Primer poema.

''En silencio te quise oir.''

Al silencio de mi voz se anuncia el cielo estrellado de mi propia ausencia.

Temerarios luceros que roban los nombres de las hebras de tu pelo.

Agónico silencio crepuscular que me aterra y me toma en sus brazos, prisionero y afónico.

Ausente caigo sobre mis rodillas murmuro roncamente tu nombre.

Mi interior se estremece cual hoja en otoño,

mis lágrimas similares a ríos desembocan en el cauce de tu agobio.

Me miro a mi misma resplandecer, presa del miedo me enervo.

Observo cada luz en el cielo y proclamo mi amor.

¡Oh dolencia que se sincera en mi lecho!

Distante, desplazada, olvidada y muero.

¿Soy yo quien grito tu nombre?

Recuerdo difuso de mi alma, brillo en esta tempestad.

Mi interior se estremece cual flor en invierno.

Soy parte del pasado, no hay señal de mí en ti, soy producto de la caridad misma.

¿Acaso me convierto en la primavera pasada?

Tácitamente muero distante, desplazada, olvidada.

He guardado silencio, quizás presa en la tempestad de tus orígenes.

Aunque en momentos grito para que me escuches,

el viento me hace eco manifestando el querer de mi voz.

Calma estremecedora.

Mutismo abrumador.

Amor quebrantador.

No miras lo que he sido, soy o seré, mi alma se quebranta como mi voz,

mi cielo se cae a peñascos cuando tu voz se abre a mí oír.