3. Cazadores Legendarios. Las Reliquias del Rey Mistico

28. La pelea definitiva

De vuelta en la central...

Eric abrió los ojos y no tuvo tiempo de reaccionar cuando se vio sorprendido por Sarah, que le estaba dando besos por todos los lados de la cara. Finalmente, los labios de los dos se encontraron y se besaron apasionadamente por unos segundos. Justo hasta que Derex les interrumpió.

– ¿Qué leches ha pasado ahí dentro? – Preguntó Derex sorprendido.

– Gracias Eric – susurró Sarah mientras se miraban el uno al otro a pocos centímetros de distancia –. No sé qué haría sin ti – se abrazaron.

– ¿Queréis dejar de ser unos tortolitos y responder mi pregunta? – Insistió Derex.

– Ya sabes que iría a cualquier parte del mundo si tuviera que salvarte – dijo Eric.

– ¡Argh! – Desistió Derex.

– ¡Chicos! Los refuerzos ya han llegado – informó Julia.

Eric y Sarah se separaron y efectivamente confirmaron que los aliados ya habían llegado. Cientos de lobos, vampiros y elfos aparecieron por la parte trasera de la central. Avanzaron unos metros hasta que se pararon cuando llegaron a la altura de los cazadores.

– Esto significa que ya estamos listos... – Dijo Eric mirando a Sarah.

– Voy a avisar a los cazadores que queden dentro para que se unan a la batalla – Stephen se metió en la central.

– Bueno chicos – Eric se dirigió a sus compañeros –. Una vez más debemos de luchar por salvar La Tierra, pero en esta ocasión, también está en juego los cazadores. Así que lucharemos hasta el fin del mundo con tal de conseguir nuestros objetivos – pausó –. No me gusta mentir, pero puede que esta sea la última vez que nos veamos. Así que por favor, tened mucho cuidado y no os perdáis de vista los unos a los otros – finalizó el discurso.

Eric acabó de hablar y Stephen salió de la central con los pocos cazadores que se encontraban en condiciones de luchar. Seguidamente, Eric asintió hacia Sarah para que ella quitase la capa mágica, pero antes de hacerlo, ella se acercó de nuevo a Eric y se volvieron a besar. Ahora sí, dio dos pasos al frente y se preparó para quitar las defensas.

– ¡Espera! – Gritó Julia –. ¿Cómo vamos a diferenciar nuestros elfos, vampiros y lobos respectos a los del enemigo?

– Es verdad... No me había dado cuenta de ese detalle – dijo Eric mientras pensaba en una solución.

– Ya me encargo yo – dijo Sarah muy convencida.

Sarah, que ya estaba concentrada para quitar el escudo, pidió ayuda a la gema y por arte de magia, todos los aliados tenían algo de rojo encima. El pelaje de los lobos se tiñeron de rojo, la ropa de los vampiros se puso de color rojo y las armas de los elfos se transformaron a un tono rojizo.

– Bien hecho – elogió Katherine.

Ahora sí, todos estaban preparados para la batalla, así que Sarah quitó el escudo y todo se convirtió en un caos.

Los primeros en entrar en el terreno de la central fueron los tres gigantes que tenía La Orden. Eric sabía que luchar contra ellos no era nada fácil y también sabía que iba a ser una masacre para los suyos, ya que aquellas bestias enormes no iban a tener problemas con unos cuantos lobos y vampiros. Así que se preparó para utilizar sus poderes y salió corriendo hacia ellos. Pero a mitad del recorrido salieron del bosque varios Ent que se encaminaron directamente hacia los gigantes, así que Eric cambió de trayectoria y se fue hacia alguien de su tamaño.

Eric se metió en medio de la batalla y vio como los suyos combatían contra el enemigo. Avanzó varios metros más sin meterse en una pelea cuando observó que varios vampiros se acercaban por el lado derecho, así que alzó su brazo al aire y en el momento en el que estuvieron muy cerca, lo movió con un movimiento horizontal, creando una ráfaga de aire que hizo que los vampiros saliesen volando por los aires. Recuperó la postura cuando se vio sorprendido por un grupo de elfos, así que hizo lo mismo que antes y consiguió que se alejasen de él.

Por mucho que hiciese eso una y otra vez, no iba a conseguir avanzar, ya que había enemigos por todas partes, así que creó su conexión con la naturaleza y utilizó su fuerza primigenia para chocar sus puños con el suelo, logrando así producir un terremoto. La batalla se paró por unos segundos por culpa de aquella vibración, unos se mantenían de pie y otros habían caído al suelo. Así que mientras la guerra se volvía a reanudar, Eric aprovechó esos segundos para avanzar un poco.

Recorrió unos metros cuando se tropezó de lleno con un ogro. Sin ideas, Eric le dio un puñetazo en toda la barriga, pero el ogro ni se inmutó. Es más, lo cabreó más aun y empezó a atacarle con una serie de puñetazos. Eric los defendió todos, pero antes de que pudiera hacer algo, el ogro sacó una espada y la dirigió directamente hacia el cuerpo de él. Eric sabía que aquello tenía que acabar, así que creó su conexión y paró el filo de la espada con sus manos, partiéndola a continuación con su fuerza primigenia. El ogro se quedó desconcertado ante tal evento, así que mientras estaba distraído, Eric le cogió y le lanzó por los aires aprovechando que aún tenía su fuerza.

Eric observaba como aquella bestia salía por los aires cuando vio como otro ogro se acercaba a él con el arma nueva de La Orden. Estaba muy lejos para poder hacerle algo, así que corrió hacia unos árboles mientras recibía un par de disparos fallidos. Se cubrió en uno de ellos y se dio cuenta de que ya estaba en el parque, por lo que había logrado atravesar toda la batalla. Esa euforia desapareció cuando el ogro apareció tras un árbol, seguía con el arma y no dudo en disparar a quemarropa en cuanto le vio. Eric esquivó los haces de luz con una voltereta en el aire y en cuanto vio que el ogro estaba recargando el arma, salió corriendo hacia la bestia y le arrebató el arma con una gran patada perfecta. Seguidamente, Eric empujó al ogro para hacerle retroceder un par de metros, quedándose justo en dónde el quería, al lado de un árbol.




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