El vuelo no tardaba demasiado, sólo que... al sentir las miradas de todos me hacía pensar que estaba viajando hace 2 días. Pero no era así.
Una vez que me senté, antes de despegar, Lydia se sentó junto a mí. Ella levantó las cejas a penas había tocado el asiento. Ya podía presentir qué era lo que iba a decirme. Yo, aún, estaba conmocionada por todo lo que había pasado. Por supuesto que me limpié las lágrimas antes de subir al avión, aunque era demasiado obvio que había estado llorando. Todo mi rostro lo delataba a los cuatro vientos.
Antes de comenzar a bromear conmigo, Lydia me miró preocupada.
—Hey —buscó mi mirada, y levanté la cabeza para mirarla. Miró para todos lados para que nadie estuviese escuchando—. ¿Estás bien? ¿Estuviste llorando? —me preguntó en un tono bajo.
—Un poco —le respondí—. Pero no te preocupes. Estoy bien.
—¿Te dijo algo malo Evan?
—No —negué con la cabeza—. Todo lo contrario —sonreí—. Fue difícil despedirme de él.
Lydia soltó un grito emocionada que la oyó la mitad del avión. Comencé a callarla rápidamente, a lo que se dio cuenta y comenzó a reírse.
—Lo siento, es que estoy emocionada —dijo sonriendo—. No puedo creer que haya venido hasta aquí para despedirse de ti. Es muy obvio que siente algo.
Solté una risita—. Claro que no siente nada por mí. Sólo vino a disculparse por la última vez, además de que nos conocemos hace muchísimos años. Supongo... que vino a despedirse. Y es algo que podría hacer con cualquier persona...
No estaba muy segura de lo último.
Evan... ¿realmente lo haría por cualquier persona? Algo me decía que no pero no dije más nada.
—No lo creo —dijo Lydia no tan segura—. ¿Crees que lo haría por otras personas?
Quedé pensando...
Negué con la cabeza—. No lo creo. Evan es muy reservado en ese sentido. Depende siempre de todo. Depende la persona, la situación, cuánto quiere a la persona, cuánto respeta a esa persona, depende de muchas cosas. Él no pierde su tiempo con nadie. Es algo complicado —sonreí recordando nuestro abrazo.
—Oh... entiendo —dijo Lydia—. Te gusta lo complicado.
Lydia era todo un personaje—. Vamos a suponer que sí.
—Aquí estaban todos queriendo saber qué estaba pasando contigo y él.
Giré a mirarla sorprendida. Me imaginé de todos modos.
—¿En serio?
Asintió muy segura—. Sí. Steve comenzó a hablar con Connor, diciendo cosas como... Amigo, ¿por qué te pones así? Evan y Jenna son sólo amigos. Deberían aclarar su relación de una vez por todas, especialmente tú. —Lydia comenzó a imitar las expresiones de Steve. Y créanme, le salía bastante bien. Se notaba la atención que le prestaba—. Luego, Connor le dijo que Evan no debía aparecer de esa manera en frente de ti porque, de todas maneras, él esta jugando contigo. —Bueno, se notaba lo enojado que estaba Connor—. Que, a pesar de que ustedes no estaban juntos, que él, aún te ama, como una amiga y que no quiere que estés con un pedazo de basura.
Resoplé completamente enojada. Detestaba la manera en que Connor se refería a Evan. Más allá de todo, Connor no sabía al 100% qué había pasado, ya que, bueno, nuestra historia es un poco larga que digamos.
—Detesto que hable así de Evan —dije, en un tono muy molesto—. Ni siquiera lo conoce. Y Evan no está jugando conmigo porque no tenemos absolutamente nada, ni siquiera podría considerarse amistad... Pasó poco tiempo de que regresamos a hablar. No sé cómo podríamos llamarlo.
—Yo lo llamaría amor —sonrió ella—. No sé... Es algo diferente lo que tienen ustedes. Es todo muy romántico. No es algo que hayan apresurado o algo inmaduro si no algo que es lento pero la química es fuerte.
—¿De qué novela estás hablando? —comencé a reír. Lydia tenía los ojos brillando.
—Quisiera algo así con Steve pero es completamente diferente, nos conocemos hace menos de un año. Tú y Evan hace once años, ¿no es muy loco?
—A veces los años complican las cosas, ¿sabes? —le dije haciendo una mueca—. Pero... tal vez tengas razón.
De repente, pareció recordar algo—. Oh, cierto, dime todo lo que pasó. ¿Qué te dijo? ¿Se besaron?
Estaba claro que le dije que no. Pero sí que nos habíamos abrazado. Le conté que nunca lo había hecho, y cuando no has abrazado nunca a una persona, y lo haces por primera vez después de haberlo deseado tanto tiempo era la cosa más maravillosa de este planeta. Nunca me había pasado igual. He abrazado a tantas personas, no me disgustaba a hacerlo para nada, sinceramente era lo bastante cariñosa, sin embargo, esto era diferente. Muy diferente. La sensación que sentía internamente parecía como si hubiese estado arriba de una montaña rusa. La montaña rusa subía cerca del cielo y bajaba con toda la fuerza. Ni siquiera podría explicarle a alguien con palabras lo que sentía. Parecía una niña de 12 años completamente enamorada.
El vuelo, obviamente, fue rápido. Llegamos en la tarde. Una vez que aterrizamos, cada uno fue por su lado. Pude despedirme de Lydia y Steve, lo cual éstos dos se fueron juntos. Al parecer Steve llevaba a Lydia a la casa. Ninguno había traído el auto así que nos tomamos el tiempo para llegar.
Connor estaba caminando junto a mí sin decir una palabra, tomamos un taxi hasta bajar en su casa. No iba a desempacar porque iba a irme de ahí. Cuando llegamos, seguíamos sin hablar. Era lo bastante incómodo pero él no quería dirigirme la palabra. Estaba esperando a que lo haga, ya que iba a verme haciendo las valijas y los bolsos para irme. Y fue lo que pasó.
Entró a la habitación. Ni siquiera lo miré.
—¿A dónde te irás? —preguntó en un tono tranquilo pero serio. Estaba enojado.
—Con mamá —dije, deteniéndome de colocar las prendas de ropa en el bolso. Me enderecé y lo miré. Quería hablar pero sólo me ignoraba—. ¿Vas a hablarme? —me senté esperando a que él lo siguiera a mi lado.
Connor corrió su mirada, relamió sus labios y se acercó hasta a mí para sentarse. Respiró profundo. Noté que su enojo estaba bajando un poco.