La mayoría de los que viven en este lado del mundo, y más específico en la región de las montañas, creen las leyendas de los nativos. Miro el espejo, imponente esfera sin fondo que refleja todo con lo que alguna vez crecí. Montañas empinadas y vestidas de abrigos blancos; árboles de abeto, pinos a montones; y un cielo más celeste de lo que he visto en la televisión.
Se dice, que estás aguas todo lo ven y lo saben, que no puedes vivir antes de morir en ellas. Y es por esto, que muchos de los indígenas han muerto ante su Dios. Cegados por eso que no conocen, y que anhelan alcanzar.
En mi caso, no busco obtener un conocimiento de un ser superior, o desmentir una leyenda que muchos de mis cercanos creen, y que evitan por respeto. Estoy al borde de la plataforma de madera por algo más puntual, yo, no soporto vivir.