El equipo llegó al colegio lo más rápido que pudo, ya allí, se encontraron con un gran alboroto de personas, niños, jóvenes y cazadores. Consiguieron avanzar por esa marabunta de gente hasta que se toparon de enfrente con el director de la escuela.
– ¿Sarah? – Dijo un hombre que llevaba puesto un traje de alta calidad.
– ¿Samuel? –Se sorprendió Sarah y se paró en seco –. ¿Eres tú?
– Así es, en carne y hueso – respondió Samuel con una leve sonrisa en su cara.
– ¿Qué haces aquí? La última vez que supe algo de ti fue hace años, cuando estabas de profesor en San Francisco – dijo Sarah mientras le echaba un vistazo.
– Pues aquí me tienes – dijo Samuel haciendo un gesto a sí mismo –. Director de esta preciosa escuela.
– ¿Eres el director? –Se sorprendió Sarah –. Sí que has avanzado, sí. Me alegro por ti.
– ¿Qué ha pasado? –Habló Eric, que estaba preocupado y sentía curiosidad por saber todo lo ocurrido.
– ¿Y tú eres? –Le entró curiosidad a Samuel por saber quién era.
– No tenemos tiempo para eso – habló Stephen mientras aparecía de entre la gente –. Responde a su pregunta.
– Yo no vi nada. Estaba en el despacho cuando vi a los críos correr hacia la puerta. Salí al pasillo para ver qué pasaba y noté que algo iba mal, noté una presión enorme en mi cabeza, parecía que me iba a explota. Me iba a quedar para ver de qué se trataba, pero mi secretaria me obligó a salir de ese sitio. No sé lo que habrán visto, pero las caras de los niños lo dicen todo, ahí dentro hay algo malo, muy malo… –Dijo el Samuel de forma seria y con la mirada pérdida en los críos.
– Tenemos que entrar – dijo Eric hablando muy en serio.
– El líder de esta misión os estaba buscando, se encontraba en la entrada del colegio – dijo Samuel para ayudarles.
– Gracias Samuel – le mostró su gratitud Sarah.
– Ten cuidado – dijo Samuel preocupado –. No quiero perder a más ex–alumnos.
El equipo se metió de nuevo en el gentío y avanzó unos metros hasta que llegaron al perímetro de seguridad, dónde enseñaron a los cazadores que estaban vigilando el tatuaje que mostraba que eran uno de ellos. Pasaron el perímetro y avanzaron unos pocos metros hasta que alguien que estaba detrás de ellos les gritó.
– Os estaba esperando – dijo alguien por detrás mientras se acercaba a ellos.
Todos se giraron y vieron como un hombre de edad mediana, que llevaba ropa militar y portaba varias armas en su cinturón, se acercaba a ellos.
– Soy el encargado de esta misión – se presentó el hombre –. Vuestra directora me avisó de que venían, así que les hemos esperado para realizar un plan conjunto. ¿Tienen algo en mente?
Eric no había pensado en ningún plan, habían salido tan rápido de la central que no había pensado en nada. Se quedó en blanco.
– Dejádnoslo a nosotros – habló Sarah al ver que Eric no decía nada –. Si tenemos algún problema os avisamos. Lo único que necesitamos que hagáis es despejar todo esto, mandar a la gente a sus casas, necesitamos que todo esto esté vació por las moscas, nunca se sabe que podrá pasar – propuso Sarah.
El hombre asintió y a punto se estuvo de ir de no ser porque Eric le preguntó una cosa.
– ¿Se sabe algo del enemigo? ¿Dónde está?
– Nada – dijo el hombre –. Hemos analizado el colegio y en todos los rincones hay los mismos niveles de maldad, así que no hemos podido encontrarle. Puede estar en cualquier lugar – sentenció el hombre.
– Gracias, ya se puede marchar – asintió Eric.
Eric se giró hacia el colegio y se quedó pensando en que hacer. ¿Qué sería lo mejor para el equipo? ¿Cómo iban a derrotar al hechicero? ¿Irían separados o juntos? ¿Serían capaces de derrotarlo? Todos esos interrogantes se vieron interrumpidos cuando Sarah habló.
– ¿Qué hacemos? ¿Algún plan? – Preguntó Sarah al equipo.
– Entrar juntos y matar a ese bastardo – dijo Stephen sin apenas dudarlo.
Todos se quedaron esperando a la contestación de Eric, él era el líder y siempre tenía la última palabra. Tardó unos segundos en darse cuenta de que todo el mundo le miraba, así que reaccionó y habló.
– Si, ¿no? No tenemos otra opción, así que entremos a por ese demonio y acabemos con él de una vez por todas. Permaneced juntos y tener cuidado. No sabemos en dónde está. Puede estar escondido en cualquier sitio, así que estar en alerta – ordenó Eric mirando a todos uno a uno.
Eric fue el primero en moverse. Avanzó con paso firme hacia la puerta principal del colegio. A un par de metros de él, iba Derex y al final del todo, el resto del equipo. Todos tenían dudas de ese plan, no era lo mejor siendo el lugar que era. Podían recibir una emboscada en cualquier momento, pero es cierto que no iban a perder esta gran oportunidad.
Derex coge a Eric, estaba igual de nervioso que él, sobre todo al saber que de él depende que el hechizo funcione. Entran juntos en la escuela y justamente cuando pisan el pasillo, la puerta por dónde habían entrado se cerró de golpe. Se miraron sorprendidos y retrocedieron unos metros hasta llegar a la puerta. Intentaron abrirla, pero eran incapaces de hacerlo, así que Derex recurrió a la magia, pero tampoco lo logró al ver que la puerta estaba protegido con algún tipo de hechizo. Eric probó con su fuerza primigenia, pero tampoco lo consiguió, no lo movió ni un solo centímetro.
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Editado: 19.05.2024