3. Lesam. Un Alma Libre

Capitulo 7

Semana 2 en el reino.

Aquella semana fue más movida que la anterior, ya que solo se pasaba el día en reuniones tomando nuevas decisiones y nuevos caminos que tomar para el reino. De hecho, hoy, que iba a ser la elección de su esposa, seguía de reuniones por el simple hecho de mantener la cabeza ocupada, ya que no había podido hablar con Emily y eso le preocupaba un montón.

– Si la calidad de vida aumenta, la población crecerá. Y siendo sinceros, no creo que todo el mundo vaya a entrar entre estos muros, así que no tenemos otro remedio que expandirnos fuera de aquí – explicó David.

– ¿Y la seguridad que tanto promete aquí dentro? – Le preguntó el consejero –. ¿Cómo la trasladarás afuera?

– Estamos protegidos por árboles, podemos poner una serie de puestos en cada esquina del bosque. Incluso se puede levantar otro muro a las muy malas – comentó David –. Sea como fuese, van a estar igual de seguro ahí fuera que ahí dentro.

– ¿Entonces quieres un plan de edificación para ese terreno?

– Yo creo que es lo mejor para que no haya súper población aquí dentro, así que sí – sentenció David.

– Nos pondremos con ello – el consejero abandonó el despacho y entró a continuación el agricultor.

– ¿Otra vez? – Masculló David al verle.

– No estamos de acuerdo con tus planes, señor – el agricultor se quitó el sombrero.

– Habéis obtenido el doble de hectáreas para cultivar, ¿qué necesitáis ahora? – Le preguntó –. ¿Herramientas? Sí es así, os las puedo traer de fuera. Incluso animales si hace falta.

– Necesitamos a personas, señor – agregó el agricultor.

– Eso va a ser más complicado – razonó David –. Haremos una campaña para que la gente que quiera pueda unirse a vosotros – pausó –. ¿Algo más?

– Eh… No – el agricultor abandonó el despacho y entró el profesor.

– ¿Queréis dos escuelas, verdad? – Le preguntó David nada más entrar.

– Sí, y las necesitamos con urgencia. Hay mucha gente que no sabe ni escribir – le informó el hombre.

– De momento os situareis en dos almacenes al oeste del pueblo – le explicó David.

– Pero eso no es una escuela, señor – incitó el profesor.

– Lo sé, pero los obreros van a tardar en construir los dos edificios, por lo que estaréis en esos almacenes de manera temporal.

– Gracias, supongo – el profesor se marchó algo mosqueado y el que entró ahora fue Caín.

– David, se acabaron las reuniones por hoy – le comentó –. Váyase a cambiarse para la ceremonia de elección.

– ¿Ya? – David se sorprendió.

– Se decidió hacer a las 11 por si hubiera algún empate – le explicó el secretario.

– ¿Empate? Ni que fueran…

– Ya le están esperando, así que por favor, no demore más – insistió Caín.

– ¿Cuales son las cinco familias? – Soltó David.

– ¡¿En serio no te lo has mirado?! – Caín echó humo de la cabeza.

– No he tenido tiempo, Caín – le comentó David –. Pero bueno, da igual, improvisaré y ya está. De hecho, vayamos directos a la ceremonia, vamos.

– Pero señor, debería de…

– ¿No decías que no había tiempo que perder? Pues vamos… – David quería ahora que aquello se pasara en cuanto antes.

– David, David – Lucas apareció corriendo por el pasillo –. Ha ocurrido una cosa, ¿puedo hablar contigo?

– Íbamos a la ceremonia de la elección, puedes hablar con él luego – le dijo Caín.

– Es urgente, es relacionado con los rebeldes – soltó Lucas.

– Caín, solo será un minuto – le dijo David –. ¿Por qué no bajas y dices que ya voy?

– Maldita sea – Caín se marchó de allí maldiciendo cosas.

– ¿Y bien? – Miró a su compañero.

– Al despacho – Lucas agarró a su amigo y se metieron de nuevo al despacho.

– ¿Tan grave es? – Se sorprendió David.

– No es eso – Lucas bajó el tono y empezó a susurrar –. Es sobre nuestra misión…

David puso su atención en él.

– Anoche salí con Estela a tomar algo al…

– ¿Con Estela? – Le interrumpió David –. ¿Estás saliendo con alguien?

– Eso da igual, ¿no? – Refunfuñó Lucas –. A lo que iba, ayer estaba en el bar de las leyendas, cuando entre copa y copa, escuche a una mesa hablar sobre que en el bar de las Cuevas, suele ir un hombre todas las noches diciendo que sabe cuál es el origen de Ras.

– ¿¡Qué!? – Se exaltó David.

– Lo que oyes. Así que será mejor que esta noche nos acerquemos hacia allí.

– ¿Y cómo pretendes que vaya con Caín pisándome el culo? Eso y que me caso esta tarde – masculló David.

– Puedes meterte en tú habitación y teletransportarte. Recuerda que es de noche y que apenas te verán – sugirió su amigo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.