A Través De Mis Sueños

Capítulo 29

Con Evan decidimos que era mejor ir a tomar un café en unas de las cafeterías en el centro de Florida.

No faltaba mucho para que él se fuera y eso, de alguna forma, me causaba un poco de tristeza. Pero iba a disfrutar cada momento que tenía con él. Sabía que los momentos que pasábamos juntos hacía que nuestro vínculo, de alguna forma, se fortaleciera. Sea lo que sea, que estemos juntos, sería algo bueno.

Pedí lo mismo de siempre y Evan también.

—Así que te vas dentro de dos días —le dije, tomando mi submarino—. Seguro vas a extrañarme —bromeé. Aunque no era del todo broma. Quería, de una vez por todas, saber lo que esa cabecita pensaba.

—Seguro —me dijo de forma despreocupada. Evan decía tantas cosas de una manera relajada, que no tenía idea de lo que eso causaba en mí.

Quedé en silencio. De repente, una voz conocida interrumpió mis pensamientos. Volteé para ver a Connor y Brianna entrar en la cafetería. No se me había ocurrido que podría cruzarlos. Este lugar no quedaba muy lejos del trabajo, y además, ellos solían venir aquí.

Connor chocó su mirada con la mía.

Le sonreí. Él me devolvió la sonrisa. No pudo evitar acercarse—. Jenna —sonrió—. ¿Cómo estás?

Él ya sabía cómo estaba. Solíamos hablar por mensaje de texto, sin embargo, siempre ha sido muy bueno—. Estoy bien —dije, luego miré a Brianna que estaba junto a él—. ¿Todo bien?

Ella asintió—. Dijeron que volverías pasado mañana.

—¿Eh? —la miré confundida—. Creí que… —Tomé mi teléfono para mirar la fecha exacta. Volví a mirar el mensaje con Williams y estaba en lo cierto. Es decir que, mañana en la noche sería el último día con Evan. Carajo—. Tienes razón.

Evan negó levemente su cabeza. Conocía esa expresión. Era como “qué tonta y distraída eres”. Sí, bueno, era normal.

—Entonces nos veremos pronto —me dijo Connor. Luego se dirigió, sorpresivamente a Evan—. ¿La estás pasando bien? ¿Te gusta Florida?

Evan asintió—. Nada mal —respondió.

Me puse un poco nerviosa. Connor no disimulaba demasiado, más allá que por mensajes de texto habíamos dejado las cosas en claro, en persona también, pero… había algo en él que no lo aceptaba del todo.

Así que lo arruiné.

Como siempre, y dije—: ¿Se quieren sentar?

Ni siquiera terminé de decir preguntar qué Connor estaba junto a mí, y Brianna junto a Evan. No me gustaba lo que veía sinceramente. Eran muy rubios los dos para mi visión.

Connor y Brianna pidieron helado, a lo que también deseé tomar. Evan lo notó.

—¿Podrías traer otros dos más? —pidió él al joven que había venido a tomar el pedido. Luego, sin decirle, dijo mis sabores favoritos. Quedé sorprendida un poco.

Le murmuré un “gracias”.

—¿Y cómo está todo por allá? —pregunté a Connor, que estaba junto a mí—. Supe que, en la empresa, todos saben que Steve sale con Lydia.

—Ah sí —dijo él, soltó una risita—. No quiere admitirlo pero él está muy enamorado.

—Sí, lo sé —dije con una sonrisa. Recordar lo feliz que era Lydia con él me causaba mucha alegría. Esperaba que Steve se comportara porque realmente no quería ir presa por golpear a alguien—. Me alegro que estén bien. ¿Y tú? —me dirigí a Brianna que estaba concentrada en su teléfono. Ella lo dejó para prestarme atención—. ¿Te has sorprendido?

—Claro que me sorprendí —dijo como si fuera lo más obvio del mundo. Ella no podía evitar lo asquerosa que sonaba pero, de todas formas, no me desagrada del todo. Al menos yo lo estaba intentando—. No estoy acostumbrada.

—Es difícil cuando tu mejor mejor amigo deja de prestarte atención. —Luego de decir eso, me di cuenta que no fue una buena idea—. Quiero decir, ustedes tres son inseparables.

Miré a Evan de reojo que no logró evitar reprimir una sonrisa. Se dio cuenta que lo había arruinado y que quería arreglarlo. Lo pateé suavemente por debajo de la mesa. Eso provocó que me quedara mirando.

—Bueno Connor se separó de ti pero, de alguna forma u otra, sigue atado —soltó ella como si nada. Connor la miró mal—. ¿Qué? Es difícil distanciarse de tu pareja luego de haber vivido con ella, ¿o no? ¿Tú qué crees? —miró a Evan.

Era increíble cómo las personas a nuestro alrededor siempre querían la opinión de Evan. Al ser más callado, nunca sabes con qué te saldría.

Probablemente con algo que no esperas. A él, simplemente, no le importaba un carajo. Era así.

—No lo sé —respondió él—. Hace años vivo solo.

—¿No tienes novia? —frunció el ceño Brianna. Ella era una serpiente astuta. Aunque le estaba sacando más información que yo y estaba hace dos minutos sentada con él. De todas formas, Brianna era el tipo de persona que Evan no soportaría estar un minuto con ella. Ya lo conocía, y debido a su expresión, era muy notorio—. Pensé que sí.

—Brianna —dijo Connor en forma de regaño—. Deja de ser metida.

—Sólo pregunto.

—No, no tengo novia —dijo él, giró para verla mejor—. Hace mucho.

El pedido de nuestros helados llegó. Me sorprendió la cantidad de chocolate que había pedido Brianna, así que dije sorprendida—: Wow, cuánto chocolate.

—¿Quieres? —preguntó ella. Estaba por poner un poco de chocolate en mi copa, sin embargo, Evan la detuvo.

—No le gusta —dijo. Brianna paró a medio camino y volvió a colocarlo en su copa de helado.

—Gracias —le dediqué una media sonrisa. Connor nos quedó mirando…

—Así que… no tienes novia. —Comenzó a decir Brianna—. ¿Y hace cuánto se conocen? —preguntó ella para él—. Tú y Jenna. Yo no sabía de ti hasta hace unas semanas atrás.

—Qué raro que no sepas de mí, Jenna suele hablar demasiado de nosotros —dijo él. Corrí la mirada, quería reírme pero traté de no hacerlo. Seguí tomando mi helado callada. Evan solía responder muy inteligente así quería ver esto, aunque no quería que Brianna dijera algo de más—. Pero bueno. Hace once años.

Brianna abrió los ojos sorprendida. Me imaginé que lo iba a hacer. Ella no lo sabía todo. Supongo que Connor no le ha contado tantos detalles, el cual no debía hacerlo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.