Son las 2:03 am y no puedo dormir gracias a que soy una persona muy estúpida que dejo quedarse en su casa a un completo extraño; del cual solo sabe su nombre.
¿Porque tuve que decir lo del reto ?, aunque en realidad no es culpa mía que el haya creído que era un reto para el, ¿no ?, ¡no !; no es mi culpa que él lo haya mal interpretado, pero eso no importa ahora, lo que importa es sabre si puedo confiar en él, o no.
Ya que no puedo dormir voy hacia la cocina para ver qué puedo comer, y cuando paso por el sofá de la sala me doy cuenta de que Alex no está ahí; no sé por qué no está ahí, pero tal vez recapacitó y se fue a su casa.
Voy hacia la alacena y agarro un paquete de galletas y un vaso de vidrio, lleno el vaso con agua del grifo y vuelvo a mi habitación; me tumbo en la cama y pongo una serie en la televisión del cuarto y me duermo.
Me despierto con el ruido de un vaso roto que provenía de la cocina, agarro lo primero que encuentro, lo cual es el plato con migas de las galletas de hace rato, y voy de puntillas hacia allá. Cuando estoy a la altura de la sala veo una sombra en la cocina, así que aviento el plato y la sombra se agacha y me grita.
- ¡Oye !, ¿quieres matarme o qué? - era Alex; quien comenzó a levantar después de mi ataque.
-¡¿qué estás haciendo aquí ?! - Le grito después de recuperar el aliento por el susto.
- Bueno no sé si te acuerdas, pero aquí vivo ahora - Me dice con cara de obviedad.
Volteo hacia la mesa de la cocina y mi encuentro con bolsas del supermercado llenas encima de ella.
- ¿Qué es todo esto? - le digo con un tono brusco; ya estoy más calmada y un poco agradecida de que es él y no algún loco que quiere robar algo, pero aun así estoy enojada con él.
- ¿Qué ?, ¿en serio creías que no íbamos a tener más comida de la que trajimos ayer ?, -me miro directamente- por Dios con lo que tenías aquí a lo mucho llegábamos a una semana - Bueno, él tenía razón, no tenía nada de comida y eso, pero si fue comprar más comida significa que ...
- Perdiste - Me ve confundido - el reto era ver quien sobrevivía más solo con lo que tenía en las manos, por lo que ya perdiste y ya te puedes ir - le digo haciendo una señal con las manos hacia las puertas para que se vaya. Pero me ve y sonríe.
- Sé que ya perdí, pero no me puedo ir; hoy comenzó la cuarentena obligatoria en todo el país, por lo que ya no puedo irme - me le quedo viendo confundida, ¿cuarentena obligatoria? ¿De qué habla? - y puesto a que tú no tenías nada de comida fui en la madrugada a comprar todo esto, tampoco quiero que mueras por ese estúpido reto - me dice increíblemente tranquilo, y yo por otro lado estoy nerviosa y confundida.
- Eh ... - No sé qué decir
- Como no se mucho de tus gustos, o de ti - sigue mientras acomoda cosas en la alacena y en el refrigerador - traje diferentes opciones de todo, pero por ahora ... ¿Quieres desayunar? - Me pregunta dejando de acomodar para verme con su ya común sonrisa.
No contesto su pregunta, pero me acerco a la alacena para tomar otro paquete de galletas y un vaso limpio, en el cual me sirvo leche y me voy hacia mi habitación sin dirigirle la mirada; enciendo la televisión y busco las noticias. Como bien había dicho Alex, desde hoy se prohibió la salida de casas a las personas, lo que significa que voy a tener que aguantar a este extraño durante cuarenta, bueno, treinta y nueve días más.
Pasa una hora desde que me acabé mi desayuno y ya tengo hambre, lo cual es común en mí ya que cada veinte minutos como algo; pero viendo en la situación en la que me encuentro no quiero ni acercarme adonde se supone que esta Alex, por lo que decido que leeré un libro para olvidarme de eso.
Mi grandiosa idea del libro no funciono, cuando estaba a mitad del segundo capítulo del libro mi estómago comenzó a hacer ruiditos, por lo que dejaré de sufrir e ire a ver qué es lo que hay de comida. Para mi sorpresa al abrir la puerta me golpea un olor a pasta y carne delicioso, sigo ese delicioso aroma hasta la cocina, cuando llegué vi que Alex se había puesto el delantal que me había regalado mi mamá y estaba cocinando; me acerco despacio y me siento en la barra de la cocina.
- Hasta que decides salir. - Me dice Alex sin dejar de ver y mover la comida en los sartenes, poniéndoles especias y cosas - creía que te ibas a quedar en tu habitación los 39 días que quedan.
- Ese era el plan, pero mi estomago no estaba tan de acuerdo... - le respondí con una sonrisa, aunque no esté viendo - no sabía que cocinabas; en realidad no sé nada de ti ... - le digo con la esperanza de que cuente algo de él.
- Eso es cierto, aunque tampoco sé nada de ti - me devuelve volteándose para verme - ¿Cómo te llamas? - me pregunta con su típica sonrisa.
- Soy Candy - no me había puesto a pensar en que en realidad él tampoco sabe nada de mí y me siento un poco más tranquila por eso, los dos somos unos simples extraños tratando de conocerse.
- Bueno, Candy es un gusto conocerte - me tiende la mano en un saludo formal y se el estrecho
- Digo lo mismo, Alex. - le regalo una sonrisa - y ¿qué es lo que cocinas? - Apunto con mi dedo hacia la estufa con ollas y sartenes llenas de comida.
- Prepare fettuccine, carne a la plancha y verduras al vapor para comer; espero que te guste - vuelve a donde están las ollas y revuelve su contenido.
- Pues, por como huele creo que me va a encantar - y sonrío después de eso.
Estoy empezando a pensar que talvez fue buena idea que el este aquí, obvio sigo teniendo mis dudas acerca de él o si puedo confiar en él, pero bueno también hay cosas buenas sobre su compañía; como el hecho de que yo no cocino y al parecer él lo hace muy bien, y segundo porque estaría sola todo este tiempo y, aunque ya esté acostumbrada, siempre es bueno tener compañía, así que, en cierto modo es bueno tener su compañía.
- Toma - me pone el plato en frente de mí y un vaso de lo que parece ser jugo de naranja natural - espero te guste. Bueno y cuéntame algo de ti, ¿Qué te gusta hacer ?; bueno aparte de retar a desconocidos y traerlos a tu casa - me dice mientras se sienta enfrente de mí y comienza a comer