Acaba con nosotros

Capítulo 12

 

KEMUEL

 

—Rayos, hombre, qué mal te ves.

—Gracias, por suerte mi autoestima no depende de lo que, quien dice ser “mi mejor amigo” pura opinar sobre mí.

—Vamos, en serio, parece ser que hubieras tenido que cambiar pañales toda la noche—se sigue mofando Imanol y esta vez le codeo las costillas, cosa que le corta la risita mientras andamos de un despacho al otro.

Una vez que entramos en el que se hará la reunión de ministros y diferentes representantes de las agencias que configuran al sector, descubro que estamos a solas mientras iniciamos con el protocolo de seguridad.

—Está limpio, habilitado para proceder—informo a nuestro compañero en el exterior.

—Copiado, agente. Las figuras del evento están haciendo puerta y en tertulia entre un café y otro, señor.

—Más respeto con las autoridades, agente.

Y corto la comunicación con él.

Imanol insiste, desde el otro lado del mesón, de pie con seriedad y de manera protocolar mientras yo también tomo mi posición detrás del ingreso, mientras afuera la gente de protocolo ordena a las autoridades y aguarda a que decidan dar por iniciado el evento de hoy.

—Ya, dime, ¿qué pasó con el bebé?

—Está en casa. ¿Quieres hacer horas extras como mi niñera?

—Creí que mi superior no abusaría de su autoridad y jerarquía.

—Eres un idiota.

—¡Tú eres el idiota! ¡¿Con quién dejaste a ese niño?!—sigue cuchicheando mientras me mantengo alerta a que otras personas no entren y piensen que quienes estamos de tertulia en realidad seamos nosotros.

—Con Abby.

—Abby… ¡Oh! ¿La mexicana que fue testigo también del hecho?

—Fue de vital importancia para salvar la vida del bebé. Y no es “la mexicana”, ya te dije que su nombre es Abby.

Asunto que probablemente él ya pudo checar en los expedientes, ya que le pedí que me mantenga alerta debido a su nexo con el departamento policial de Virginia.

—Ya, en serio. Dime dónde están la chica y el bebé.

—En mi casa. ¿Por qué?

—¡¿Me dices que metiste a una completa desconocida en tu casa?! ¿Acaso no sabes cómo es que funciona esto?

—Sí. Y por eso lo hice.

—¿Y si es una agente secreta de criminales que nos investigan? Hombre, trabajas para Inteligencia, no puedes estar hablando en serio.

—Por ello mismo es que la investigué antes de tomar tal decisión.

—Ajá ¿y también le preguntaste si está en pareja?

—Sí.

—¿Qué?

—Bah, no. Pero me dijo que es soltera y estoy completamente seguro de que también es virgen. No tengo pruebas, tampoco dudas.

—Atrasa que tengas esa suerte de comentarios, hombre. Pero una chica virgen es tu fantasía desde siempre.

—¿Por qué lo dices?

—No lo sé. Me gusta inventar detalles jugosos de la vida privada de las personas.

—Ya lo dijiste tú.

Tras un silencio de dos segundos en que percibimos pasos fuera y voces, la puerta principal se abre y la gente de protocolo da inicio al evento considerando el ingreso de las autoridades quienes abordan un asunto de seguridad nacional a raíz de un atentado que se produjo de parte de un grupo extremista el día anterior.

El debate tiene una duración reloj de cuarenta y cinco minutos con la presencia de uno de los principales tenientes a cargo de la misión de rastrear y desarmar al grupo en cuestión, quien comanda que la situación no se extienda por las ramas, pero a mí me resulta una eternidad ya que el bendito sueño me llega en forma de bostezos que me veo en la obligación de tragarme cada que amenazan.

Una vez terminan, debemos avanzar tras las indicaciones de Operaciones Especiales que determinan nuestra agenda (pese a tener una, cada día es un misterio), sin embargo, la Mayor Atkinson me detiene antes de abordar un coche junto a Imanol.

—Agente Ben Amir.

—Mayor Atkinson.

—Supe lo del bebé.

—Así es, Mayor.

—Quisiera felicitarlo por su buena acción y tenga presente que investigaremos para llegar hasta las últimas consecuencias de quiénes fueron las personas que intentaron secuestrar al bebé  y que dieron muerte a la madre biológica del niño.

—Muchas gracias, también rastreo desde cerca a esas personas.

—Lo que no me deja tranquila es la chica López.

Abby.

Caray, hasta el apellido tiene más que en claro.

—¿Sí?

—Investigué un poco sobre ella. Nada extraño a la vista, pero desconfíe. No sabemos hasta qué punto fue realmente una casualidad su presencia en la escena del crimen.

—Lo tengo presente y agradezco firmemente su posición.

—Ajá. Con permiso. Agente—saluda también a Imanol y se retira para dejarnos seguir nuestro propio camino.

Mi amigo se acerca y me dice por lo bajo:

—Te lo advertí. ¿Sabes siquiera a quién has metido en tu casa, hombre?

Lo cierto es que no estoy muy seguro.

—Por supuesto—miento—. Pero todo el mundo es inocente hasta bien demostrarse lo contrario y nos otorgaron la guarda transitoria compartida para tener al bebé. La tengo vigilada con las cámaras de casa.

Saco el móvil y las enciendo.

Le muestro que Abby duerme junto al niño.

—Ahí está tu amenaza a la seguridad de nuestro país.

—Vaya, está buenísima. Ya veo por qué la escogiste. Un momento, ¿tiene puesta ropa tuya? No me digas que…

Larga historia que no le pienso explicar.

Le interrumpo la risita antes de que subamos al coche y le digo, como si eso me sirviera en mi defensa:

—Eres un completo imbécil.

Lo cual solo le hace soltar una nueva carcajada que hasta a mí me dan ganas de evidenciar.

 




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