, ya que confiaban en que Torn no les diera esquinazo y asistiese a la batalla.

Cuando más se acercaban al castillo, más lento se movían, había tanta gente que quería ver morir a Derex que era imposible dar dos pasos seguidos. Tras intentar hacerse paso por la gente y no conseguirlo, decidieron tener paciencia hasta que lograron entrar en lo que parecía un patio del castillo. Para sorpresa del equipo, había un silencio que nunca antes había sentido, eso significaba que estaba ocurriendo algo. Rápidamente, se hicieron paso entre la gente hasta ponerse en una esquina, punto en el que veían el escenario que tenían en frente.  Ahí estaba Torn, que parecía estar hablando con lo que creían que era el gobernador, al fondo estaba Derex, que se lo llevaban del escenario recibiendo golpes para que anduviese.

– ¿Qué está pasando? – Se preocupó Stephen al ver a Derex desaparecer.

– ¡Pueblo! – Gritó el hombre que estaba al lado de Torn –. Este hombre de aquí – señaló a Torn –. Pondrá su vida en juego para salvar al desgraciado de Derex. Así que según las leyes, no podemos negárselo, empezando en breves segundos una pelea por la vida de ese deplorable humano – sentenció el hombre. De repente, toda esa gente que había ahí, empezó a gritar y a chillar de emoción por aquel acontecimiento sorpresa.

Aquél hombre se fue y mientras bajaba los pocos escalones que había y se dirigía a su sitio privilegiado, subía al escenario un chico joven, que tenía el pelo de punta y de color verde chillón. A continuación, se puso en el medio del escenario e hizo una reverencia al público, volviéndose la gente loca y empezándole a gritar.

– El campeón… – Se dijo Eric para sus interiores.

El gobernador ordenó silencio al público y al instante empezó la batalla bruscamente, sin ni si quiera darse un saludo entre los luchadores. El primero en atacar y de forma casi sorpresa, fue el mago joven, que empezó a quitar trozos del escenario que había justo detrás de Torn y cuando ya creía tener los suficientes, se los lanzó a Torn de forma brusca y agresiva. Torn consigue defenderse con un hechizo que hace disolver aquellos trozos y le devuelve el ataque en forma de bolas de fuegos.

El joven mago se vio sorprendido por la rapidez de Torn, recibiendo de lleno un par de bolazos como mucho, ya que rápidamente defendió el ataque convocando una gran ola de agua que consigue apagar el fuego e interrumpe a Torn.

Torn retrocede unos metros y decide atacar de nuevo, pero esta vez prueba algo diferente, invoca a una horda de pájaros y los obliga a atacarle, bajando en picado desde el cielo y consiguiendo hacerle unos cuantos arañazos en todo el cuerpo. El joven mago, sorprendido por el hecho de que alguien tan insignificante le haya hecho daño, se enfada y empieza a realizar hechizos fuertes y poderosos de magia directa y agresiva. Torn consigue parar el primero, pero el joven era tan rápido, que los siguientes cuatro hechizos le dieron de lleno, dejándole tirado en el suelo y tiritando de dolor.

Eric vio la escena desde abajo, estaba conmovido, Torn estaba en el suelo derrumbado y el rival se estaba preparando para lanzarle un ataque definitivo. No podía permitirlo, era incapaz de ver como alguien que ayudó a salvar a sus compañeros, estaba en el suelo, sufriendo e indefenso y a punto de morir. Tenía que hacer algo, así que se apartó del escenario y se escondió detrás de una columna, dónde creó la conexión con la naturaleza e hizo caer un rayo que le dio de lleno al joven mago, no lo suficientemente fuerte como para matarlo pero tampoco lo suficientemente débil como para no hacerle nada.

El público, que estaba enloquecido por la pelea, se quedó en silencio al ver aquella increíble escena. También lo hizo el gobernador, que se le quedó la boca abierta al ver que su mejor guerrero quedaba expuesto a la derrota.

Torn, si saber que había ocurrido, se levantó y se giró, visualizando a su enemigo a unos pocos metros de él. Estaba con los ojos abiertos como platos y quieto como si fuese una estatua. Se acercó andando tranquilamente y en alerta por si acaso podía atacar, pero cuando se puso al lado de él y le inspecciono, descubrió lo que le pasaba, estaba completamente paralizado. Así que tan solo hizo una cosa, le empujó, cayéndose al suelo con los ojos perdidos en algún lugar y sin poder hacer nada.




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