— ¿Qué haces tú aquí? — inquirió Ramiro con la furia goteando en su voz. Tenía el ojo morado y el labio partido, haciendo que el pecho de Milena se ensanchara.
Reacia a dejarse ver vulnerable delante de él, cuadró los hombros y le sostuvo la mirada.
— ¿Qué haces tú aquí? — preguntó Marín a su vez, dando un paso hacia el costado para quedar delante de Milena en un intento estúpido de protegerla.
— Me arruinaste el negocio con Enzo, ¿te das cuenta de la gravedad de lo que hiciste?
Martín se encogió de hombros, desinteresado. Los negocios de su hermano nunca le importaron, menos ahora que sabía que él le había robado de la manera más ruin, dejándolo solo para luchar en la vida.
— ¿Esto fue obra tuya, perra loca? — preguntó, inclinándose un poco hacia el costado para mirar hacia Milena.
— No la metas en esto. — espetó. — Esto es entre tú y yo, Milena no tiene nada que ver.
Ramiro rio entre dientes.
— ¿De verdad te crees eso? Esa maldita ha vuelto para joderme la vida y tú eres el estúpido que le facilitó el camino.
Martín vio que estaba mortalmente serio. Él en realidad pensaba que Milena estaba en una cruzada contra suyo, pero se le hacía difícil creerlo. Después de ver cómo se puso al saber que era su hermano, después de ver el terror en sus ojos no podía creer que Milena quisiera tener cualquier cosa que ver con Ramiro en toda su vida.
— Creo que yo mejor me voy. — dijo, plantándose entre ambos.
Martín estaba a su espalda, por eso no vio la efímera sonrisa que había esbozado solo para los ojos de Ramiro.
Entonces viró hacia él, borrándola.
— Ustedes tienen cosas que hablar y no me corresponde estar aquí.
Martín asintió, pero cuando ella dio un paso atrás, la cogió de brazo.
— ¿Hablamos luego? — preguntó, suplicándole con los ojos.
Milena se encogió de hombros.
— Necesito procesar todo esto. — fue su respuesta, se zafó de su agarre y salió sin mirar atrás.
🥀🥀🥀
Dmitri la esperaba en el mismo lugar donde la había dejado.
— ¿Novak? — preguntó, subiendo los pies sobre el asiento, le dolían las piernas por la caminata y empezó a hacerse un suave masaje.
— Están todos en la oficina. Tengo entendido que fue un éxito.
— ¿Acaso dudabas de mí, Dmitri?
El hombre negó con la cabeza.
— No me atrevería a hacerlo, señora.
Dmitri aparcó en la entrada trasera de las oficinas de Logan, ahí ya podía ver el coche de Novak y el de su amigo. Entró con paso ligero, sonriendo.
Katalina fue la primera en advertir su llegada, alzó una copa en su dirección, riendo por algo que había dicho Logan.
— ¿Por qué tan contentos, señores? — preguntó divertida, sirviéndose una bebida y yendo a sentarse al lado de Novak.
— Te juro que había colores que ni pude identificar en la cara de Sotomayor. Está furioso. — río Logan, bebiéndose de golpe su copa y sirviéndose otra.
Derja, sentada a su lado, rodó los ojos.
— Me gustaría haber podido verlo en vivo y directo. — se lamentó, pero con la sonrisa persistiendo en sus labios.
— Oh, te lo grabé. — acotó Katalina, rebuscando algo en su bolso y sacando su celular.
— Mándamelo. Quiero verlo cien veces.
— Enzo se va de la ciudad mañana, así que cambiamos la cena por el desayuno. — le informó Novak, tomando su mano para besársela.
— Oh, Enzo debe estar furioso también. Esta alianza era tan importante para él como para Ramiro.
— Si, pero nosotros podemos arreglar la situación de Enzo. Sotomayor es el que se quedó sin apoyo financiero de los italianos. — agregó Logan, siempre optimista.
— Bueno, falta convencer a Enzo y eso no va a ser muy fácil.
— Siempre tienes que ser tan pesimista, ¿ah, Derja? — Logan giró su cuerpo hacia la mujer, tratando de enfocarla. Las copas empezaban a pasarle factura.
— Soy realista. Enzo es un hijo de puta impredecible y no podemos asumir que su ruptura con Sotomayor signifique que va a ayudarnos a nosotros.
— Derja tiene razón. — se metió Milena, presintiendo que esos dos podían debatir sus puntos de vista hasta la noche. — No somos los preferidos de Enzo, solo aceptó esta cena por Irina. Pero su matrimonio no lo obliga a apoyarnos en todo.
— Tal vez Novak no debería ir al desayuno, así lo cogemos de mejor humor.
Milena sintió a Novak tensarse ante las palabras de su mejor amigo, pero Logan no siquiera se dio cuenta de lo que había dicho hasta que Derja le dio una colleja.