Capítulo 2

Daenerys

Época actual

El día anterior, mis amigas y yo nos habíamos puesto de acuerdo para pasar el día de hoy en un picnic en el bosque, disfrutando de un día lindo y soleado. Pero, como todo lo bueno tiene que terminar, ya estaba atardeciendo. Las chicas dijeron que ellas recogerían las cosas, mientras yo salía a dar una pequeña caminata por la orilla del río. Me gustaba escuchar el canto de las aves que se encontraban en esta zona y el correr del agua en el río; era especial y tranquilizador para mí, al igual que ver el cielo azul o una noche estrellada.

Caminé tanto que perdí la noción del tiempo, seguramente ya me había alejado demasiado de las chicas. Ya estaba oscureciendo tanto que me dispuse a regresar cuando choqué con alguien y ambos caímos.

—Disculpa, no te vi — dijo la voz de un chico.

—Sí, me di cuenta — respondí. Él se levantó primero que yo y me extendió la mano —. Lo puedo hacer sola — me levanté y él retomó su compostura al ver que lo dejé con la mano estirada. Por otro lado, sacudí ciertas partes de mi ropa que se habían ensuciado.

—En serio, disculpa. Estaba perdido en mis pensamientos y no me di cuenta por dónde caminaba.

—Tus disculpas no sirven de nada; mi ropa quedó sucia.

—Nadie que venga al bosque debería traer ropa clara.

—Como sea — di la vuelta para irme.

—Oye, espera — dijo tomándome del brazo pero sin lastimarme —. ¿Cómo te llamas?

—Eso no te importa — él me soltó y salí corriendo ya que anocheció muy rápido. Mi hermano me ha dicho que no ande sola y menos si es en el bosque, ya que puedo correr peligro. Al llegar al punto donde se encontraban las chicas, me regañaron, en especial Hanna, que era la que más me protegía. Dijeron que estaban a punto de ir a buscarme cuando llegué. Las cuatro caminamos hasta la orilla de la carretera, que era donde habían dejado el auto, y regresamos a la casa de Anette. Al estar allí, estuvimos jugando, modelando y haciendo algunas bromas.

Ya en la mañana, llegó Max por mí y me llevó a mi casa. Pasó el resto del día conmigo, me estuvo ayudando con las tareas y, al llegar la noche, se fue. Le dije que me avisara cuando llegara a su hogar y, al hacerlo, me acosté a descansar ya que mamá avisó que no llegaría a dormir, que no tenía caso que me quedara despierta esperándola.

Desde hace muchos años, comencé a tener sueños con familiares o amigos, en los cuales se decía lo que les pasaría, como si fuera una premonición de ello. Puede que sea bueno, pero también es malo, ya que saber cosas antes de que pasen no es lindo. Ya tenía unos meses que no sucedía, pero hoy no fue la excepción. En ese sueño se encontraba mi hermano Dani; él tendrá un accidente y estará muy grave, pero no morirá, y es un gran alivio. Lo digo porque no soportaría perder a otro ser querido.

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Domingo por la mañana

—Buenos días — dije mientras entraba a la cocina —. ¿A qué hora llegaste?

—Hace como media hora — dijo mientras servía leche en un vaso —. ¿Qué tal dormiste? — Me miró un momento de pies a cabeza —. ¿Y ese milagro? — La miré confundida —. Me refiero a que estás desarreglada.

—Bien, mamá — reí por lo dicho —. Es que hoy no tengo ni la más mínima gana de arreglarme.

—Sigue siendo un gran milagro.

—No, mamá.

Fue lo último que dije antes de ayudarla a hacer el desayuno. Mis hotcakes me salieron un poco chuecos, pero es la primera vez que los hacía. Estuvimos un rato platicando mientras desayunábamos. Me sentía feliz porque es la primera vez que no peleamos desde hace mucho tiempo.

—Hija, después de que termine de recoger y lavar los platos, quisiera hablar contigo.

—Sí, está bien — dije saliendo de la cocina para ir a ver la televisión que se encontraba en la sala. Un rato después, regresé a la cocina —. ¿Ya terminaste?

—Sí, solo estoy poniendo los últimos platos en su lugar.

—¿De qué querías hablar?

—Saldré...

—Imaginé que eso dirías — traté que mi voz no sonara triste —. ¿Cuánto tiempo te irás?

—Aproximadamente de 4 a 8 meses, pero trataré de regresar antes, lo prometo — trató de tomar mis manos, pero lo evité —. Sabes que por mi trab... — la interrumpí.

—Sí, tu trabajo demanda que todo el tiempo estés fuera, lo tengo muy claro... ¿Cuándo te vas?

—Mañana en la mañana.

—Supongo que, igual que otras veces, cuando despierte ya no estarás, así que — le di un abrazo —. Que te vaya bien — subí a mi cuarto antes de que me dijera algo.

Me acosté boca abajo en el centro de la cama, esperando que esa sensación de llorar se fuera. En algunos momentos, venía a mis pensamientos cómo serían las cosas si todo fuera diferente, si mi papá aún estuviera vivo y mi mamá tuviera tiempo para mí.

Pero todo pensamiento quedó atrás cuando escuché una notificación llegar. Me levanté de la cama y fui en busca del celular que estaba a un lado del espejo. Entré a la app y revisé los chats; entre ellos había mensajes de Max y mensajes recientes del chat grupal que tenía con mis amigas.

"Las maniacas"

Anette🔥💅🏻: Hola nenas, ¿me extrañaron?

Daenerys:

*Sticker de una niña diciendo hola*

Anette🔥💅: ¿Qué hacen?

Evelyn✨🌸: Voy llegando a casa, ¿y ustedes?

Daenerys: Ando acostada

Daenerys: Anette, agrega a Hanna

Se añadió a Hanna🦋🍂

Hanna🦋🍂: ¡Holaaaa!

Daenerys:

*Sticker de dos gatitos abrazándose*

Anette🔥💅: ¿Qué haces, Hannita?

Hanna🦋🍂: Tarea, quiero tener la tarde libre.