Algunas has sentido que todo lo bueno que te sucede, es como si no lo merecieras. Es como un constante pensamiento que te carcome el alma, has pasado por tanto y cuando sucede algo bueno solo esperas a que venga algo peor. Así vivi mi vida durante muchos años, creyendo que no merecía nada bueno.
Poco a poco estuve conociendo más Andrew, el era un chico muy caballeroso, me trataba super bien, siempre que nos veíamos me recibía con un ramo de flores.
-Sabes! Creo que no fue mala idea haber ido al bar esa noche.
-Porqué lo dices?
-Porque sino no, nos habríamos vuelto tan cercanos.
Nelida desde la primera vez que te vi, yo quede encantado con tu belleza y tu forma de trabajar.
-Sonreia como una tonta, cada palabra que salía de su boca hacia que me sonrojara.
-Vamos tenemos que irnos, se nos va hacer tarde.
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Llevamos más de un mes saliendo, nuestra relación va bien.
-Nelida hoy no podré salir contigo, tengo un compromiso.
-Esta....... está bien andrew.
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-Señorita nelida, necesito que venga con urgencia escuche como una compañero me llamaba diciendo que el jefe mandaba a llamarme.
-Con permiso, dije.
-Pasa, porque demoraste tanto en venir?
-Por si no lo recueda jefe yo estoy a cargo de atender a los clientes y no puedo dejar así por así mi puesto.
-Desde mañana empezarás a entrenar a una chica para que se ocupe de tu puesto.
Necesito que vengas conmigo a una reunión y seas mi mano derecha.
-Yo señor.... esta seguro?
-Claro que si, Andrew se fue y no puedo ir solo, necesito a alguien de confianza y como tu sabes mucho sobre hoteles. Pensé en ti.
-Que dices?
-Por su puesto que si. Ahí estaré
-El avión sale esta noche, mandare a alguien a buscarte.
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