365 días para adelgazar

Capítulo 1. Querido diario

En estas últimas semanas he estado buscando en internet sobre algunas mujeres modelo, ¡son perfectas! Cuerpo perfecto, sonrisa perfecta, y belleza única, como muñecas de porcelana. A veces, quisera que una parte de mí muriera para que fuera remplazada con una parte de esas chicas, pero después recuerdo que es imposible, que eso nunca sucederá...

En mi clase  muchos de mis compañeros se han dedicado a ponerme sobrenombres, tales como: Hipopótamo, albóndiga, pelota, La ancha o simplemente llamarme gorda, lo que resulta lo menos hiriente a estas alturas.

Desde que nací he pesado de más, y conforme fui creciendo, mi problema también lo fue haciendo comigo. Mi vida la encuentro hirónica ya que mi madre es modelo y se ha ganado el título de Miss Francia, pero ahora, gracias a mí, se ha convertido en la burla de todo el país. Madre sabe que la quiero y que la admiro por ser ella misma, a veces, ser uno mismo no es nada fácil, nunca sabes si tu verdadero ser va a ser aceptado por la sociedad y eso me genera mucho miedo e inquietud a la hora de quitarme la máscara. Como sea, de todas maneras no tengo donde esconderme, la ciudad es grande y el mundo muy pequeño así que no hay escapatoria y, aunque la hubiera, mis problemas seguirían atormentándome.

A los 17 años, es muy común que las otras chicas salgan con chicos y tengan una relación, pero yo jamás he estado en una. Supongo que es bonito tener a alguien que te quiera, es decir, yo tengo unos padres que me aman, pero no es lo mismo...

En el colegio siempre nos han hablado de que la apariencia no lo es todo, pero si fuera así, entonces yo no estaría como estoy ahora. Necesito ser bonita para que me presten atención y para que me traten decentemente, eso es lo único que quiero...

 




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