4 Días Para San Valentín

11 de febrero


"Verse y oler bien"

 

Ese era el primer paso a seguir. Muy sencillo ¿verdad?

 

Pues le aseguro que no lo es. Busque un montón de vídeos la noche anterior y termine enredándome entre diseños, estilos, colores, hormas y un montón de cosas más a tener en cuenta.

 

Si les soy honesto en ese momento dude de si siquiera me vestía bien hasta para dormir.

 

Por más que veía tutoriales mi mente era un gran signo de interrogación. Y el hecho de no tener la mayoría de las prendas a la moda no ayudaba.

 

Allí entendí por qué la mayoría de las chicas duraban tanto para escoger como vestirse.

 

Rendido al no saber que hacer decidí usar mi única opción.

 

Llamar a mi prima.

 

Cuando me contesto no se escuchaba muy feliz, pero cuando le conté el porqué necesitaba su ayuda se puso de mejor humor.

 

Agradecí haberme levantado media hora antes de lo usual, ya que después de casi una hora estaba listo o al menos presentable según ella.

 

Colgué la videollamada y bajé a desayunar.

 

Estaba feliz de haber cumplido al menos uno de los pasos de la lista que tenía para ese día, estaba confiado de que todo iría mejorando al avanzar las horas.

 

Eso no paso.

 

Al llegar a la mesa de comedor la mirada confusa de mis padres no se hizo esperar.

 

–¿Iras a la escuela así?

 

Mi mamá fue la primera en preguntar y a ella le siguió mi papá.

 

–¿Y tu uniforme?

 

Había estado tan concentrado tanto en mi aspecto que no pensé en mi excusa para no ir con el uniforme.

 

–No quiero ir con uniforme.

 

Simple y directo.

 

Creí que eso funcionaria.

 

–No.

 

Dijo sería mi madre.

 

–Pero...

 

–Tu madre dijo que no y punto –dijo mi padre alzando la voz. –Ve a ponerte el uniforme.

 

No valía la pena decir algo, eran dos contra uno.

 

Me quité la ropa y me puse el aburrido uniforme de diario.

 

Fue un esfuerzo perdido haber pasado toda la mañana probando ropa.

 

Ya en el colegio puse en marcha la siguiente parte de mi plan. Mentalice cada uno de los puntos de la lista para usar el que más me convenga según el momento.

 

La campana da por finalizada la primera parte de la jornada dando inicio al descanso.

 

"Encuentra una excusa para hablar con ella"

 

Era el momento indicado para poner en práctica ese punto.

 

Miré a mi alrededor y vi a Elena recogiendo sus cosas.

 

No había tratado mucho con ella, solo en alguno que otro trabajo en grupo. Ella es la más lista de toda nuestra clase, pero no es nada parecido a las "Nerd" que muestran en las películas o narran en novelas. Ella era muy inteligente y usaba eso a su favor.

 

Me acerqué a ella lentamente.

 

Mi mente se debatía en que era lo que debía hacer y como reaccionaria ella ante mi presencia.

 

Por mi cabeza pasaron todas las posibilidades habidas y por haber. En su mayoría negativas.

 

Un lápiz cayó al suelo y vi mi oportunidad. Lo tomé y cuando volví mi vista a la chica sus ojos chocaron con los míos.

 

Toda seguridad que sentía al acercarme se esfumó.

 

–Hola, Elena.

 

Dije rápidamente.

 

–Hola, Juan.

 

Al menos sabía de mi existencia.

 

–Ten –dije regresándole su lápiz.

 

–Gracias.

 

Tomo dicho objeto, sonrió levemente y se alejó.

 

Intento uno: Fallido.

 

Debía hacer algo.

 

Camine por el patio, había muchas chicas, pero no me atrevía a acercarme a ninguna.

 

"Hacer que te note y ve despacio"

 

Ese era otro consejo del sabio Google.

 

¿O era sabia?

 

Eso iba a ser complicado, a lo mucho los de mi salón y el grupo de amigas de Jacqueline sabían de mi existencia.

 

Allí nació otra idea estúpida.

 

 

Sin siquiera pregúntame lo que pensaría le pregunte directamente

 

–A ver si entendí –dice después de escuchar mi propuesta mi mejor amiga. –¿Quieres que te presente a mis amigas para que seas novio de alguna solo por una apuesta?

 

–Si, pero omitamos el tema de la apuesta ¿sí?

 

No sé cuantas veces lo diré a lo largo de esta historia, pero lo seguiré diciendo, era un idiota.

 

–No seré parte de tu juego y menos si involucra a mis amigas, es más, no deberías hacerle eso ninguna de las chicas de la escuela.

 

–Es que no entiendes.

 

–¿Y has pensado como se sentiría una chica al descubrir que todo es por una apuesta?

–Sí y...

 

–No lo sabes, Juan esto no es una película donde se reconciliarán y vivirán felices. Esto es la vida real.

 

–Pero no tengo opción.

 

Un silencio se formó entre ambos, uno muy incómodo.

 

–¿Qué es eso tan importante por lo cual no quieres perder la apuesta?

 

–No puedo decirte.

 

Le dije sin dudar ni por un segundo de las palabras que salían de mi boca.

 

Eso saldría bien caro.

 

–Bien.

 

Al pronunciar solo esa palabra me di cuanta de mi error.

 

–Jaqui.

 

–Espero que te vaya bien con tu plan.

 

Y nuevamente me dejo solo, lo había arruinado.

 

¿En serio valía la pena perder mi amistad con ella por una estúpida puesta?

 

Saque mi celular y revise la lista.

 

- Verte y oler bien.

 

- Hacer que te note y ve despacio.

 

- Encuentra una excusa para hablar con ella.

 

- Hazle cumplidos y coquetea.

 

- Vive tu propia vida.

 

- Escúchala.

 

- Invítala a salir teniendo en cuenta sus preferencias.

Leí cada uno de los puntos.




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