A. Alexa. Milena (#1 Cuentas pendientes)

4

Pasó lo que quedaba del día y parte de la mañana siguiente encerrada en su habitación, presa de los recuerdos. Esa era la razón por la cual había evitado la terapia por tanto tiempo, remover el pasado solo traería más dolor. Pero por Viktor, lo haría.

Agradeció que nadie le molestara, aunque sabía que Novak seguía en casa, puesto que veía su coche desde la ventana de su habitación.

Al mediodía por fin juntó fuerzas para salir, encontró a su marido en la sala de estar, con un vaso de vodka en la mano, descansado. Se sentó a su lado, apoyando la cabeza sobre su hombro. Novak no perdió tiempo para abrazarla y jalarla hacia su costado.

– ¿Mejor?

– Sí. – había encerrado los sentimientos en una parte recóndita de su mente, decidida a ignorarlos.

– Hoy es la presentación de la campaña de Logan. ¿Te sientes bien como para asistir?

– No me lo perdería por nada del mundo. – musitó. – No me voy a romper, Novak, fue un traspié, no me esperaba que se sintiera tan real después de tanto tiempo, pero voy a estar bien.

– Me preocupo por ti. – confesó y Milena trató de conciliar ese hombre que la abrazaba y el despiadado asesino que sabía que era. Le resultó imposible así que pronto desistió.

– Lo sé. – dijo simplemente, luego se recostó un poco mejor sobre su pecho, disfrutando de un minuto de soledad.

Ellos no eran una pareja cariñosa o algo por el estilo, pero ambos habían sufrido cosas similares, así que lograban comprenderse el uno al otro. Su matrimonio había nacido a raíz de esa conexión y no se arrepintió ni un instante de tomar esa decisión.

🥀🥀🥀

Tuvo una sensación de déjà vu al pisar de nuevo el camino de entrada del club social, está vez ataviada en un elegante vestido negro, con el pelo recogido en un moño. Logan los esperó en la entrada y los acompañó hacia la mesa contigua al escenario.

El lugar todavía estaba medio vacío, pero Milena sabía que se llenaría en cuestión de minutos. Si bien no apoyaban a Logan, nadie perdería la oportunidad de vestir sus mejores galas y cotillear.

Sus sospechas se confirmaron al ver que Ramiro Sotomayor llegaba de brazo de una morena despampanante, aunque no logró reconocerla. Detrás de ellos, su madre, la vieja bruja que hacía tiempo debía de haber muerto, pero al parecer ni siquiera el diablo la quería a su lado.

Sus padres fueron los siguientes en entrar, como peritos falderos de los Sotomayor. Su corazón dolió un poco al ver a su hermana, Alina tenía apenas diez años cuando ella huyó de la ciudad, no pudieron despedirse siquiera.

Frunció el ceño al ver cómo iba vestida, no aparentaba sus quince años, sino más. La razón pronto se hizo evidente.

Cálmate. – siseó Novak, trayéndola de regreso al presente, sus puños estaban apretados sobre la mesa y ella entera estaba temblando.

– Se la están regalando en bandeja de plata. – siseó de vuelta, viendo como su madre sentaba a Alina al lado de Ramiro, que podría ser su padre fácilmente.

Él era nueve años mayor que Milena, si la diferencia de edad entre ellos era mucha, entre Alina y el imbécil era enorme.

La morena pasó a un segundo plano, pero no parecía molesta por ello, al parecer fue suficiente aparecer de la mano del alcalde, el que te tratara como basura humana no contaba.

Él se inclinó para hablarle al oído a Alina, pero su mirada viajó hacia su mesa. Trataba de provocarla y lo peor es que lo estaba logrando.

– Es una niña.

– Justo como le gustan. – murmuró Novak, pero al darse cuenta como habían sonado sus palabras, trató de retractarse. – Perdón. Pero ella no se ve molesta con sus atenciones.

– Claro que no. Es considerado un honor que el alcalde te preste atención, no importa cuán viejo sea él o cuan joven eres tú. Mi madre deberá estar en las nubes.

– No le des el gusto de sacarte de tus casillas. Recuerda lo que hablamos, nunca debes mostrarle a tu enemigo tus nervios, tus emociones. Dale a entender que te vale si se enreda con tu hermana, tu madre o quien quiera, aunque ardas por dentro.

Ella esbozó una sonrisa, aplaudiéndose mentalmente por el logro. Novak tenía razón, si Ramiro se daba cuenta de que le molestaba que rondara su hermana, lo haría con aún más ganas. Con la sonrisa triunfante aún en los labios, levantó la copa de champagne en su dirección, brindando, antes de virar para escuchar el discurso de Logan que comenzaba en ese momento.

🥀🥀🥀

– Me siento muy orgullosa. – apretó las mejillas de Logan en broma, después de que terminara con su discurso. Él rodó los ojos. – ¿Derja no vino? – preguntó, había buscado a la mujer con la mirada, pero no había tenido éxito encontrándola.

– Prefirió quedarse con sus bestias. – dijo Logan a modo de explicación, antes de girar hacia un periodista que pedía una entrevista.

Milena decidió dejarlos a solas y empezó a mezclarse entre la gente. Empezó a sentirse un poco decepcionada del recibimiento en el pueblo, o la falta de ese, cuando su madre se atravesó en su camino. Sin decir una palabra, la agarró del brazo y empezó a jalarla fuera del salón. Milena vio a Dmitri tensarse, pero negó con la cabeza dándole a entender que podía con su madre.




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