9 Meses con él [pronto en edición]

Capítulo 7

Olivia

Cada segundo que pasa me arrepiento más de haber venido. Pero Samantha tiene razón, no puedo negarle esa noticia, me mataría la culpabilidad de negarle al padre de mi bebé saberlo. No obstante, de él no espero nada, ni su presencia en el proceso de embarazo ni después. Soltarle la bomba fue como quitarme un enorme peso de encima. 
Seguimos aquí, en medio de la amplia cocina, mirándonos aparentemente, pero con la mente en las nubes.
_De ti no espero nada-Le aclaro_Sólo pensé que debías saberlo-Busco que diga algo, pero nada. Permanecemos así unos largos e incómodos minutos.
_Oli-Madison me envuelve en un cálido abrazo, justo lo que necesito._Ven vayamos a mi habitación-Me jala del brazo y me conduce escalera arriba. Sigo perdida, no dejo de esperar que venga y me diga que no lo acepta. Deseo tener sola a mi bebé, no quiero tener que estar atada a él de por vida. No me alegro de que lo sepa, pero era lo más racional. Y aunque yo no sea una persona racional, debo ser más madura ahora que estoy esperando un bebé.
Al llegar a la habitación de Madi, Samantha está sentada en la cama, mordiéndose las uñas. Se le ve incómoda, no es para menos, me duele mirar a los ojos a Madison sabiendo que la estoy traicionando.

Nathan
 

No me lo creo!
Mi vista está perdida en el frutero de la isla. Es difícil de procesar eso. <<Está embarazada>> <<de mí>> <<y si no es mío>> <<dijo que no quería nada>> <<lo hará por el dinero de mi familia? Imposible, su familia es una de las más millonarias de todo Estados Unidos, aunque la mía le hace competencia>> 
Sigo pensando pero a la vez estoy en las nubes. La chillona voz de Madison hizo eco en la habitación, más no me sacó de mi trance. Olivia se marchó junto con ella, yo me quedé ahí, quieto. Mis pies no funcionaban así como tampoco lo hacía el resto de mi cuerpo. Voy a ser padre?

Olivia
 

Las piernas se me mueven descontroladamente, apoyo mis brazos en los muslos intentando ocultar mi evidente ataque de nervios. No sé por qué estoy así. Madison sigue hablando muy animadamente, Samantha asiente cada par de segundos, igual de fuera de sitio que yo.
_Bueno, ya me dirán qué os pasa?-Madison puso los brazos en jarra. Parpadee varias veces.
_Qué-Logré articular.
_Pero haber, qué edad creen que tengo? Un año? Qué me chupo en dedo? Poss no.
_Lo sentimos-Habla Madison y mis ojos casi se salen de sus órbitas. Que ni se ocurra..._Es que Zed nos está apresurado mucho con la entrega de la campaña de Avance Sport-Mintió, y mentalmente le agradecí ese gesto. Sé que odia las mentiras pero ahora mismo me alegro que lo haya hecho.
_Uff, ni hablar de la de Salón París, nos tienen fatal- Se la tragó, Suspiré aliviada para mis adentros.
En un descuido, mi vista se posó en la puerta, divisé la sombra de Nathan en el umbral. Tragué grueso.

Nathan

Cansado de mirar el frutero, volví a intentar moverme, para mi suerte, mi cuerpo correspondió las órdenes de mi cerebro. 
Subí las enormes escaleras tarareando Earned It, manteniendo mi mente ocupada para no pensar en el embrollo en el que me había metido. Asomo la cabeza en la habitación de Madison, viendo como la vista de la pelirrojase clava en mí, ignoro su insistencia y termino de abrir la puerta.

Olivia
Su sombra yace presente en el umbral de la puerta, ignorando mi insistente mirada, abrió la puerta de par en par.
_Voy a salir-Anuncia agitando las llaves de su auto.
_Vale-Madison asiente, qué ingenua, si supiera...
_Bueno debemos irnos, Daniel pasará por mi para ir al cine-Anuncia Samantha poniéndose de pie. Madison nos conduce hasta la puerta principal, y yo sólo cuento los pasos para salir de aquí.
Una vez fuera, el auto de Daniel estaba aparcado en la acera. Samantha corrió a su encuentro y se abrazaron. La pareja se ofreció a llevarme a mi casa, incluso me invitaron a integrarme a su velada, pero yo me negué, no quiero que mi humor de perro les arruine la salida. Decidí caminar un poco, para relajarme. 
Mis pies me consumieron hasta una playa que hay a cinco manzanas de la mansión Maxwell.
No lo pensé dos veces y me acerqué a la orilla, la playa estaba desierta,le agradecí al universo que nadie eligiera este día para visitar la playa. Hundí los pies en la arena mojada. La espuma se esparcía por la arena llegando a cubrir mis tobillos. Luego de varios minutos de meditación, concentrada en el sonido que producía la leve brisa. Decidí que un chapuzón me vendría como anillo al dedo. Me deshice de mis short y mi holgada blusa verde menta y me adentré en las tranquilas y frías aguas, a una profundidad considerada, hundí mi cabeza en el agua, y con ello mis pensamientos, a Nathan, la traición a Madison y el que mis padres no sepan que pronto serán abuelos. 

Nathan
Salí de casa con intenciones de ir a un bar a embriagarme y olvidar mi conversación con Olivia. Pero, resulta que mis planes se frustraron cuando llevo más de 15 minutos en un embotellamiento. El sonido ensordecedor de los pitos es desquiciante, mis deseos de matar al que va detrás aumentan por segundo.Necedito relajarme, no estresarme más aún.
Luego de darle vueltas en la cabeza llegué a una conclusión.

Olivia
La oscuridad baña el cielo, indicándome que ya está anocheciendo, con pesar, me encamino a la orilla. Los bañistas que quedan son escasos. Me coloco la ropa intentando conseguir un poco de calidez, pero es en vano, la fría noche me cala los huesos. Decido ignorar los temblores de mi cuerpo debidos a las bajas temperaturas. Un señor de barba negra y muy tupida, se ofreció a llevarme a casa. Con todo y mi desconfianza acepté su oferta, no me quedaba opción. A mi suerte, me dejó en la puerta de mi casa, le agradecí de corazón y le pagué 50 dólares. Me bajé del auto sin esperar el cambio, el dinero me sobra, el lo necesitará más que yo. El pelo rojizo me chorreaba a montones, subí la escalera dejando un lago de agua salada tras mi paso. A pesar de que Nilda, la de servicio, me fulminó con la mirada, le di una mirada inocente en señal de disculpa. Al llegar a mi apartamento, metí la llave en la cerradura y jalé el pomo para entrar. Al atravesar el umbral me quedé paralizada. Parpadee varias veces intentando ver que era una visión, pero no. 
Nathan estaba en el sofá hablando plácidamente con mi mamá.
 




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