3. Cazadores Legendarios. Las Reliquias del Rey Mistico

14.De camino a la montaña

Media hora después, todo el batallón junto con Eric, andaban por la llanura en dirección a la montaña. La previsión era llegar antes de anochecer, pero como eran tantas personas, no sabían si iban a ser capaces de lograrlo.

Un poco detrás de los primeros soldados, iban Eric y Ryan, que no dudaron en empezar a hablar en cuanto se alejaron un poco del pelotón central.

– Oye Ryan– habló Eric –. ¿Por qué me estabas vigilando?

– Solo era para ver como estabas – respondió Ryan intentando evitar la pregunta.

– Di la verdad Ryan– se enfadó Eric –. Sé que estas mintiendo – subió un poco el tono.

– Vale, vale –Ryan no tuvo más remedio que decir la verdad –. Me aburro y para pasar el tiempo me meto en tu mente. Es lo único que me mantiene ocupado y entretenido.

– ¿Qué haces qué? – Se exaltó Eric.

– No es fácil entretenerse aquí – dijo Ryan viendo como Eric le echaba un mal de ojo –. Lo siento. No lo volveré a hacer, aunque tú podías haberlo impedido. Tan solo tenías que bloquear la mente y ya está.

– Y yo que sabía que se podía hacer eso – masculló Eric –. Cuando vuelva a la Tierra será lo primero que haga – refunfuñó.

– No era mi intención Eric –Ryan intentó disculparse –. No sabía que podía afectarte tanto...

– ¿Afectarme? –Gritó Eric –. Has visto todo lo que he hecho... – pausó para pensar –. ¿Vistes lo qué ocurrió en la cabaña con Katherine? – Eric se temía lo peor.

– ¡Por supuesto! – Afirmó Ryan–. Y traerá consecuencias, por cierto.

– ¿Qué consecuencias? –Curioseó Eric.

– También he visto como tu relación con Sarah mejora y crece –Ryan miró a Eric –. Me alegro de que os veáis bien juntos.

– Ahora estará destrozada... – Eric recordó que actualmente estaba muerto.

– Ya lo superara cuando vuelvas – respondió Ryan sin más.

– Por supuesto – afirmó Eric –. Y también me matara por todo lo que he hecho...

– ¡Ah! – Exclamó Ryan–. ¡Y Samanta! La tienes que cuidar muy bien. Sera una excelente cazadora legendaria. Te ayudara en el futuro con tus peleas importantes.

– Samanta... – Eric se acordó de ella –. En que estará pensado ahora...

– Una última cosa Eric –Ryan se paró y se quedó mirándole –. Mantén a toda costa tu relación con tus compañeros. Ya sé que no te caen bien todos, pero te serán útiles en un futuro no muy lejano – insinuó Ryan.

– ¿En un futuro no muy lejano? – Se extrañó Eric.

– ¡Ryan! – Gritó alguien detrás de ellos.

Ambos se giraron y vieron como un chico de la edad de Eric se acercaba corriendo hacia ellos.

– Me ha costado cogeros – dijo el chico parando de correr al llegar a sus posiciones.

– ¡Alex! – Dijo Ryan–. Cuanto tiempo sin verte.

– Lo mismo digo Ryan– respondió Alex –. Cuando supe que estabas con el cazador primigenio, vine corriendo hasta aquí.

– ¿Otro qué quiere conocer a Eric? – Dijo Ryan molesto.

– No vine por eso – se quejó Alex –. Solo quería unirme a vosotros. Me vendría bien algo de acción, ya sabes.

– Ya – dijo solamente Ryan mientras reanudaba la marcha de nuevo.

– Tú debes de ser el cazador – habló Alex –. Un placer – le ofreció la mano –. Soy Alex, amigo de Ryan.

– Eric – Eric le dio un leve apretón de manos.

– ¿Sabes el motivo del por qué alguien del mundo de los vivos ha entrado aquí? – Le preguntó Alex mientras empezaba a seguir a Ryan–. Hay todo tipo de rumores…

– No – mintió Eric –. No tengo ni idea… –Miró a Ryan de reojo y vio que él también le miraba de esa manera.




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