9 Meses con él [pronto en edición]

Celos II

Olivia

El timbre no para de sonar, despertándome con el ruido que provoca. 

Me cepillo los dientes, lavo la cara y bajo mientras me atuso el pelo en un moño mal hecho.

Cuando habro observo a Leo con vistiendo un Polo blanco, vaqueros azul cielo Y zapatillas deportivas.

_Te sucedió algo?- Pregunta y me pongo a reparar mi atuendo, sin haberlo notado traigo una playera hasta las rodillas casi  como única prenda.

_Ah lo siento- Qué vergüenza, subo a cambiarme y me coloco unas mayas de licra rosa y una camiseta blanca, si porque ejercicios con vestido es lo peor del mundo.

Bajo con vergüenza aunque la playera no dejara nada al descubierto, igual.

Él ya está en el jardín acomodando las alfombras.

_Te estaba esperando- Me dice cuando llego a su encuentro. Ahora que me fijo bien Nathan no está en casa, ayer lo sentí irse, pero no regresar. _Desayunaste?.

_Pues no, tú me despertaste- Admito.

_Bien, aquí traigo un puré  integral para el desayuno.

_Qué asco- Hago una mueca.

_ Es tu desayuno, establecido, tiene todas las proteínas que necesitas para mantener a tus bebés hasta el almuerzo. Y no es tan desagradable- Añade.

_Ah- Bufo.

_Es lo que hay- Se encoge de hombros.

_Bien- Me rindo.

_Vayamos a prepararlo.- Me dice y le indico donde queda la cocina.

Nathan ayer agotó mi paciencia. Es un cerdobastardoojizarcodespreciable (cerdo, bastardo, ojizarco-despreciable) pero juro que ayer lo sentí culpable cuando me vio llorando. Pero por qué? Bonnie lloró a moco tendido frente a él y ni siquiera se inmutó, y apuesto que no es la primera que lo hace.

Los que dicen que las mujeres somos indescifrables y bipolares, es porque no conocen a Nathan Maxwell.

(...)

Nathan

_Otro -pido ya sin fuerzas. Ya ni sé por qué me estoy embriagando? Ah sí, porque se lo debía a mi cuerpo. Lo he sometido a una jornada de problemas inmensa en sólo un mes, demasiada tensión, y lo de ayer sólo me lo terminó de demostrar. Ya estaba hasta sintiendo lástima de mis palabras, mucho cansancio.

_Lo siento pero ya no puedo darle más- Me informa la sexy chica que atiende la barra. Gruño y me bajo como puedo. Me sostengo de las paredes del pequeño bar y salgo tambaleandome hasta mi auto.

Me subo e intento arrancar pero nada, porque simplemente veo triple. El sueño me vence y me dejo caer.

(...)

Qué puede ser peor que una resaca? Ah ya sé, una resaca en media carretera dentro de tu auto, sin recordar una mierda.

Saco el celular y busco el maps.me . Estoy a un kilómetro de la casa. Conduzo con la migraña matándome y con la vista pesándome.

Aparco en el garaje y camino hasta la puerta principal, mi nivel de alcohol superó los niveles comunes. Me tapo la cara, el Sol es molesto de veras. Abro la puerta con la llave y entro. 

Me encamino a la cocina en busca de una aspirina, y la veo. Está perdida en sus pensamientos sentada en la isla, con una  ropa deportiva que marca su sexy figura, aún sentada se le nota el cuerpo de guitarra que tiene.

Me voy acercando, debo pedirle perdón, es lo correcto. Como todo un hombre debo reconocer que me equivoqué.

Me dirijo a ella. Odio pedir perdón, pero es necesario. No quiero problemas tan rápido, tendremos que convivir 8 meses después de todo.

Hasta que lo veo, en mí cocina, en mí casa, con mí mujer...ESPERA QUÉ? Me equivoqué quise decir cerca de mi hijo, es la resaca, sí es eso.

_No quiero- Niega ella.

__Pero lo necesitas- Le dice muy cerca de su cara, inclinado por encima de la mesa.

_Pero es asqueroso- Bufa.

_Pero es obligatorio.

_Me va a hacer vomitar- Vuelve a quejarse ella.

_No me hagas dartelo Olivia- OLIVIA? LE DIJO OLIVIA? NADA DE SEÑORITA O QUÉ SE YO?

_Pero...

_Ya dijo que no quiere- Lo corto, los dos reparan en mi presencia, debo dar asco, lo sé. _ Y para ti es Señorita, nada de Olivia te queda claro?

El no tarda en enderezarse demostrando no tener miedo.

_Déjalo estar- Me dice.

_Es lo que sucede cuando le das mucha confianza a los empleados- la regaño.

_Perdón, pero usted no tiene derecho a interrumpir mi trabajo de cuidar su salud, eso me hace dudar sobre cuánto le importa en realidad su mujer y su bebé.

No digo nada. Simplemente recorro a la calma, y con toda la calma del mundo le meto un puñetazo que lo lanza al suelo en cuestion de nada. Me dobla en tamaño, pero no en agilidad.

Me le lanzo encima y lo sigo golpeando.

_Nathan, Nathan, Nathan- Olivia trata de apartarme pero niego, no quiero lastimarla. _Por favor- Me suplica y una gota de agua moja mi espalda por encima de la playera. Me giro y ahí la encuentro, llorando, por segunda vez.

No sé porque odio tanto verla llorar.

Lo suelto y corro al piso de arriba, cierro la puerta de la habitación de un tirón.

(...)

Olivia.

Me seco la cara y le tiendo el brazo al nutricionista que yace en el suelo con la cara llena de sangre.

_Lo...lo siento- Intento disculparme.

_No pasa nada- Intenta limpiarse y hace una mueca de dolor.

_Tienes que ir a un hospital- Insisto.

_ No te preocupes- Me pone las manos en los hombros y se las aparto de un tirón.

_Pero lo provocaste- Lo regaño_ Y tiene razón, no podemos cruzar la línea de Doctor, entrenador o lo que seas y jefa- le digo.

_Wao- Se echa a atrás _Nunca me ha gustado que las chicas  dejen que sus novios controlen hasta a sus amistades, la consideré más valiente señorita Olivia- Hace énfasis en señorita.

_A mi nadie me controla- Le dejo saber que me molestó su comentario_ Si te lo digo es porque me molesta a mí.

_Bien, si eso quiere- Sin más se va.

Respiro hondo y subo.

Él está vomitando en el váter, lo puedo escuchar. Me siento en la cama y espero a que salga.




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