9 Meses con él
Prólogo
—Olivia — mi mejor amiga me toma del brazo—¿Qué ropa te pondrás?— Pregunta animada mientras acomoda sus rulos que ondean salvajemente.
—Aún no lo sé— Me encojo de hombros, no siento que sea demasiado significante. Sin embargo, ella no lo ve así.
—¿Me ayudarás a ponerme bonita para Daniel?—Suplica poniendo los ojitos del gato de Shrek.
— Te ayudaré a estar altamente diva para todos, no para ese idiota — De reojo noto cómo su sonrisa decae y pasa a mirarse las uñas.
—Él no es un idiota, sólo... es complicado.
—Tranquila — Alzo mis manos en señal de rendimiento — No voy a psicoanalizar tu desastrosa relación justo ahora. Allá tú por complicarte la vida.
— Al menos, tengo con quién complicármela — enarca una de sus depiladas cejas y en seguida correspondo su tono burlón.
— Touche —Ríe, posando su trasero en mi escritorio, mala manía que tiene —Esto es lo que haremos, después del turno vas a mi casa y nos arreglamos, ¿te parece?— Le pregunto y asiente.
—No sé que ropa ponerme.— posa sus orbes en mí, su “asistente personal” a la hora de arreglarse. Samantha es muy insegura con el tema de su vestuario. Además, sé que cada vez que quiere regresar con Daniel es cuando más deseable quiere sentirse.
—Niña, tranquila, te prestaré algo mío.— Reviso los folletos que debo enviar, aún de pie.
—Mientras sea decente —Se encoje de hombros.
—Hey, me llamas indecente—Finjo indignación— Es bueno conocer lo que piensas de mí—Entrecierro los ojos y ella suelta una pequeña carcajada.
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—¿Cómo me veo?— Pregunta por enésima vez.
—¿Igual a hace treinta minutos quizás?
—No seas así.—Hace un puchero.
—Nena, ¡estás perfecta!—Levanto mis pulgares en señal de aprobación. Ella sigue dudosa—Escucha, si Daniel obvia tu existencia esta noche, me vuelvo lesbiana por ti—Beso mis dedos marcando el juramento.
—Tranquila, te creo, te creo—Agita sus manos y nos echamos a reír.
Samy lleva puesto un vestido negro ajustado,hasta los muslos, algo demasiado revelador para su gusto. Espero que valga la pena su sacrificio, sino, le pego un puñetazo a Daniel por romperle el corazón a mi amiga por vez número mil.
Por mi parte, uso uno blanco con escote de corazón y del mismo largo que el de ella. Ambas llevamos zapatos de tacón negro y bolso de mano.
—¿Lista?—Pregunto mirando al taxi que pedimos, aproximarse a la entrada del edificio.
—Eso creo—Responde nerviosa, enlazando su brazo con el mío.
Abordamos el taxi y este no demora en comenzar a moverse.
—Próximo destino, ¡fiesta!—Chillo emocionada y veo como el conductor disimula y se tapa los oídos.
—¿Qué tan difícil puede ser?— Escucho a la rubia a mi lado murmurar para sí misma.
Es cierto.
¿Qué tan diferente puede ser de las fiestas a las que he asistido anteriormente?
Demasiado Olivia, demasiado