2. Cazadores Legendarios. El Demonio Mayor

13. Un plan para salir de ahí

Eric, Sarah y Katherine estaban tirados en el suelo descansando, se habían pasado unas cuantas horas quitando escombros de los edificios derruidos y ayudando a la gente que lo necesitaba. Hicieron un último esfuerzo con la ayuda de los ogros para quitar el gusano del lugar en dónde había caído y lo tiraron a la lava. Cuando el gusano desapareció en el mar de lava, sonó una alarma por toda la civilización y de repente apareció por encima del nivel de la lava, una puerta horizontal que poco a poco empezaba a tapar todo aquel lago hasta que lo cerró al completo, quedándose todo a oscuras.

– ¡Vosotros! – Les gritó el hombre –. Acompañadme a mi casa, ya que dudo que tengáis sitio para pasar la noche – el hombre empezó a caminar a su honesta casa.

El equipo le siguió y se adentraron en la casa, dándole las gracias por el ofrecimiento. Ahora sí, mientras esperaba a que el hombre les dijese algo, Eric se pudo fijar en los detalles de la casa. La decoración era simple, tenía tan solo un mueble en todo en salón, parecía nuevo y estaba vacío. En el centro había una pequeña mesa que estaba rodeada de dos sillas de madera que tenían un mal aspecto y que ninguno de ellos se fiaría de sentarse ahí. Por último, un una esquina había un pequeño sofá que parecía estar más duro que el propio suelo.

– Sentaos por favor – les ofreció el hombre mientras encendía una vela que había sacado de una habitación continua al salón.

– Te tienen mucho respeto ¿no? – Le insinuó Eric –. He visto cómo te miran los ogros y no lo hacen con la cara de mala leche que nos ponen a nosotros.

– Eres muy avispado – le dijo el hombre sentándose en una de las sillas –. Efectivamente, me tienen respeto por qué soy la segunda persona más veterana que queda aquí, y quieras o no, el respeto es lo único que queda por aquí – le respondió el hombre mirándole.

– ¿Y quién es el miembro más veterano? – Preguntó Katherine con curiosidad.

– Quién si no, el que no quiere ser nombrado – tosió el hombre.

– ¿El qué no quiere ser nombrado? – pausó Eric –. ¿Esto qué es? ¿Harry Potter? – Se lo tomó con ironía Eric.

El hombre le miró con una cara extraña al no entender lo que le había dicho Eric.

– Dejémonos de tonterías Eric – se puso sería Sarah –. Gracias por ayudarnos y gracias por darnos alojamiento, pero yo creo que ya va siendo hora de planear algo para salir de aquí – dijo Sarah de forma convencida.

– Tienes razón… Con todo este jaleo no he podido pensar en un plan de huida – dijo Eric yéndose a una ventana.

– Salir de aquí es imposible… – Les interrumpió el hombre de forma brusca.

– ¡No digas eso! Tiene que haber alguna forma ¿no? – Se preocupó Katherine –. No quiero pasar el resto de mi vida aquí…

– ¿Nadie ha conseguido huir de aquí? – Le preguntó Eric al hombre con pocas esperanzas.

– Hubo alguien que…. – Intentó el hombre recordar la historia –. Que logró salir de aquí a través de la lava, o eso decían los antiguos habitantes.

– ¿A través de la lava? ¿Qué dices? – Se quedó a cuadros Sarah.

– Se dice que aquel hombre se fue andando por la lava como si fuese el propio Lucifer hasta llegar a la parte más lejana del lago, dónde al parecer, se introdujo en la lava y nunca más volvió – dijo el hombre mirando las caras de curiosidad que tenían los tres.

– ¿Cómo va a volver? ¿Si se debió de fundir en la lava? – Dijo Katherine perdiendo las últimas esperanzas que le quedaban.

– ¿Puede ser eso posible? – Le preguntó Eric con curiosidad acerca de esa historia.

– Puede ser, en la parte más lejana del lago el fondo es mucho más profundo que aquí, así que si hay algo tiene que ser ahí – le respondió el hombre con serias dudas.

– Eso en una locura Eric, ¿cómo vas a bajar hasta al fondo sin que la lava te funda? – le sugirió Sarah.

– Puedo crear una esfera de aire en la que entrásemos los tres y así poder descender hasta el fondo, dónde buscaríamos algún tipo de salida – dijo Eric llenándose de esperanza.

– ¿Estás loco? – Se sorprendió Sarah por la barbaridad que acababa de decir Eric.

– Es nuestra única oportunidad Sarah, al no ser que tengas algún plan más seguro y que sepamos que funcione claro – le respondió Eric un poco enfadado porque Sarah no confiaba en él.

– ¡Lo que pretendes hacer es una locura! – Le gritó Sarah empezándose a enfadar –. ¿Cómo vas a llegar al fondo del lago sin que te vean?

– Yendo de noche – interrumpió el hombre –. Por la noche todo el mundo descansa, así que si sois capaces de robar la barca del jefe y llevarlo a pulso hasta el fondo del lago… Puede que cuando se abran las puertas, seáis capaces de poder hacer lo que decís.

– ¿Es eso posible? – Se interesó Eric.

– Si. Si lo hacéis todo de forma rápida, yo creo que podéis llegar al fondo del lago antes de que las puertas se abran… – Pausó el hombre –. Lo único que es más complicado es robar la barca…

– ¿En dónde se encuentra la barca? – Quería más detalles Eric.

– La barca está en el embarcadero que tiene el jefe en su propia casa. Tiene mucha seguridad, así que esa parte va a ser la más difícil de todas.




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