A Través De Mis Sueños

Capítulo 16

Unos de los motivos por la cual no me volteé fue porque lo respetaba. Y no iba a obligarlo a que me quiera. Preferí, rápidamente, caminar lejos, tomar el autobús, llegar al hotel y si fuese posible, que no lo es, dormir y despertar en Florida. 

Sentía que había vuelto atener 13 años. Lloraba tanto que mis ojos estaban llenos de lágrimas y no lograba ver por dónde iba.

Caminé una cuadra larga para esperar el autobús lejos de Evan. Las personas me estaba mirando de una manera muy preocupada. Lo siento pero no iba a controlarme. 

De repente, al doblar en una esquina, choqué contra un cuerpo del mismo tamaño que el mío. Cuando levanté la mirada, me encontré los ojos de Eleanor, no dudé un segundo que la abracé con todas mis fuerzas. Necesitaba a mamá en estos momentos, sin embargo estaba muy lejos para poder abrazarla a ella. 

—Hey —me habló suavemente, comenzando a acariciar mi espalda como si se tratara de una niña pequeña—. Está bien. Todo está bien —dijo Eleanor. Suponía que ella ya se había dado cuenta de lo que había pasado aunque no lo supiese con exactitud. A penas había terminado de decir que todo estaría bien, empecé a llorar muchísimo más fuerte que antes. Había acumulado demasiado al parecer. Parecía no haber llorando hace años, cuando no era así. 

Una vez que me había calmado, nos sentamos fuera de una tienda de 24 horas. Eleanor compró dos botellas de agua para que tomáramos. Mis ojos pensaban de una manera inexplicable, coloqué la botella de agua en mis ojos para que la hinchazón bajase un poco. Aunque sabía que, al contarle dentro de unos segundos, volvería a llorar como una idiota. Pero no me culpaba, en cierto caso, sí, ya que, he sido yo la que avanzo con esta locura. 

—¿Quieres hablarlo? —me preguntó ella, pude ver de reojo como giró a mirarme. Sentía su mirada hacia a mí. No podía responder. El nudo en mi garganta creció de golpe, dejé la botella hacia un lado, tapé mi rostro con las manos. Y lloré. Nuevamente. Mis sollozos se escucharon tan claros, ya que el silencio de la ciudad era muy notorio. Eleanor dejó que llorase, me dió mi tiempo y luego hablé.

—Me duele. —Mi voz sonó completamente quebrada. Al llorar, mis respiración se volvió agitada. No podía creer que pareciera una niña de 7 años llorando pero... estaba muy triste—. Me molesta. Me enoja. Odio que me guste tanto —la miré con mis ojos llenos de lágrimas—. Me gusta muchísimo, ¿y ahora qué voy hacer? Siempre me gustó. Siempre. ¿Qué rayos hago para olvidarlo?

También... me dolía saber que él me había dejado ir simplemente por el hecho que pensó que sin él yo estaría bien. Me dolía pensar que nunca se permitió, tal vez, amar por el dolor que llevaba o, en sí, lleva dentro de él.

—Sé que es difícil pero... no sabría explicar ni tampoco quiero darte falsas esperanzas pero... Evan realmente te quiere.

—Me dijo que me regresara a Florida —le dije—. ¿Por qué iba a detener toda mi vida por alguien el cual no tengo contacto hace cuatro años? Es así como piensa. Me dejó porque sabía que estaba bien. Yo sólo intentaba rehacer mi vida sin él porque todo era insoportable. Y no voy a obligarlo a que me quiera o simplemente que sea mi amigo. Quise... quise hacerle entender que vine hasta aquí porque él es importante para mí. 

—¿Te dijo eso? —me preguntó con una expresión completamente indignada—. Qué desconsiderado que es, ¿qué tiene en la cabeza? ¿Cómo puede ser tan frío? Aunque no me sorprende.

—Hubiese querido que no terminara las cosas así, pero no estaba contento que regresara después de años. Parecía...

—Triste —terminó ella—. Tal vez, en el fondo, le duele que hayas vuelto porque no debe poder controlar lo que siente.

—No lo sé —le dije, cansada de la situación—. Sólo le dije que me lo dijera con sus palabras, el hecho de que me fuera y lo hizo. Sin dudar. Entonces se acabó. Luego le enviaré mensaje disculpándome por mi atrevimiento de ir hasta su lugar. No debí hacerlo pero no me arrepiento —aseguré—. No me arrepiento por más que me haya destrozado. Entendí que no quiere verme. Eso hace que él volviese al pasado y no quiere, ¿cómo no podría entenderlo? Soy yo la que está presa a esas charlas que teníamos. A esa amistad que teníamos.

Eleanor miró hacia el suelo pensando unos segundos en silencio. Respiró hondo. Levantó su cabeza, y me dijo, completamente segura—: Quédate tranquila. Ya te vio. Y créeme, sé que él es frío y toda la onda, pero... estoy segura que no quedará tranquilo después de todo lo que le dijiste. Evan se quedará pensando.

La escuché, pero... no quería pensar en nada ahora. 

Me agarré la cabeza exasperada y me levanté. Estaba triste pero no podía quedarme llorando. Tenía que seguir como siempre. Tenía que enfrentarlo. ¿Me costaría? Horrores. ¿Lloraría? De vez en cuando. ¿Me dejará de doler? No lo creo. Pero seguiré. Seguiré con mi vida entre el dolor y el amor que siento por Evan.

—Ya no quiero llorar más aunque lo haré en la noche —le dije a Eleanor—. Volveré al hotel y fingiré...

—No puedes fingir que no ha pasado, ¿te has puesto a pensar de todo lo que te ha pasado en unas semanas?

Suspiré—. Lo sé. Y hablaré con Connor —dije. Eleanor se levantó de golpe.

—¿Qué?

—Eso que has escuchado. Hablaré con Connor, porque no puedo... ni siquiera mirarlo a los ojos —le dije—. Y pensar que estamos juntos pero... no puedo seguir con esta farsa. Voy a decirle que Evan... que yo, hhum, bueno, debería encontrar las palabras.

—Dile que ya no te gusta él y estás enamorada de Evan —dijo ella como si fuera lo más simple.

Me sequé las lágrimas que habían quedado en mis mejillas y negué con la cabeza—. Eres demasiado directa.

—Tú das demasiadas vueltas, Jen —me dijo ella—. Vamos. Te acompañaré.

—¿Eh? ¿A dónde?

—Al hótel.

—No hace falta.

—No dejaré que vayas sola tan conmocionada al hotel —comenzó a caminar dándome la espaldas—. Dentro de unos minutos llorarás nuevamente.




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