A Través De Mis Sueños

Capítulo 6

En estos días comencé a interactuar menos con Connor, no porque no quisiera, sin embargo, lo que había hecho causó una herida en mi interior un tanto pequeña. No quería ser cruel pero yo no podía creer lo que había hecho en la oficina de Williams. Entiendo perfectamente que él y sus amigos sean importantes, ese no era el problema, pero... ¿debía ponerse de su lado? ¿Justo allí?

Hasta que, hoy en la mañana, cocinando al mediodía me pinché el dedo índice con la cuchilla.

—¡Carajo! —grité. Rápidamente acudí a colocarme agua para que la sangre no cayera en el suelo.

En un abrir y cerrar de ojos, Connor estaba junto a mí con un semblante preocupado. Me llevó a sentarme.

—Espera aquí. Traeré el botiquín.

Él estaba muy atento curando apenas una herida que me había hecho. Quedé mirándolo todo el tiempo que estuvo haciéndolo hasta que levantó su mirada. Me gustaba Connor. Él era como ese camino que te gustaba recorrer, sin embargo, a medida que ibas avanzando en ese camino, podías sentirte un poco solitario. 

—¿Qué tengo?

Negué con una media sonrisa—. No es nada.

—Siento no haber estado de tu lado —dijo por fin. Me sostuvo la mirada un segundo más y luego siguió concentrado en la herida para colocar una curita.

—Seguro tuviste tus razones —dije—. Pero no voy a negar que fue injusto.

—Lo sé —me dijo, ahora mirándome nuevamente—. Sé la clase de persona que es Brianna, cariño. Sólo que a veces es un poco testaruda.

Eso no era ser testaruda definitivamente pero no quería seguir discutiendo lo mismo.

—¿Y qué quieres que haga por ella?

—Que puedas comprenderla un poco —dijo Connor acercándose a mí. Sabía que estaba tratando de chantajearme—. Tú eres magnifica Jenna. No quiero que estemos peleando por estas cosas.

Sinceramente yo tampoco, sin embargo, muy en el fondo me sentía incomprendida por la persona que estaba a mí lado. Respiré hondo porque, en dos años, no era la primera vez que pasaba. Decidí no seguir con la misma conversación.

—Lo sé —dije—. Lo siento. Debió ser un momento incómodo para ti.

—No es eso Jen, sólo que... creo que ustedes pueden llevarse mejor.

—Estoy dispuesta a hacerlo, pero ¿y ella?

—Hablaré con ella luego, ¿de acuerdo?

Asentí, aunque estaba un poco desconforme. Traté de ignorarlo por ahora.

Luego de unas horas, Connor decidió salir a comer con sus mejores amigos. Decidí quedarme para no hacer más incómoda la situación. Él trató de quedarse pero insistí que no debía reprimirse a las cosas que él quería hacer por mi culpa. 

Quedé en la cama pensando, hasta que Eleanor me avisó que podía hablar por llamada.

—¿Entonces...?

—Entonces es una idiota —respondí.

—¿Ves? Te lo dije. Es una idiota sin fin. Por las pocas cosas que sé, Zoe ha sido su mejor amiga éstos últimos años.

—¿Será que...?

No había terminado la frase que Eleanor comentó rápidamente—: ¿Son novios? ¡Ni lo pienses! Seguramente que no. Tú lo conoces más que nadie, ¿de verdad podría tener novia?

—¿Y por qué no? Tal vez la encontró.

—¿Qué rayos dices? 

—Quiero decir que, ella, tal vez, no esté mintiendo del todo y estoy perdiendo mi tiempo pero...

—Pero...

—Quisiera comprobar si estoy perdiendo mi tiempo.

—Así se habla. No entiendo cómo está siendo tan difícil contactarlo. Pero tranquila, espero respuestas de su mejor amigo.

—¿Cómo era su nombre?

—Noah.

—Bueno, esperemos su respuesta.

—El plan B es el siguiente si, por si acaso, no obtengo respuesta. Yo creo que me responderá rápido porque se ha desconectado hace unas horas. Pero por las dudas, yo vivo no muy lejos pero ni muy cerca de su ciudad. El problema es, si voy hasta allí, ¿hacia dónde voy?

—No irás a ningún lado —le dije. ¿Estaba loca? A su vez que le hablaba, me levanté de la cama para hacerme un café—. Además no creo que sus respuestas hacia a mí sean muy positivas.

—Pero... ¿por qué no?

—¿Recuerdas que me odia?

—Me dijiste que te ha dicho "te quiero" la última vez. ¿Eso es odiar?

—No sé qué pasó ese día pero me lo dijo —sonreí inconscientemente. No fue hace tanto años como las demás veces. Lo recordaba como si fuese ayer y me emocionaba como si fuese ayer y sonreía como si fuese ayer—. No podía creerlo.

—No te odia. Créeme. Con todo lo que me has contado y cómo era contigo, eso no es para nada odiar a una persona. Eso es estar enamorado.

—Estás exagerando demasiado.

—En serio, adem- ¡me respondió Noah! ¡Me respondió! 

Me sobresalté con sus gritos, aunque el corazón comenzó a latirme con fuerza—. ¿Qué te ha dicho? No me hagas poner más nerviosa de lo que estoy Eleanor.

—No vas a creerme.

Quería traspasar el teléfono. Solté el café colocándolo en la mesita de luz y presté atención a lo que ella estaba por decirme. 

—Dime, Eleanor. Vas a matarme —dije. Y ella comenzó a reír.

Eleanor era demasiado simpática. Desde aquella vez, realmente las dos no dejamos de hablar y tuvimos una conexión increíble. Daba por seguro que la amistad sólo se fortalecería cada día. No sólo porque era una persona agradable sino porque ella estaba completamente loca, al igual que yo. Fin.

—Pon atención a esto, dice así: "Hola, Eleanor tanto tiempo. Con Evan seguimos siendo mejores amigos, claro, pero tú sabes que él es muy confuso de vez en cuando. En este momento está de vacaciones. Supongo que salió a despejar la mente. Quisiera pasarte el número pero volvió a cambiarlo, por ende, estoy esperando el mensaje que dijo que iba a enviarme cuando lo hiciera. Lo siento. Si te interesa saber, de todas formas, tiene una cafetería en Chicago. En este momento no está pero volverá pronto." 

—¿Te ha pasado la ubicación?

—La cafetería es bastante reconocida, no hacía falta. Luego de ese mensaje me dijo: "La cafetería se llama. DDIEL CAFÉ." Estoy sorprendida, ¿cómo es que tiene una cafetería?




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