A tu lado.

Capítulo 9.

 

CHARLOTTE

 

No entiendo lo que ocurre. Nadie me había dicho que Mark estudia en Juilliard. Cuando empieza a tocar, me sorprende descubrir que la canción habla de una chica. Rachel pasa por mi cabeza, pero en el momento en que me mira, sé que no es cierto. Reconozco la melodía, es la que tocó para mí en su cuarto aquel día. Me dijo que no tenía letra, pero se ve que ya la tiene, y es maravillosa. Aun tras acabar la canción sigo hipnotizada, no puedo apartar la mirada. Oigo al tal Marcos hablar, pero mi cerebro no registra nada. Sigo en el mismo estado cuando Mark me coge de la mano y tira de mí para ponerme en pie.

 

Finalmente nos detenemos en un jardín precioso. Lo recuerdo de cuando vine a hacer el curso de verano. Solía venir a pasar el rato con un par de compañeras y a buscar inspiración

 

-Me has compuesto una canción.-Son mis únicas palabras.

 

-Sí, lo he hecho. He intentado evitarlo, pero eres lo único en lo que puedo pensar cuando quiero escribir. Y cuando no también. -Su respuesta me llega al alma. Saber que piensa en mí tanto como yo en él me hace pensar que es muy posible que sienta por mí lo mismo que yo siento.

 

De repente, no sé cómo ni porqué, pero no puedo detenerme. Me encuentro con los brazos rodeando su cuello, los suyos rodeando mi cintura. Y finalmente, después de tanta espera, cierro el espacio entre nuestros labios, fundiéndonos en un beso increíble. Es la mejor sensación que he experimentado. Cuando mis pulmones empiezan a doler pidiendo oxígeno, nos separamos. Mantengo mis brazos en sus hombros y el mantiene los suyos en mi cintura. Nuestras frentes juntas. No puedo reprimir un sonrisita. El besa mi nariz, lo que envía una dulce sensación por todo mi cuerpo.

 

-Mark, es cierto. ¡Has vuelto! ¿Has venido para saber si tu hijo es niño o niña?-Dice una atractiva mujer, no mucho mayor que yo. Su pelo negro como la noche está recogido en una cola de caballo en lo alto de su cabeza. No tengo ni idea de quién es, pero obviamente Mark sí. Al bajar la mirada, mis ojos se posan en sus manos, las cuales están acariciando su abultado abdomen.

 

Todo se nubla a mí alrededor. No soy consciente de nada. No registro cuando la atractiva chica embarazada se lanza sobre Mark. No registro cuando está me empuja lejos de su lado. No veo nada más que pura negrura hasta que veo como ella se lanza a besarle y él no lo evita. Eso me parte en mil pedazos. Puedo sentir mi corazón cayéndose a mis pies. Ha estado jugando conmigo todo este tiempo. Yo creía que él sentía algo por mí, pero resulta que tiene novia y que pronto tendrá un hijo con ella. No sé dónde voy. Solo sé que no puedo quedarme aquí. Corro por donde hemos venido. Intento encontrar la forma de salir. Durante las semanas que duró el curso de verano me aprendí de memoria todo el plano del campus, pero ahora mismo no consigo recordar nada. Cuando finalmente llego a la calle, oigo una voz que me llama.

 

-¡¡¡¡Déjame, Mark!!!!-grito sin volverme en su dirección.

 

-Eh, Lotte. Soy yo. Thomas. ¿Qué ocurre? ¿Estás bien?- Cuando me doy cuenta que no es Mark, no puedo reprimir las lágrimas, mientras me entierro en su pecho. Debo salir de aquí lo más rápido posible, no quiero que Mark me encuentre e intente darme alguna razón por la cual lo que ha pasado no es culpa suya.

 

-Sácame de aquí, por favor. No me importa adonde, solo quiero irme. –Puedo notar a Thomas asentir contra mi cabeza, cuando se separa un poco de mí, me coge de la mano y empieza a correr hacia la puerta principal. Al salir, seguimos corriendo hasta cruzar la calle y llegar a su casa. Una vez aquí, bajamos directamente al garaje, donde nos subimos en su impresionante volvo negro. Antes de arrancar el coche, se gira hacia mí, esperando alguna señal de que quiero irme con él. Asiento con la cabeza. Antes de darme cuenta, estamos recorriendo las calles de la ciudad. Vamos por calles no muy transitadas para poder correr, pero aun siendo calles bastante más pequeñas que las calles más famosas, la vista es increíble.

 

Nos detenemos al llegar a Centra Park. Paseamos apreciando las vistas, hasta que llegamos a un puesto de perritos calientes. Thomas no para de insistir hasta que acepto que me compre uno. Tengo claro porque estoy aquí, en un parque precioso, comiendo un perrito caliente sentada junto a una fuente. Tengo claro que es por lo que Mark me ha hecho. Tengo claro que debería olvidarle y pasar página. Pero no puedo. Estando aquí sentada, lo único en que puedo pensar es que me gustaría que él estuviera aquí. Conmigo. Pero tiene novia, y pronto también un hijo. Debo olvidarme de él. No sé cómo lo haré después de que haya descubierto que escribe canciones sobre mí y que estudia en el mismo lugar en el que yo espero poder estudiar, pero lo conseguiré.



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En el texto hay: amorjuvenil, , arte

Editado: 30.03.2021

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