30 de marzo
Antojo
Antojos que llegan de repente sin aviso, sin llamada, simplemente llegan desesperando a quien encuentran, con saliva en la boca deseando probar de nuevo aquella huella que en el pasado las papilas de la lengua saborearon con agrado, al punto de sentir placer en el sentido del gusto, casi exagerado…
Antojos que desesperan, que estallan con mil sabores, una galaxia entera en los recuerdos añorados…
Antojos que no respiran, que no duermen, y tal vez suene exagerado, pero solo con probar un poco, un pequeño bocado, todo quedara consumado…