Academia de Asesinos Volumen 1

Capítulo XII: Visita inesperada

Al día siguiente en el descanso después de la clase de literatura, Megumi y Kaizer se reúnen con Lucian en la cafetería como siempre para almorzar y hablar sobre sus clases. Por suerte el lugar tiene disponible una mesa luego de ver que está casi lleno.

Lucian camina hacia el mostrador para ver el menú del día que consiste en deliciosas hamburguesa y como segundo platillo mejor conocido como onigiri, clásico de oriente que consiste en arroz cocido formando bollos.

Mientras tanto, Megumi y Kaizer le guardan a su amigo un lugar hasta que vuelva con la comida:

 

—¿Te gustó la clase de hoy? — pregunta Megumi.

—¿La de literatura? Es asombrosa. Jamás imagine que el territorio del este tenga tal material literario. — Kaizer responde entusiasmado.

—Sobre todo la novela romántica… ¿Cuál era su nombre? Ah, sí, sí, Rosas en el Desierto. No es muy conocida, pero es de lo mejor que leí. ¿Sabes de que trata?

—No, dime. — responde el chico, curioso por la historia de esa novela.

—Trata de un romance prohibido entre el noble de una casa del Este con una chica perteneciente a una caravana. No podría contarte más, pero es un amor que va contra muchos prejuicios que sostienen los aristócratas. Léelo, sé que te gustará. — le cuenta Megumi, enternecida por la historia.

—Lo haré. — responde, mirándola a los ojos.

 

Lucian llega a la mesa y apoya las bandejas con hamburguesas para los tres y vasos de madera con gaseosa dentro. Durante la próxima hora conversan sobre muchas cosas y ríen a carcajadas sin preocupaciones.

Sin embargo, se acerca Haiser uno de sus compañeros:

 

—Lucian, te busca Doncaster. Necesita que vayas a la oficina. — dice el recientemente electo delegado de la clase junto con Megumi— Hola delegada, Kaizer. — los saluda cortésmente.

—¿Qué querrá el director? Ya vuelo. Déjenme la hamburguesa. ¡Si, te hablo a ti Megumi! — dice Lucian y señala con ambos ojos a la chica para que no se atreva a comerse su comida.

—Tienes agallas para decirle eso a una dama tan fina como yo. — le responde Megumi— ¡Jajaja! Descuida, ve con calma. — añade entre risas inocentes.

—Kaizer, te lo dejo en tus manos.

—S-Seguro. — responde Kaizer.

 

Si bien ambos continúan comiendo sus hamburguesas, la sensación de que algo pasa los carcome por dentro, dándoles unas ansias de descubrirlo por su enorme curiosidad.

Kaizer se apresura a ver si Lucian sigue caminando hacia la oficina en línea recta a través del pasillo. Justo lo ve entrar y le indica a Megumi que es momento de ir a ver que sucede. Salen de la cafetería y sortean a muchos estudiantes y compañeros que los saludas sonrientes, así como también las miradas de rechazo por parte de los aristócratas que siguen su paso por los pasillos:

 

—Kaizer ¿estás seguro que es lo correcto? — duda Megumi.

—¿Sobre qué? — pregunta Kaizer.

—Es decir no estoy segura de que Lucian quiera que espiemos sobre sus cosas. Quizás lo mejor sea dejarlo así y volver a la cafetería.

 

Repentinamente Kaizer también duda de seguir estando a pocos metros de la oficina. Entonces salen gritos del lugar como si hubiera una discusión realmente intensa. La voz que sale no es reconocida por los chicos haciendo que la curiosidad renazca con fuerza.

Se acercan sigilosamente hacia la oficina y llegan a la puerta. Apoyan con cuidado sus oídos y escuchan todo lo que pueden:

 

—¡¿Acaso crees que esto es una maldita broma, Lucian?! ¡¿tienes idea de lo que hiciste?!

—Yo…lo siento mucho…— responde Lucian con los hombros encogidos y la voz temblorosa.

—Diablos Lucian. Te he dicho muchas veces que no te encojas de hombros y actúa como un hombre. No soy mamá no papá así que relájate y discute conmigo. Se supone que no soy ninguno de nuestros padres. — se lamenta.

—Ya, ya, Baltazar. El hizo lo correcto no hace falta que lo regañes. — Doncaster intenta calmar la situación.

—Esa es la cuestión Doncaster. Se que el hizo lo correcto, pero todos estamos intentando cumplir una misión. Tú sabes que significa. Ahora no sé qué planearan los nobles en respuesta. — dice Baltazar.

—De eso me ocuparé yo. Mientras tanto mantente ocupado con tus pasantías. No te queda mucho y sé que te seleccionaron para formar parte de ellos.

 

Baltazar, hermano de Lucian cinco años mayor, es una de las grandes promesas de la orden asesina y la academia del oeste además de estar en su último tiempo como estudiante para formar parte de los profesionales. Es muy conocido por ser alguien tan amable y a la vez estricto con su hermano pequeño que muchas veces se lo confunde con una persona que disfruta de maltratar a su familia. Sin embargo, está fuera de la realidad, ama profundamente a su hermano pequeño, pero no quita el hecho de que desee que sea fuerte para no depender de nadie y sepa defenderse. Por esa razón lo regaña y a la vez alienta a mantener sus fuertes ideales como por ejemplo lo que le hizo al noble, en parte preocupándose el joven por Lucian y por otra aplaudiendo el que haya defendido a su amiga.




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