365 días para adelgazar

Capítulo 13. Día 10

Camino junto a mi primo Tomasso rumbo a casa. Él es casi casi como un hermano. Literalmente tenemos el mismo padre, y si se lo siguen preguntando, están en lo cierto. Padre engañó a manu con su propia hermana, pero tal vez por su mala suerte o simplemente por karma, Tomasso es considerado el niño más feo que pudo haber nacido en el hospital de “Giovanni e Paolo”, en Italia.

Chloe, mi tía, estaba en Francia cuando pasó lo de mi padre. Para esconderlo se fueron juntos por un tiempo a Italia hasta que el bebé nació.

Tomasso era un recién nacido escuálido y extremadamente flaco, era chimuelo como todos al principio, pero al crecer, sólo 3 dientes le brotaron. A sus 16 años él es un chico flaco y de cabeza ancha, sigue teniendo esos simpático 3 dientes al frente, necesita usar zapatos especiales ya que tiene unos pies enormes y sin arco, está más ciego que un topo por lo que siempre usa esos lentes de botella, a veces cuando se encuentra nervioso empieza a tartamudear, es alérgico a todo: Gatos, perros, chocolate, polen, polvo, algodón, nueces etc. Nunca deja su inhalador, sus gotas para los ojos y su spray para la nariz.

Tomasso nació en Italia cuando yo ya tenía un año de edad, después de que llegara su noveno cumpleaños, mi padre y mi tía decidieron mudarse a México. La canción que cuenta un poco de su aspecto hasta hoy es “Tomás” de Cepillín (una melodía muy sonada en México dirigida para público infantil). La descripción le queda como guante…

Tomasso y yo somos nosotros dos contra el mundo. Chloe, mi tía, no quiere saber nada de él y mi padre tampoco. La familia especula que nunca han admitido tener un amorío y mucho menos un hijo, por eso, han estado saltando de país en país, eso hasta que mi papá volvió ya hace algunos años a Francia, su lugar natal.

La carrera de mi tía, Chloe François, nunca ha decaído, ya que precisamente para el mundo, ella nunca ha tenido un hijo y mucho menos un esposo. Esto ha causado revuelo en las mentes de sus fans, ya que Chloe es una mujer muy hermosa para no estar involucrada en algo…

Se suponía que Tomasso y ella seguían en México, eso pensaba yo, hasta que esta mañana después de despertarme veo a manu espiando a alguien o algo desde la ventana.

—¿Qué haces, manu? —Pregunto intrigada.

Manu se espanta y brinca al instante.

—¡Ay, nena! ¡Me asustas!

—Deja ver lo qué está ocurriendo, manu—Digo y me asomo.

Manu se muerde una uña con nerviosismo, yo la volteo a ver y pregunto:

—¿No ella es Chloe?

Manu asiente con la cabeza un poco tensa. La colonia es lujosa, manu ha logrado conseguir esta casa gracias a lo que ganó en su época de modelaje. ¿Por qué tía Chloe se mudaría aquí si lo que menos quiere es ser vista con su hijo?

—No creo que sepa dónde vivimos, ¿o sí, manu?

—Tal vez el idiota de tu padre le ha contado. Tal vez quieren arruinarme más la vida—Dice manu cubriendo su cara con su palma completa.

Del camión de la mudanza sale un encapuchado.

—¡Ha de ser Tomasso! —Pienso emocionada.

Tomasso nunca muestra su cara en público y cuando lo hace, debe cumplir la exigencia de la tía de usar su identidad falsa, una que no se relacione con el apellido François o Dumont.

Chloe sale de su carísima limosina. Asoma su pierna perfectamente depilada y cuidada. Se para en sus dos tacones de buena marca. Sostiene su celular en la mano izquierda, con lentes de sol en su rostro.

—Sí, Michael, ya te lo he dicho. Lo voy a revisar. Ne t’inquiète pas, chérie—Dice tía un poco harta.

Manu la mira con desprecio. El cristal no hace que disminuya su mirada de odio. Tía voltea su cara y reacciona de manera eufórica al ver a manu.

—¡¡VANE!! —Grita corriendo, atravesando la calle.

—Ay, no…—Dice manu escondiéndose detrás del sillón.

Chloe aprieta el timbre insistentemente. Tomasso ya va cruzando la calle con sus manos en las bolsas del pantalón.

—¡¡A CASA, NIÑO!! —Le grita Chloe por encima del hombro.

Tomasso se regresa con la cabeza gacha y cierra la puerta detrás de él. Lo puedo ver asomando un ojo desde la ventana.

Recibo a tía Chloe. Ella no me hace caso y va directamente a manu.

—¡Hermana mía! ¡Cuánto tiempo sin vernos! —Chloe aprieta a manu con un fuerte abrazo.

—Uy, sí. ¡Qué gusto! —Responde manu, fingiendo.

—¿Qué? ¿No estás feliz de ver a tu hermana mayor? Y por supuesto, ¡con una belleza inexplicable como siempre!

Manu frunce el ceño y saca la lengua, haciéndome reír un poco. Tía voltea hacia mí con una sonrisa falsa.

—¡Nena! ¿No te gustaría ir a practicar baloncesto con tu primo? A los dos les hace mucha falta… A uno por debilucho y a la otra por gorda…—Dice entre dientes.

—¡¿DISCULPA?! —Replica mi madre.

—No, no. Está bien. Iré a buscar a Tomasso.

—¡Y recuérdale cambiar su nombre y su apellido a la hora de salir! ¡Mis estatus son importantes! ¡Mi reputación…! —Me grita Chloe en el oído.

Quedo aturdida por su voz. Siento que me reventó los tímpanos. Llego y me detengo enfrente de la nueva residencia de mi primo. Él abre con alegría. Puedo notar su sonrisa debajo de aquel gorro.

—¡Hola, Tomasso!

—¡Pero miren quién está aquí! La ragazza più bella della strada! —Dice abrazándome.

—¡Aww! Yo también te eché de menos… ¡Creí por un momento que me ibas a dejar siendo la única bicho raro!

—¿Cómo se te ocurre semejante tontería? ¡Nunca dejaría a mi prima ser la única rara de Francia!

Los dos reímos al marco de la puerta. Tomasso empareja la puerta y saca un balón del camión de la mudanza que aún sigue acomodando las cosas dentro de la casa.

Llegamos caminando a las canchas de baloncesto. Tomasso bota el balón y tira a la canasta, atinando de manera exitosa.

—¿Y qué tal México?

—Es lindo… Me hubiera gustado salir más, ya sabes… Madre sólo permitía que los profesores llegaran a darme clase, de ahí nada…




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.