Academia de Asesinos Volumen 1

Capítulo XXI: Peligro en la noche

Los hijos de nobles se reúnen en la mansión que utiliza la casa Carmesí, donde planifican su próximo movimiento y discuten sobre las últimas cosas que han pasado entre ellas que varios aristócratas abandonaron Antares gracias a la contratación de Fiesmeros y cuya participación en la trata de personas y esclavitud ha podido ayudar a la economía de las casas nobles.

En lo que respecta a la orden de parte de los demás cabezas de familia noble, cada niño y niña debe abandonar el continente en un plazo de al menos un año por lo que muchos se molestan al no poder dar por terminado ciertos asuntos:

 

—¡Ah, carajo! ¡No puedo creer que tengamos que irnos de aquí en un plazo de un año! —se queja uno de los nobles.

—¿De qué te quejas? Es un plazo bastante largo. Podríamos cumplir con lo que prometimos a esos cretinos.

—Eso es verdad. Después de matarlos podemos simplemente desaparecer.

—Oigan ¿No creen que es demasiado? —dice tímidamente Gloria, tercera hija de la casa Berserk.

—Para nada. Ellos se lo están buscando.

—¡Si! Parece que nunca entendieron con quién se han metido. Su falta de respeto constante hacia nosotros, los nobles, es inaudito. Vamos a enseñarles a agachar la cabeza y entender de que hablamos cuando decimos que estamos por arriba de cualquiera inclusive el incompetente del director.

 

Durante el resto del día, los nobles reunidos preparan una vez más su plan para demostrar de lo que son capaces, siendo poseedores de beneficios cuestionables al tener esa posición de intocables.

 

***PARTE II***

 

Días más tarde en el fin de semana, Kaizer se reúne con su amigo Lucian para almorzar en la cafetería que usualmente permanece abierta en los días que no hay clase. Esto es para que aquellos estudiantes sin familia ni dinero puedan disfrutar de algo más delicioso que solo la comida de los orfanatos. De paso conversan sobre lo sucedido en aquel callejón donde vio a esas extrañas personas y los nobles:

 

—Esta pizza está deliciosa. Me sorprende que la cafetería esté llena de estudiantes un sábado por la tarde. —Lucian mira asombrado a su alrededor como la cafetería está llena como si fuera un día de semana ordinario.

—Los días sábados traen por la mañana ingredientes frescos. —responde Kaizer y sabores el queso y salsa de tomate de la pizza.

—Veo que pasas mucho tiempo aquí. —dice Lucian.

—Como estoy aburrido los fines de semana vengo aquí y las personas de la cocina me enseñan como preparar platillos. —responde Kaizer.

—Desearía que vengan a mí casa. —murmura Lucian y sonríe desdichado.

—¿Porque dices eso? —pregunta Kaizer habiendo escuchado esas palabras en tono bajo.

—Ah, no, no, por nada. — disimula Lucian sus palabras.

—¿Seguro?

 

Lucian se queda en silencio a lo que Kaizer cambia rápidamente de tema para evitar incomodar a su amigo.

Sus manos chocan al querer agarrar la última porción de pizza, así como las miradas eléctricas por querer tal manjar:

 

—Tenemos un problema aquí. —dice Kaizer.

—Eso parece. ¿La quieres cierto? —pregunta Lucian.

—Sabes que sí. —responde Kaizer y no cede un milímetro.

—Por cierto, ¿dónde está Megumi? —pregunta Lucian.

—Según me dijo tenía una merienda con las amigas. — responde Kaizer—Después nos tenemos que reunir con ella en el parque aquí a unas cuadras. —añade.

—Pero que no sea tan tarde. Tengo que regresar a tiempo para la cena. —dice Lucian y aprovecha un descuido de Kaizer para tomar la última porción—¡Ja, perdiste! —se burla.

—Tonto. —lo mira Kaizer con desprecio.

—Ya, ya, en mí defensa...no tengo defensa. Está deliciosa sin dudas. —sonríe Lucian mientras come la porción.

 

En un instante, Kaizer se pone serio, su reciente experiencia con los Fiesmeros lo hace pensar en que algo más pasa en la academia y quizás Lucian no lo sabe:

 

—Estas muy serio y tenso. ¿Aún...? —dice Lucian refiriéndose a la marca del cuello que se va sanando rápido hasta no dejar casi rastros.

—Lo estarías si un tipo de casi dos metros te levanta del cuello con esa violencia. Dios, de recordar me pone terriblemente mal. Lucian, ten mucho cuidado. No sé qué está pasando, pero está involucrándonos a todos nosotros. —dice Kaizer, sintiéndose asustado y preocupado por sus amigos.

 

Por supuesto Lucian le da la razón y asienta con la cabeza la advertencia de su amigo. También se encuentra temeroso de que le toque a Megumi o a Lucian por lo que su cabeza se encuentra hecha un desastre sin poder concentrarse en los estudios más allá de leer unas pocas páginas de sus libros.

No tardó en curarse físicamente, sorprendiendo a los médicos de su rápida recuperación, pero mentalmente no está preparado para eso:




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