"3d" para el multimillonario. Agencia de bodas

Capítulo 5

Nastia

Stefa ya está aquí. Ella rápidamente me pone en una mano una impresión en papel de Internet y en la otra una taza de café. Así pienso mejor.

Tengo diez minutos para hacerme una idea aproximada de nuestro cliente potencial. Si la "escaneo", podemos considerar que el acuerdo está en nuestro bolsillo.

Necesito saber sus gustos y preferencias para sugerir un lugar para la boda. El formato de celebración y la fiesta. El presentador, las estrellas invitadas, el menú y el esquema de color para la decoración.

No puedo permitirme el lujo de volcar toneladas de información sobre la futura novia en la que esta probablemente se atragante y se ahogue. Y luego huirá de nosotros, como le gusta decir a Stefa, perdiendo las zapatillas.

No, tenemos que ofrecerle una muestra puntual. Pero tiene que ser un acierto al cien por cien, que la haga aplaudir con entusiasmo y saltar, como hace mi Diana cuando encuentra en el Kinder Sorpresa la figurita que le faltaba en su colección.

Stefa y yo podemos cumplir cualquier capricho y realizar la boda en cualquier rincón del planeta. Incluso en el Cráter del volcán Eyjafjallajökull o en la fosa de las Marianas, si nuestros clientes son amantes de las situaciones extremas.

Si son fanáticos de las series de televisión, les ofrecemos veinte de los lugares de rodaje más impresionantes de «Juego de Tronos».* Para los especialmente excéntricos, las locaciones del rodaje de «El juego del calamar».**

Lo principal es entender si la novia, y suele ser ella la que elige, quiere que sea caro y prestigioso o caro y romántico. Que sea caro, siempre es obligatorio para nuestros clientes y no se discute.

Si es lo primero, sugiero Los Cabos, en Méjico, Villa Pizzo en el lago Como, el castillo de Luttrellstown en Irlanda o un palacio del siglo XVI en Venecia. Y aclaro discretamente quién de las celebridades y cuándo organizó su boda allí con su media naranja, y ahora vive feliz para siempre.

Si lo segundo, entonces es aún más fácil. Las islas: Bali, Bermudas, Hawai, Maldivas. El asombroso Mauricio. Castillos de Francia. Palacio Taj, blanco como la nieve en la India. Palacio de la Alhambra en España…

Paso los ojos por la impresión y me apresuro a beber mi café hirviendo. Parece que a Stefa y a mí nos tocó la primera opción.

Ariana Shulginá acumuló veinte millones de seguidores en Instagram gracias a su participación en varios programas de telerealidad extremos. El hecho de que el padre era un magnate del petróleo fue una importante bonificación para la popularidad de la hija.  Aunque estoy dispuesta a apostar el salón a que él mismo fue el patrocinador de todos esos realities.  

Entonces, exactamente será la primera opción.

Comienzo a temblar un poco. Confieso que no estaba preparada para organizar la boda de una princesa petrolera. Yampolsky, aunque es un magnate de las armas — según los rumores, por supuesto, en la vida resultó ser de pocas palabras y normal y corriente. Dejó toda la organización a sus familiares y solo pagaba las cuentas.

Los Yampolski quisieron una boda de cámara, para unas pocas docenas de personas. Y que no fuera en el extranjero, porque su hijo sólo tenía unos meses en ese momento. Se podría decir que fue una caminata fácil, no una preparación de boda.

Me imaginé la lista de invitados de la princesa del petróleo y empecé a echarme aire con las hojas de la impresión como si fuera un abanico. ¿Quizás negarse? ¿Inventar alguna excusa?

— Stefa, vamos a negarnos, ¿eh? — levanto una mirada de súplica a mi tía.

Pero no tengo suerte. Stefania hoy es extremadamente recalcitrante e inflexible.

— Vamos. Y podemos cerrar la Agencia inmediatamente. Te imaginas qué contrapublicidad ella nos hará? No habrá maratón que nos salve.

— ¡Nos cagaremos, lo siente mi corazón! — digo malhumorada.

 — Tú siempre dices lo mismo, — Stefa me quita los impresos y empieza a hojearlos ella misma. — Y a partir de ahí todo va cuesta arriba. Cálmate y respira. Vamos a recibir a Ariana.

Los niños ayer me hicieron ver la cienmilésima vez el dibujo animado Madagascar con ellos. Bueno, los pingüinos favoritos de mis "3D" ahora vendrían muy bien.

 

— Capitán, ¿y no pudiéramos decirles que se nos acabó el combustible?

— No, sonreímos y saludamos, chicos. Sonreímos y saludamos.

 

Melancólicamente voy detrás de esta mujer insensible, mi tía, pero en la puerta enderezo mi espalda. Bueno, empecemos a discutir las ubicaciones y de alguna manera saldremos adelante. Puede tocar la casualidad de que mademoiselle Shulginá resulte ser una mujer normal y corriente como el oligarca Yampolsky.

— Hola, — sonrisa agradable, hoyuelos encantadores, — mi nombre es Ariana Shulginá. ¡Estoy tan agradecida de que hayan accedido a mi petición!  

Rubia. Casi lo mismo que en la foto, significa que no es aficionada a embellecerse con la ayuda de filtros. Así que es muy posible que esta sea una opción número dos.

Siento un poco de alivio en el corazón. Ariana sonríe tan amigablemente que me deja desarmada. ¿Es posible que salga todo bien?




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