Tenía su número allí sin poder enviarle un mensaje.
Quería.
Pero a la vez no.
¿Por qué?
Porque no quería desilusionarme por millonésima vez en mi vida. Faltaban días para que vuele hacia Chicago, y si Evan me decía algo que podría lastimarme como nunca entonces era capaz de quedarme porque no podría soportarlo una vez más. No podría soportar que él la tratase indiferente otra vez.
Decidí no hablarle por más que hasta la fecha haya estado buscando su contacto por cielo y por tierra. Preferí no hacerlo.
Jenna: Prefiero no hacerlo.
Envié a Eleanor. La iba a sorprender.
Eleanor: No entiendo. Creo que te confundiste al escribir el mensaje.
Jenna: Jajaja, no. En verdad no quiero escribirle.
Eleanor: ¿Dónde estás?
Jenna: En casa. Estoy por hacerme un café.
Y sí. Me imaginé. Eleanor me llamó.
—¿Me puedes explicar cómo es que no vas a escribirle?
Me reí—. No quiero llevarme una sorpresa antes de pisar Chicago.
—¿Y si la sorpresa te sorprende para bien? Tienes que arriesgarte.
—Sabiendo como terminaron las cosas no creo que me lleve una sorpresa para bien sino una muy mala sorpresa. ¿Tú vas a soportar mi tristeza?
—Claro que voy a soportarlo.
Ella estaba siendo una gran amiga en estos momentos.
—Yo no voy a soportarlo.
—Estoy segura que no será así.
—De todas formas, Eleanor, no lo haré. Quiero ir hasta allí primero. Soy capaz de no pisar Chicago si eso me pasase. Si él me dijera algo horrible, entonces yo me rompería en pedazos.
Eleanor suspiró. Al parecer se había resignado.
—Okay. Coincido y te entiendo. No lo hagas. Además, no me gustaría verte triste.
—Ni siquiera me ves.
Ella rió—. Eso es cierto.
Eleanor entendió que prefería no hablarle. Así que después de un momento, cortamos la llamada.
Connor salió de la habitación para decirme lo siguiente—: Iremos a Chicago, ¿cómo te sientes al respecto?
Oh. Todavía no habíamos hablado del tema.
—¿Cómo debería sentirme al respecto?
Mi técnica era desviar la pregunta con otra pregunta.
—No lo sé —dijo él—. Dime tú.
—Estoy un poco nerviosa pero está todo controlado.
Eso creía.
Creía que estaba todo controlado pero en realidad estaba muriendo de los nervios.
—Tranquila —se me acercó Connor para abrazarme por la cintura—. Tal vez es difícil para ti pero no vas a verlo. Sólo iremos y volveremos rápido.
Connor creía que yo me quería alejar de Evan a todo costa. Que cuánto más lejos mejor. Sin embargo, lo estaba buscando y quería encontrarlo. Quería hablarle y tener una buena conversación con él después de tanto tiempo.
Lo abracé sin entender nada.
—Sé que tal vez cuesta soltar una amistad de tantos años pero verlo y tal vez que te rechace, será duro. No quiero que salgas lastimada en esta.
Yo tampoco quería. Por un lado tenía a Eleanor quien me motivaba a que me arriesgara sin tener miedo. Si Evan me rachazara entonces por lo menos lo intenté. Sin embargo, Connor no quería que lo intentase porque él sabía, tenía por seguro, que iba a salir lastimada.
Quedé callada. Sentí miedo y muchos nervios. Las palabras de Connor eran, nuevamente, muy duras.
—Entiendo —dije apoyándome en su hombro. Lo abracé también—. ¿Crees que es mejor dejarlo ir?
—¿Por qué quisieras volver a dónde no te llaman, Jen? —me dijo, en un tono suave y paciente. Acarició mi cabeza.
Pero fue mi culpa, pensé.
Yo lo dejé.
Aunque quisiera pensar que fue una decisión de los dos, no fue así. Lo solté. Pensando que eso iba a hacerme mejor, pensando que al volver todo estaría bien. Pero me rendí y no seguí, porque me dolía seguir sosteniendo el maldito globo en la mano.
Al abrazar a Connor, cerré mis ojos con fuerza. Empapé un poco su remera con mis lágrimas. No soportaba el hecho de volver a llorar. Y sé que muchos se preguntarían, si te lastima tanto ¿por qué vuelves? Si el pasado dolió tanto, ¿por qué estás queriendo volver hacia allí? Sí lo dejaste ir porque te dolía, ¿cuál es la diferencia ahora sí te duele, al parecer, el doble?
Porque no soporto no tenerlo en mi vida. Esa sería mi respuesta.
A pesar de que haya querido saber si estaba bien y ahora sé absolutamente poco. No me es suficiente. Sé que debí parar. Connor pensaba que paré, que porque sé que está bien entonces paré de querer saber de Evan pero no es así.
No sé si tendré, algún día, el coraje de decirle la verdad a Connor. Porque más allá de los años... Carajo, sigo viéndolo en mis sueños. Sigo teniéndolo en mi mente, cada día.
Connor quiso separarse del abrazo pero me aferré a él con fuerza para que no me vea llorar.
Pero, me prometo a mí misma, que una vez que pueda cerrar esta etapa con Evan, cara a cara, entonces pararé.
Los días pasaron muy lentos a mi parecer. Parecía a propósito. Empaqué la ropa que necesitaba para esos días lo cual eran pocas, porque sabía que no iba a quedarme mucho tiempo. Estaba muy mareada con las cosas que iba a llevar y quería llevar a un viaje de negocios. No era la primera vez que salíamos con la empresa pero yo estaba como si fuese la primera vez.
Envié un mensaje a Eleanor diciéndole que estaba por salir hacia el aeropuerto. Ella me respondió:
Eleanor: Te veo aquí.
Habíamos quedado vernos en Chicago porque sabía que no podía hacerlo sola. Ir hasta donde estaba Evan, sería muy incómodo todo. Además que yo no conocía nada ni nadie.
Tendríamos unos tiempos libres cuando estemos allá. No sabía lo que estaba haciendo pero estaba dispuesta a hacerlo.
Eleanor: Pregunté a Noah si Evan está trabajando allí en ese misma cafetería. Me dijo que sí, que volvió a trabajar. Y que siempre está allí, por más que sea el dueño. También dijo que Evan lo mataría por haber pasado información, pero Noah te conoce.