4 Días Para San Valentín

12 de febrero

–12 de febrero –susurro mientras marco el día en mi calendario.

 

Solo me quedaban dos días, pero Jacqueline tenía razón, no valía la pena lastimar a una chica solo por una estupidez como una apuesta.

 

Tomé mi mochila y me dispuse a salir de mi cuarto para irme al colegio, por suerte ya era viernes así que tenía el día siguiente para descansar.

 

El sonido de mi celular hace que me regrese.

 

En ese momento me sentí la persona menos afortunada. Justo estaba dispuesto dejar el tema de la apuesta atrás y justo me llama el responsable de todo eso.

 

Aun sonando guardo mi celular en mi bolsillo y me encamino a la sala para despedirme de mi madre.

Justo cuando estaba por entrar a la sala vuelve a marcar. Es la persona más intensa que he conocido, no entiendo por qué tanto afán con esa estúpida apuesta.

 

–Chao mamá –digo mientras le doy un beso en la mejilla.

 

Luego de eso me encamine a la puerta.

 

–Juan –me detengo al escuchar a mi mamá. –Tu primo quiere hablar contigo –dice mientras me extiende su celular.

 

¿De verdad tenía que llamar a mi mamá?

 

–Juancho –escucho a mi primo en el momento en que tomo el celular.

 

Odiaba que me dijeran así y él lo sabía.

 

–Hola.

 

Era más que obvio que no quería hablar con él y no me iba a esforzar por disimularlo.

 

–Que cortante.

 

–Ve al punto Alexander.

 

A él tampoco le gustaba su nombre completo.

 

–Alguien amaneció con Andrés –no digo nada y prosigo –solo te llamaba para recordarte...

 

–Si lo sé –digo mientras veo que mi madre no esté acerca –la apuesta.

 

–Exacto, pero no solo eso.

 

Eso me confundió un poco.

 

–También vine a recordarte lo que pasa si no la cumples.

 

Ahora que lo veo mejor, en ese momento prácticamente me amenazo y yo ni cuenta me di.

 

–Deberás correr por la calle completamente desnudo y gritando para que te vean todos.

 

Al escuchar eso sentí mi estómago revolverse, no podía hacer eso, no volvería a salir de mi casa nunca más en mi vida. ¿Qué pensaba cuando acepte eso?

 

Debía hacer algo rápido.

 

–Entonces ¿ya tienes novia?

 

Damas y caballeros, prepárense para una estupidez más.

 

–Sí, ya tengo novia.

 

No sé cuantas estupideces hice y dije durante esos días, pero creo que rompí algún récord.

 

–¿De verdad? –pregunta dudando de lo que dije anteriormente.

 

¿Preparados para una más?

 

–Sí, en mi Instagram podrás encontrar fotos que tengo con ella.

 

–A ver, déjame buscarte.

 

–Lo siento Jacqueline –lo único que pensé en el momento.

 

–¿Cómo apareces?

 

–juanluc21 –le dije.

 

–Listo ya te encontré.

 

En mi interior estaba rogando que me creyera y que terminara todo esto de una vez por todas.

 

–Jacqueline, lindo nombre. –lo escuché –quiero conocerla.

 

¿Qué acaba de decir?

 

Mentalmente me hice el desentendido, pero sabía que había escuchado bien.

 

–¿Conocerla?

 

–Sí, ¿hay algún problema?

 

Preparando motores.

 

–No, para nada.

 

Y despegamos en dirección a un desastre inminente.

 

Definitivamente cuando se es adolescente se hacen cosas estúpidas por razones aún más estúpidas.

 

–Bueno, no vemos el 14.

 

(...)

 

Pase las primeras horas de clase tratando de acercarme a Jacqueline, pero yo mismo me detenía cuando tenía mi oportunidad. No solo debía disculparme con ella, sino también decirle lo que había hecho.

 

Llego la hora de la salida y aún no cruzaba palabra alguna con ella.

 

La vi salir y recogí todo el valor que tenía en mí y caminé hasta ella.

 

–Hola, Jacqueline –le dije una vez que estuve frente a ella.

 

–Hola –dijo de manera normal.

 

No parecía enojada conmigo.

 

–Yo quería pedirte disculpas –inicio a hablar –yo no debí hacer lo que hice.

 

No sabía ni que decir en ese momento, estaba nervioso.

 

Ella por otra parte se veía tranquila.

 

–Y sé que he sido un tonto, idiota estúpido y...

 

–Hey, no digas eso. No eres nada de eso.

 

–¿En serio?

 

–Solo un poco tonto, pero nada más –rio levemente ante eso –así me gusta que sonrías.

 

–De verdad lo siento.

 

–Lo sé y no te preocupes.

 

–¿Amigos?

 

–Nunca dejamos de serlo –dice sonriéndome.

 

Sin pensarlo la abrazo emocionado.

 

–Juan –al escucharla me aparto de inmediato.

 

–lo siento.

 

A ella no le gustaban mucho las muestras de cariño.

 

–Tengo algo más que decirte o mejor dicho pedirte.

 

Su expresión se puso seria nuevamente.

 

–Espero que no sea nuevamente respecto a presentarte a mis amigas.

 

–No, esta vez es sobre...

 

No sabía cómo decirle lo que había hecho.

 

–Juan.

 

–Le dije a Alexander que eras mi novia y ahora quiere conocerte el domingo.

 

Ella no me dice nada y solo se queda en silencio.

 

–No fue mi intención, solo quería salir de él, pero él me pidió concerté y no me pude negar – inicié a hablar nuevamente –sé que hice mal y lo entiendo, pero no sabía que...




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