A Toda Velocidad

Capítulo 6

            “Voy a golpear a alguien,” dice Nora saliendo de su cuarto.

            “Procura que no sea la linda chica que está haciendo la cena para ti.” Mi amiga camina hacia el sofá y se tira boca abajo con pesar. “¿Qué sucede ahora?”

            “Mis ideas y convicciones en esta vida se están evaporando por una chica que no sabe de responsabilidades,” balbucea sin poder hacerse entender del todo.

            Tiro los restos de basura que hay sobre la mesada. “¿Quieres explicarte mejor?”

            Da un largo suspiro y toma asiento. “Loren me canceló y ella era la que cerraba el desfile,” frunce el ceño. “Dijo que hizo planes con su novio y se irán en plan de viaje romántico, ¿puedes creerlo? Después de prometerme su presencia.”

            El debut como diseñadora de Nora será dentro de muy poco. Ha tenido tantas expectativas en su presentación que cualquier pequeño detalle va a terminar por volverla loca. La idea de hace un desfile fue de su prima Margaret, quien es copropietaria del bar donde se realizará. Nora ha estado meses poniendo todo su esfuerzo en esto y en llevar su pequeño negocio a un puesto más alto y lo único que espero es que todo salga como ella quiere o todo sucumbirá en desastre.

            “¿No puedes hacer que alguien más lo haga?” Remuevo la salsa humeante antes de chequear que el agua para la pasta esté en su punto justo de ebullición. “Tienes a otras chicas.”

            “Todas deben llevar uno de mis diseños al final cuando salga a recibir los aplausos,” sonrío ante eso. Nora tiene la confianza para llevar a cabo todo esto y la admiro por eso. “Me falta una modelo.”

            “Pídele a Caroline del 5C, estoy segura que lo hará sin problemas,” le doy un rápido vistazo.

            “Tienes razón, me gusta su cabello cobrizo,” sonríe a medias, “va a quedar bien con el color del vestido.”

            Unos golpes en la puerta me distraen antes de poder probar la salsa y dejo la cuchara de madera a un lado para caminar hacia la entrada.

            El rostro sonriente de Teo se hace presente del lado de afuera y de inmediato siento como el hambre que sentía hace un momento se va de a poco.

            “¿Qué?” Pregunto distraídamente.

            “Me quedé sin agua caliente,” coloca su mano en la pared junto a mí y se arrima unos centímetros.

            “¿Y a mí qué?”  

            “Déjame usar tu ducha.” Es aquí que me doy cuenta que está cargando una toalla sobre su hombro y una muda de ropa en la otra mano.

            “No, vete.” Mi intento de cerrar la puerta en su cara se ve fallido luego de que el chico coloca el pie para evitarlo.

            Con un solo movimiento, abre la puerta por completo y se adentra al apartamento sin una pizca de incomodidad. “Se supone que debes cuidarme,” reprocha.

            “Públicamente,” especifico, “no hay nadie cerca.”

­­­­            “¿Qué me dices de Nora?” Señala a la chica apoyada contra el respaldo del sofá. La sonrisa de mi amiga se vuelve aún más grande al ser parte de este intercambio.

            Niego cerrando la puerta detrás de mí. “Nora ya sabe la clase de persona que eres, no cuenta.”

            Mueve su cabeza chistando. “A Daisy no va a gustarle escuchar sobre esto.”

            Mi idea de una noche tranquila de pasta no va a ser arruinada por culpa de él. “¿Sabes? Estoy comenzando a preguntarme si Nueva York de verdad vale la pena.”

            Nora se pone de pie y camina hacia él con los brazos cruzados. Esto le divierte mucho.

            “Déjalo usar el baño, mientras más rápido entre más rápido saldrá.”

            Teo tuerce los labios. “¿Seguimos hablando del baño?”

            “Dios, eres asqueroso,” me quejo apresurándome a él y lo arrastro hacia la puerta del baño. “Tienes 3 minutos.”

            “No puedo hacerlo en 3 minutos,” rezonga desde el marco de la pequeña pero bien decorada habitación.

            “¿Qué tanto tienes que lavar? No es como si fueses tan grande,” ese comentario lo único que provoca en él es una expresión pícara en su rostro.

            “Y con grande te refieres a...”

            “¡La clase de molestia que eres!” Exclamo antes de empujarlo y cerrar la puerta con él dentro del baño.

            ¿Cómo es que siempre logra acabar con mi paciencia?

            “Ese chico es tan insufrible como tu tía Cleo,” murmura Nora soltando una risita. “Incluso es peor que tu tía Cleo. Al menos es lindo.”

            Apenas escucho el sonido de la ducha vuelvo a lo que estaba haciendo, esperando a que un gran plato de ñoquis caseros me saque el malhumor. “Ojalá que no se demore y se vaya rápido.”

            Nora observa la puerta del baño. “Tal vez necesite ayuda, así hace las cosas a mayor velocidad.” Su intento de dirigirse hacia ahí se ve frustrado de inmediato por mí.



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En el texto hay: diversion, amor

Editado: 14.09.2023

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