Tercera persona
Los autos avanzaban por la tan transitada carretera dejando un rastro de humo. En el carro de los Maxwell, la señora Massiel se sentía nostálgica, a pesar de que su hijo pronto cumpliría los 26 años, ella lo seguía viendo como un adolescente y tratándolo como tal, pues a pesar de que éste hace más de un año trabajaba, ella lo seguía manteniendo y mimando a su forma, ahora sólo lo vería unas pocas veces en caso de visitarlo algunos fines de semana, pero sólo serán ocho meses, no es tanto tiempo.
Nathaniel no estaba triste, para nada. El había sido un adolescente muy revoltoso, pero le llegó su momento de sentar cabeza, y eso es lo que quiere para su hijo, que deje de lado las fiestas y se convierta en un hombre de negocios, él pensaba que la responsabilidad de tener un hijo, le ayudaría a madurar.
Nathan estaba intranquilo, ya no parecía un nerd en un examen, ahora parecía un maldito burro en un examen. Se sorprendía de lo nervioso que estaba, hoy su vida cambiaría de ser "el soltero más codiciado" a "un hombre de familia" y eso lo ponía nervioso. Lo bueno que le veía a esto es que podía tener a la pelirroja que tanto había despertado su interés, porque sí, el estaba 100% seguro de que Olivia y él iban a tener sus encuentros en más de una ocasión. También le daba curiosidad las cosas del embarazo y el bebé. Se emocionaba de tener un mini él corriendo por la casa... Por la casa de él claro porque cuando eso pasara, ya el y la pelirroja sólo serían "Los padres de Nathan Junior".
En el otro auto, Meredith estaba bastante triste., hoy abandonaría a su hija por ocho meses, se perdería la etapa del embarazo de su hija, sólo para complacer a la prensa, a veces odiaba su carrera. Al mismo tiempo, creía que con ser madre, su hija dejaría ese aire rebelde de lado.
Steve conducía tranquilo, estaba triste de dejar a su niña en aquella propiedad, pero estaba seguro de que era lo correcto.
En el asiento trasero brotaban las lágrimas de tres amigas que se despedirían hoy. Aunque Madison y Samantha se seguirían viendo, sin Olivia nada es lo mismo.
Por su parte la pelirroja estaba llena de una mezcla de sentimientos. Tenía tanto que pensar, y entre eso se encontraba el que no pudo despedirse de su guapo jefe, Mark. Sentía que hasta extrañaría a Eugene y su extraña adicción de peinarse el cabello. También a las chicas y al calor de su casa. Dejaría todo atrás para hacerle frente a su nueva vida.
Aunque todos estaban conmocionados, no cabían de la dicha de tener a un bebé nuevo famila.
(...)
Olivia
Estoy terminando de vivir las dos horas más largas de mi vida. Dos horas de viaje en las que he tenido que bajarme unas cinco veces a vomitar. El mareo me tiene aturdida, dos horas encerrada en el auto, Venga ya! Mejor aguante no he podido tener.
_Al fin- Grita mamá cuando llegamos.
Todos nos bajamos en un abrir y cerrar de ojos. Ya nos dolía el trasero.
_Wao- si me gustó en una foto, en la vida real me encanta¡ Es preciosa! Tan moderna y sencilla a la vez.
_ Ya sisi, ahora mírala por dentro- Las chicas me jalaron hasta el interior.
_Chicas- Me quedo alucinando. Es impresionante! La decoración es bastante rústica, todo cuanto predomina es madera clara y cristales, es mi idea de "casa perfecta". Me sorprende que me conozcan tanto.
_Te gustó- Me pregunta Madi.
_Es...es preciosa- Me seco las lágrimas que se deslizan por mis mejillas.
_Deja que la veas completa- Me jalan de nuevo.
Mientras más veía , más me enamoraba de la casa.
_Cómo pudieron organizar todo de la noche a la mañana?-Pregunto.
_Tenemos nuestros trucos- Responde Samantha.
_Ah las amo- Corro a aabrazarlas.
_De verdad te gustó?- Vuelven a preguntar.
_Saben que sí- Digo aún abrazándolas.
(...)
Nos despedimos de nuestros padres y las chicas cuando ya está anocheciendo.
Cada cual se pone a desempacar, en el cuarto principal ordenamos nuestras cosas, porque sí, compartimos habitación, nos duchamos juntos y luego nos ponemos a ver The Notebook abrazados en el sofá.
Espera... Se la creyeron? Jajaja eso ni en chiste.
Cada uno se da una ducha INDEPENDIENTE y luego ordenamos pizza para cenar, el bromea con pedirse una lasagna y hasta yo me río, Idiota.
Para cuando terminamos de cenar, él se pone a ver la tele y yo voy a la oficina.
Sacó los plumones y una cartulina grande.
En estas horas que llevo conviviendo con él, he aprendido que se ducha con la cortina abierta (El baño era una piscina cuando entré después) tiene su propia crema dental y es amante al fútbol. También que TIENE UN TRABAJO! pueden creerlo? El cerdo pijo es nada más y nada menos que arquitecto.
_Qué estás haciendo?- Cómo si me comunicara con él por telepatia, está recostado en el umbral, mirándome enarcando una ceja.
_El horario- Respondo volviendo a escribir.
_Horario? No tienes cara de niña ordenada.
_Es un horario para dividirnos las tareas.
_ Para eso esta la empleada de servicio, espera po qué no nos recibió una...-
_Porque no tenemos- Lo interrumpo y su cara se torna seria.
<<Olivia no lo hagas>> <<No te rías>>
_Es broma no?- Pregunta.
<<Aguantaaaa>>
_Me ves cara de bromear- Gruñe antes de irse.
Ya no lo aguanto. Comencé a reírme sin parar.
_Mi amor, hay que reírse de la desgracia de tu padre. - Seguí riendo.
Para cuando terminé, lo colgué en una pared de la cocina y subí a llamarlo.
Cuando entré a la habitación tenía el brazo encima de la cara. Tuve que morderme un carrillo para contener la risa.
_Nathan- Lo llamo. Se quita el brazo y me mira serio.
<<Ponte seria>>
Carraspeo_ Debes irte al sofá.