Estaba arrepentida de haber sido de esa manera pero cuando una persona nunca consigue nada y hay una oportunidad para poder obtener aquello que deseas, no medimos las consecuencias y no pensamos más que en nosotros mismos.
Así era con 12 años de edad, tratando de obtener el amor de un chico. ¿Cómo pude ser tan idiota? Por ser tan niña, no pensé el daño y los sentimientos de los demás. En mi mente, estaba completamente justificadas mis acciones. Así conocí a Evan Rogers. No podía creer que me gustara tanto un niño que vivía a miles de kilómetros de mí.
Esa mañana, en la secundaria, de reojo vi a Sophia escribir en su cuaderno: "Evan Rogers" acompañado de muchos pequeños corazones a su alrededor. Mi curiosidad creció y pregunté.
—¿Quién es? ¿El chico que te gusta?
También iba a ser el chico que me gusta pero... todavía no.
—Sí —respondió mirándome con una sonrisa—. Es mi novio pero vive muy lejos.
—¿Ah sí? ¿Dónde vive?
—En Chicago —dijo con un semblante triste.
Sí, era muy lejos.
Desde ese día, cada vez que iba a visitar a Sophia y ella hablaba con Evan, yo estaba allí metida. Quería ser parte también porque siempre me excluían de todo y de todos. El bullying que sufría cada día en la secundaria sólo agrandaba el vacío, la inseguridad y el deseo de morir todos los días. Hasta que... añadí en Facebook a Evan. Aunque Sophia, con la misma edad, era muy insegura y, al parecer, no le gustó nada, ella pensaba que mis intenciones no eran malas y que solamente quería un amigo, sin embargo... al pasar el tiempo, el sentimiento de amor crecía dentro mío al hablar con Evan. Hablaba con él todos los días, desde que me despertaba hasta que iba a dormir. Sabía que yo no estaba bien y me refugié en él.
Un día, como cualquier otro, Evan, a sus 13 años, me dijo:
Evan Rogers: Me molesta, ¿en serio hablan mucho?
Evan mencionó la relación "rara" que Sophia tenía con Tyler. Si bien Tyler era muy cariñoso y simpático, adentro mío tenía la seguridad que gustaba de ella. Aunque también tenía la seguridad que ella sentía por Evan algo muy fuerte. Sin embargo, los comportamientos entre ellos eran muy juguetones.
Me arrepentía, realmente, de ser así. No podía creer que haya visto una oportunidad para que ellos se distancien y la aproveché. Pero ya estaba celosa de ellos. Ya me gustaba Evan y no soportaba, me ahogaba, que Sophia, estando con él, siempre era cariñosa con todos. No lo merecía. Pensaba... que yo no sería así si estuviese con Evan.
Jenna Bennet: Sí... Juegan entre ellos. Tyler es muy cariñoso y Sophia también, tal vez está confundida con sus sentimientos y no quiere decirte.
Evan Rogers: Entiendo... hace tiempo está pasando esto y no me gusta para nada.
Jenna Bennet: Sí, lo sé. Los veo todos los días en clase. Ya hablé con ella que tenga límites con Tyler. Parecen novios.
Ese mismo día, en la noche, me sentía mal por sentirme tan feliz con el mensaje que llegó de Evan para mí.
Evan Rogers: Terminé con Sophia. No quiero que peleemos y fue un error empezar algo con ella... Debimos quedar como amigos.
Al día siguiente, ahí estaba yo, preguntándole a Sophia qué había pasado entre ella y Evan, aunque yo ya sabía, y ahí estaba yo, abrazando a Sophia mientras ella lloraba desconsoladamente por Evan. Sólo era una niña... y aunque sufriese bullying todos los días, aunque me odiara todos los días, aunque lloraba porque sabía lo imperfecta que era, no lo justificaba. Nada justificaba.
Poco a poco me distancié con Sophia, porque Evan me había confesado que sentía algo y yo también. Pero sería horrible que, mi supuesta amiga, supiese. Habían pasado los meses, y había conseguido algo que tanto anhelaba en ese momento y que, Evan fuese mi novio, así sea en la distancia.
Quería verlo, quería conocerlo, quería abrazarlo. Era un sueño para mí pero aún éramos niños para poder conocernos en persona, sin embargo, sabía que en algún momento iba a pasar. Bueno, eso creía en ese momento.
Pero nuestra relación a distancia no era la mejor de todas porque mi inseguridad y su ira, a tan corta edad, siempre prevalecía por encima de cualquier otra cosa. Mi depresión sin tratarse era un caso perdido y Evan no tenía el remedio porque él era mi remedio pero, ¿cómo sería posible eso? ¿Cómo sería posible si él estaba de la misma manera que yo? ¿Cómo podía sanar si todo lo relacionado con él no sólo me fascinaba sino que me enfermaba al mismo nivel?
Sentía ganas de morir de sólo pensar en perderlo aunque lo perdí. Las veces que nos distanciábamos, no nos distanciábamos del todo porque era muy fuerte lo que sentíamos.
No sólo lo perdí a él sino que perdí todo. Cada cosa relacionada a él, ya no tenía nada que ver conmigo. Si tan sólo hubiese sido más segura de mi misma pero... no podía culparme. Él sabía que haber sufrido bullying no era para nada fácil. Sin embargo, él me odiaba. Me odiaba demasiado, y aunque me disculpé, mis disculpas no fueron aceptadas.
Ahora pienso... que tal vez he soñado todo y de que él nunca fue real.
No tenía su contacto, no tenía sus fotos, no tenía sus audios, no tenía sus redes sociales, ¿dónde está? ¿Estará bien? ¿Estará vivo? ¿Me seguirá odiando? ¿Por qué, en el fondo, me preocupa tanto? No puedo dejar de pensar si las cosas hubiesen sido diferentes... Hoy tendría otra realidad. A pesar haber construido mi vida con una persona, siempre Evan aparecía en mi mente para destruir todo. Para recordarme que todavía no lo olvidé, aunque no quisiera aceptarlo. Prefería no nombrarlo para que no se notara lo mucho que extrañaba. Pero... nadie debía saberlo.
Y lo más importante, luego de haberlo conocido a 11 años atrás, ¿por qué aparece a través de mis sueños? ¿Por qué estoy buscándolo, en mis sueños, cómo una loca desquiciada después de años sin saber nada de él?