2 de abril
A veces
A veces el reloj avanza tan rápido sin pensar en detenerse, haciendo que los pequeños detalles no puedan verse, que pasen desapercibidos, que se ignoren por instantes…
A veces el reloj avanza lento, tan lento que se hace eterno, que el aburrimiento llega y se aferra a la espalda del huésped, que el tictac es inerte ante los oídos de quien espera con ansias la hora llegue…
Y en esta paradoja yacen los momentos alegres, o aquellos momentos que deseamos se acaben pronto, se cruzan de uno al otro, ocupando el espacio incorrecto en el espacio, o solo es la percepción de los ojos que no distinguen lo hermoso, de disfrutar cada fragmento de él reloj y su ritmo a destiempo…