A un paso del cielo

Siendo humana

Después de un largo día de clases, Noemí llegó a casa, y se encontró a su hermana.

Cuando Ana vio a su hermana entrar, corrió hacia ella y la abrazó con fuerza.

— ¡Noemí! —exclamó Ana con alegría.

Noemí se sorprendió al principio, pero pronto correspondió al abrazo.

Después de un rato, Noemí se acomodaba para ver su programa favorito en la televisión.

Ana sintió un impulso irresistible de estar cerca de ella.

Llegó la hora de dormir, Noemí se quedó un poco sorprendida al ver que Ana iba a compartir su cama.

— ¿Deverdad vas a dormir aquí conmigo?

— Claro que sí —respondió Ana con una sonrisa.

Su padre quien había llegado poco después y se había quedado a cenar.

Observó la escena desde el umbral de la puerta.

No podía evitar sonreír al ver lo tierna que era la relación entre las dos.

Sin embargo, le sorprendió un poco el cambio de Ana, nunca había visto a su hija tan vulnerable y abierta.

Ana acariciaba el cabello de Noemí mientras se quedaba dormida.

Ésa noche, mientras las estrellas brillaban en el cielo oscuro más allá de la ventana.

Ana se quedó dormida, abrazada a su hermana y rodeada por la calidez del amor incondicional.




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