3. Lesam. Un Alma Libre

Capitulo 19

Semana 10. Sábado.

Pasaron unos cuantos días que resultaron ser un autentico caos. Las escuelas cerraron de nuevo, la población mágica se vio vista confinada, hubo revuelos por todos los lados, etc. Y lo más importante de todo, es que el rastreador mágico de la llave parecía haber funcionado, aunque aun no tenían una posición fija, ya que Ras no había parado de moverse por todo el mundo en busca del portal. Así que David, ante la desesperación y el aburrimiento, rompió el confinamiento y se fue a la granja. Lugar en dónde estaba el Thresl del colegio de nuevo, por lo que decidió quedarse allí cuidándolo hasta que todo volviese a la normalidad.

– ¿Por qué estará dando tantas vueltas? – Le preguntó Emily, que no había dudado en acompañarle –. ¿No se supone qué te dice el lugar exacto?

– Eso pensé yo… – Susurró él –. También puede ser que se esté preparando para ir al cielo.

– ¿Tú crees?

– Lo dudo, pero sea el motivo que sea… Es raro que no haya localizado la puerta… No sé, es preocupante – admitió David mirando a través de la ventana.

– Sea cual sea el motivo, lo vais a descubrir pronto – Guillermo apAreció de golpe y a través de un portal.

– ¡Papa! – David se dio la vuelta –. ¿Ha ocurrido algo?

– Ras se ha parado por fin – anunció –. Creemos que ya lo ha encontrado.

– Mierda… ¿Y en dónde está exactamente? – Refunfuñó David.

– No hay tiempo que perder, te están esperando en el ministerio. O más bien, os están esperando. A ti y a tú equipo – le dijo su padre.

– ¡¿Qué?! – Se sorprendió David.

– ¿No sé supone que iba a ir al cielo un equipo especializado? – Añadió Emily.

– Eso creía yo también… Pero ya sabes cómo es Robinson, cambia mucho de ideas… –  Señaló el portal –. Vamos.

– ¿Habéis avisado a los demás? – Curioseó David.

– En ello están – le contestó su padre.

David no dijo nada y cruzó el portal junto a su padre y Emily, apareciendo en la sala de misiones. Lugar donde la gente iba y venía como locos.

– ¡David! – Lara apareció por un portal y se acercó a ellos –. ¿Qué pasa?

– Una última misión, supongo – reconoció él.

Los cuatro avanzaron hacia la mesa central mientras que se les unió Nicole por el camino.

– Sé que no estaba planeado – dijo Robinson en cuanto llegaron todos a él –. Pero creo que será lo mejor.

– ¿El qué? – Preguntó Alessia uniéndose a ellos también.

– Estáis capacitados para hacer la misión, así que seréis vosotros los encargados de ir al cielo – pausó –. Creemos que un grupo joven puede tener más posibilidades de detenerlo.

– ¿Y por qué lo creéis? – Lucas apareció de la nada.

Todos le miraron, ya que ninguno pensaba en que se fuese a unir a ellos.

– Por vuestra capacidad de improvisación ante peligros – explicó el director.

– ¿Nosotros? ¿Improvisar? – Vaciló Kate poniéndose tras David, teniendo así el equipo por fin al completo.

– Sea como fuese, ya sabréis porque estáis aquí – Robinson pausó –. Ras ha parado, por lo que creemos que ya ha encontrado la puerta – se movió hacia una pantalla para señalar un punto rojo de un mapa –. Está en la Antártida.

– Hijo mío – Guillermo se acercó a David para abrazarle –. ¿No hagas ninguna tontería, vale? Esto puede ser el final para todos… Así que por favor – rompió el abrazo para ver a los demás –. Permanecer juntos y evitar las discusiones en momentos como este…

– La unión hace la fuerza – agregó Robinson –. Esperemos que vuestra misión tenga éxito…

– ¿Tenemos que llevar a Maul, no? – Recordó Kate.

– Sí, cierto – asintió David –. Pero antes… Una última pregunta… ¿Alguien ha estado en el cielo antes?

– Me temo que no – susurró el director –. Por lo que estaréis a ciegas… Así que por favor, extremar la precaución al máximo – pausó –. Supongo que os dejaremos tiempo para prepararos, aunque… No tardéis mucho, ¿vale? Yo me encargaré de abrir el portal.

– Yo iré a por Maul – David se apartó de todos y empezó a recorrer los pasillos para ir a la enfermería. Pero como era de costumbre ya, su novia le siguió.

– David… – Emily le paró –. ¿Estás bien?

– ¿Qué si estoy bien? – Masculló él –. Se supone que no lo íbamos a hacer nosotros… No estamos preparados… Ellos no saben lo que está en juego, aun no son conscientes del peligro…

Ella se acercó y le abrazó cariñosamente para tranquilizarle un poco.

– Cada uno del equipo confía en ti plenamente. Así que seguro que lo haremos bien, tranquilo – rompió el abrazo y le acarició la mejilla.

David tan solo suspiró.

– Vamos, yo te acompaño – le dio la mano y recorrieron lo poco que les faltaba para llegar a la enfermería.

 

David apareció en la sala de misiones con el cuerpo de Maul cargado al hombro, ya que uso su poder para levantarle sin ningún tipo de problema.




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