9 Meses con él [pronto en edición]

Capítulo 29

 Ha transcurrido más de 3 semanas del suceso. Nathan y yo apenas nos miramos, no ha habido roce ni habrá porque esto se acabó antes de empezar.

Sigo con la meditación mientras Leo describe de una forma específica una playa, dándole un toque fantástico y relajante por la manera en que describe la brisa.

Intento dispersar mi mente de él, lo que he hecho últimamente. Me concentro en el ejercicio que mantiene mis emociones estables.

Pasado el horario laboral de Leo lo despido en la puerta.

_Gracias por todo- Me sonríe dulcemente en respuesta. Leo es ese chico dulce y cortés que está dispuesto a bajarte la Luna si la quieres. En otra vida me hubiese vuelto compmetamente loca por él, pero desgraciadamente no es mi tipo, porque yo no soy santa paloma, no soy la mujer que él necesita y sé que tarde o temprano terminaré lastimándolo, por lo que prefiero dejar las cosas así.

_Descuida, es mi trabajo- Besa Mi mejilla y se va.

Decido que el día no está para quedarme en casa así que me doy una ducha y reemplazo la ropa deportiva por un outfit veraniego ya que hace un calor infernal, tal vez hoy utilice la piscina.

El temor de cualquier primeriza me azota con fuerza. Le temo mucho al parto, al proceso, jamás he visto nada relacionado con eso y a la vez no quiero buscar en Youtube porque puede ser traumante ver a una mujer pariendo. Prefiero vivir en la incertidumbre.

Recorro las tiendas del centro comercial, adentrándome en las que venden ropa y accesorios para bebés. Le echo un vistazo analítico a cada prenda, buscando las mejores telas, las incapaces de producir alguna alergia o comezón.

Veinte minutos bastan para tener más de cuatro bolsas repletas de juguetes, ropas, biberones y hasta pegatinas para decorar las paredes. Como no sé un carajo de varones, pasé al menos seis minutos intentando decidirme en sí la decoración sería de fútbol, súper héroes o autos. Decidí por súper héroes, le compré muchas cosas de los Avengers y lo tuve que pensar mucho para no comprarle desde ya, algunos útiles escolares.

Sacudo mi mano intentando llamar la atención de un taxi. Un chico se acerca amablemente y termina buscándome uno luego de alargarme de manera caballerosa, haciéndome recuperar las esperanzas de poder tener una relación siendo madre.

 

(...)
 

 La casa está silenciosa, indicándome que si Nathan está, estará encerrado en la habitación del bebé.

Dejo las bolsas en el sofá y me sirvo un poco de agua. Desde la cocina vislumbro la silueta de alguien en el jardín. Me asomo y veo a un señor trabajando en la piscina.

_Buen día- Saludo amable. Incitando al extraño a presentarse.

_Oh, buen día, usted debe ser la señorita Olivia.

_Si, soy yo- Sonrío cuando el lo hace, mostrando las arrugas de la edad.

_Soy Max, el alberquero- Se presenta_ Siempre quien me recibe y atiende es el señor, nunca la había conocido a usted. Es muy bonita, me recuerda a mi esposa cuando estaba embarazada de mi hija, sus cabellos también son rojos- Me saca una sonrisa genuina, es un señor muy gentil.

-Muchas gracias, me alaga recordarle a su esposa- Admito_ Le agradezco por su trabajo, honestamente no le había prestado atención, sin ofender- Me retracto al ver que puedo dar una imagen equivocada, pero él sólo asiente_ Es que mi cabeza está echa un lío.

_Entiendo y no se preocupe- Sonríe_ Si me permite...

_Claro- Le sonrío y él continúa su labor, dando por finalizada nuestra charla.

 

(...)

 

 Me encierro en la habitación, con un aburrimiento abrumador, luego de hacer algunas tareas. Mamá contrató a Linda, una empleada de unos 30 y tantos, que me ayuda a hacer algunas cosas.

Las ganas de decorar la habitación del bebé me llenan, pero me las trago porque de ningún modo voy a convivir con Nathan justo ahora, en otro momento será.

Me decido por llamar a Samantha para desahogarme un poco. Madison también es mi amiga, pero es la hermana de Nathan, como quiera que sea, no puedo hablarle mal de su hermano.

Al tercer timbre, contestó.

_Fiona- Canturrea.

_Ariel- La corrijo molesta, toda mi vida quise ser una sirena, ella no me quitará eso.

_Y Shrek?- Me ignora

_Ni Shrek ni Erick- Bufo- Soltera hasta la muerte- La siento reír- No es gracioso- La regaño.

_Ok, ok, quieres desahogarte, ¿Verdad?

_Exacto- Adoro que me conozca tan bien.

Digo toda clase de insultos para intentar apaciguar mi ira. Le hablo de lo que hizo Nathan y lo idiota que es, también que llevamos más de dos semanas ignorándonos.

_Sabes qué- Me interrumpe- Ahora te llamo- Y así, sin más, Samantha me colgó.

Me quedé anonadada, mirando la pantalla del teléfono. El ruido de los toques en la puerta me espabiló, dejándome aún congelada.

Nathan, es lo primero que viene a mi cabeza ¿Quiere hablar conmigo? ¿Debo ignorarlo? Sin pensarlo dos veces abro.

La decepción me ataca.

No es Nathan.

Es Linda.

_Señorita, vi estas bolsas abajo- Sacude las compras_ y pensé que usted las necesitaría.

_Gracias, Linda- Recibo las bolsas y las deposito en un pequeño sofá.

_De nada, con permiso- Se regresó al primer piso.

La llamada de Samantha me devuelve a agarrar el teléfono.

_¿Qué?- Espeto. No le perdonaré el que me colgara.

_Marco Jones.

_¿Qué?- ¿Y ahora de qué habla?

_Tu cita- Dice con obviedad.

_¿Mi cita? ¿Pero tú de qué vas?

_Escucha, es un amigo de Daniel; Inteligente, amable, educado, guapo y soltero.

_Aún no entiendo...

_Niña no tienes nada que entender- Habla molesta- Mañana a las 8 pm se encontrarán en ese restaurante que visitamos cuando fuimos. Creí muy rápido para que te recogiera en tu casa, además no estoy para las escenas de Nathan. Ponte linda y sexy, puede que no cojan por tu panzona y eso, pero no importa. Debes causar buena impresión. Me envías una foto cuando
estés lista para evaluar tu outfit, aunque siempre has tenido buen gusto. Bueno luego me cuentas qué tal todo. Besos, Fiona- Colgó.




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