No sé qué hacer. Mi corazón me dice que perdone y olvide y lo deje todo en el pasado. Mi cabeza me dice que no lo haga, quien sabe que más me está ocultando. Hace una semana, le habría confiado mi vida. Ahora…ya no sé si podría confiarle nada. Aún le quiero, pero ¿qué es el amor sin confianza? Necesito pensar. Necesito saber si puedo superar esto o si es demasiado. Necesito a mi padre. Necesito sus consejos.
Antes, cada vez que levantaba la mirada y le veía, me costaba infiernos reprimir una pequeña sonrisa. Casi siempre le pillaba mirándome. Sonriéndome o riéndose de mí. La verdad es que echo eso de menos, cuando se reía de mí. Me gustaba esa risa, era tan…real. Ahora, me duele el pecho cada vez que le miro. Está apagado. No queda ni rastro de esa sonrisa suya. Todavía le pillo mirándome, pero ahora, en vez de mantenerme la mirada, la aparta rápidamente. Solo han pasado un par de días, pero parecen años. Le echo de menos. Esa es la verdad. Echo de menos que me reconforte. Que hablemos de todo y de nada. Que salgamos a pasear por el rancho o que me haga hacer sus tareas. Echo de menos los pequeños roces de nuestras manos cuando me pasaba las riendas de mi caballo. Y las ondas que el toque de sus dedos causaba en mi cara al apartarme el pelo de los ojos. Y los besos perdidos estos días. Y las experiencias no vividas. Echo de menos lo largo tiempo tenido y perdido, casi tanto como lo que apenas he llegado a rozar antes de perderlo. Echo de menos a Mark. Así de simple. Quiero volver atrás, de vuelta al rancho. Antes de venir a Nueva York. Antes de saber sobre Rachel. Antes de sentir que me vuelven a partir el corazón.
Al levantar la cabeza y apartar la vista de mis manos, al mirar a Lucy, a Thomas, incluso a Tim y, sobre todo, a Mark, me doy cuenta de que no es cierto. No me arrepiento del viaje. Ha habido momentos malos, pero también buenos. Volver a ver a Thomas después de tanto tiempo. Presentar mis cuadros ante los encargados de decidir mi futuro. Descubrir que Mark me dedica sus canciones justo como yo le dedico mis cuadros. Besarle. Es cierto que me ha herido, pero ya le he perdonado. Y lo he hecho por una sola razón. El riesgo merece la pena, si la recompensa es llegar a pasar la vida con alguien como Mark. El riesgo de que me vuelvan a romper el corazón definitivamente merece la pena. Porque siempre que mi corazón me ha llevado a hacer algo, siempre que he seguido lo que me decía, he vivido cosas maravillosas. Si, con Ryan sufrí. Pero también viví cosas maravillosas. Y con Mark también han habido momentos increíbles.
Aun así, decido hacerle sufrir un poco más. No más que unas horas. Tengo una idea que creo, le gustará, pero necesito tiempo para llevarla a cabo. Sin decir nada, me levanto y me dirijo a la puerta. He notado como Mark se levantaba para luego dejarse caer de nuevo. Sé que esto le causa dolor, pero también él me lo ha causado a mí. Cuando ya estoy fuera, le mando un mensaje a Thomas.
Para Thomas:
Por favor, reúnete conmigo en la puerta
de la cafetería, ya. Necesito un favor.
Mil gracias.
Charlotte.
Me recuesto contra la pared exterior de la cafetería, asegurándome que nadie me puede ver desde dentro. No tengo que esperar mucho.
- ¿Qué ocurre? ¿estás bien? - Thomas parece preocupado. Es hasta gracioso.
-Necesito un lugar donde pintar. Algún sitio donde ni Lucy ni Mark puedan verme. ¿Crees que podrías prestarme tu casa un par de horas y mantenerlos ocupados?
-Mmmm…tengo algo mucho mejor. Ven conmigo. -Empieza a tirar de mí lejos de la cafetería. No tengo muy claro a donde vamos.
- ¿Dónde vamos? Si no quieres dejarme tu piso está bien, encontraré otro lugar.
-Verás, los demás miembros del departamento de arte están francamente maravillados por tus cuadros. Prácticamente estás dentro. Aún así, son tan buenos que tienen dudas de que una chica de solo 17 años haya sido capaz de crear algo así. Querían hacerte terminar la serie delante de una cámara para asegurarse. Pero se me ha ocurrido algo mucho mejor. ¿Por qué usar una cámara, cuando puedes hacerlo en vivo y en directo para todos ellos? De esa forma, no habrá ninguna duda. -Thomas parece entusiasmado por su idea. Yo también lo estaba cuando ha dicho que casi estoy dentro, pero pintar delante de tanta gente…me pone muy nerviosa. No sé si seré capaz de hacerlo. Cuando he pintado en publico ha sido solo en el club de arte del instituto, junto con otros 10 alumnos, o frente a mi padre o a Mark. Pero yo sola, frente a todos los profesores encargados de decidir mi futuro...no sé si podré hacerlo.