A pocos días de que regresen las clases, Kaizer, Lucian y Megumi recorren con autorización de Olympico las calles del puerto donde cientos de pescadores llevan sus productos hacia el mercado y otros se mueven hacia sus botes y barcos para sacar los productos del mar entre los que se destacan truchas, salmón y mejillones considerados cómo manjares en el Oeste y el Sur.
Megumi se queda mirando una tienda donde venden artículos finos hechos con perlas color gris y otras de color dorado gracias al tratamiento que se le hace regularmente para embellecerla y así obtener mayor ganancia mediante esa rareza:
—¿Algo te llamó la atención? —pregunta Kaizer al verla concentrada y mirando el vidrio del local.
—Solo miro esos collares. Se ven muy hermosos. — mira perdidamente los productos.
—Son muy raros esos collares y a veces hasta escasos. Más aún en estas fechas del año donde usualmente se consigue más en verano. —explica Lucian.
—¿También sabes de joyería? Vaya sorpresa. —dice Megumi.
—Jajaja, no lo creo. Solo averiguo y leo...eso es todo. —responde orgulloso.
—Se te da muy bien la economía también. —dice Kaizer.
—Aunque no tanto como a Megumi, jejeje. —ríe Lucian.
—Ya basta, me avergüenza. —Megumi se enoja levemente y sigue su camino con el rostro sonrojado.
—Jajaja, ya, no te enojes. —la sigue Lucian.
Justo antes de seguirlos, Kaizer se detiene unos momentos y permanece ese tiempo en silencio y con la sospecha de que alguien los está siguiendo. Una extraña sensación lo altera como si pudiera escuchar con mayor precisión a su alrededor. Él siente como si en un rango pequeño las personas que no puede ver se vuelven detectables:
—¡¿Kaizer?! ¡¿No vienes?!—pregunta Megumi desde lo lejos junto con Lucian.
—¡Si, ahí voy! — responde con un grito moderado. Antes de continuar mueve su cabeza buscando algún indicio o rastro de esa extraña sensación de ser seguidos por alguien— Tendré que caminar con más cuidado. Esa sensación me está diciendo que no es seguro continuar por aquí sobre todo porque hay poca gente. Aunque sea un lugar de concurrencia de pescadores.
Desde el otro lado de la calle se ven varias sombras vigilando por los callejones y acechando a los chicos que no sospechan nada de lo que sucede excepto por Kaizer. Él es el único que desconfía de la tranquilidad que los rodea y la ausencia de los nobles que amenazaron con lastimarlos y vengarse. Siente como una ligera brisa que alerta su cuerpo.
Los nobles que se esconden mientras vigilan, discuten con cierto entusiasmo sobre lo que harán próximamente está ve con un nuevo joven aristócrata que usa un nuevo tipo de influencia para efectuar sus fines, la capacidad de liderar a los futuros cabeza de familia que acaban de entrar al último año y están formándose cómo los que se encargaron de sus clanes en un futuro no muy lejano:
—Qwerguil, ¿No deberíamos esperar un poco más? Parece que hay más gente de la que imaginamos. —dice uno de los nobles.
—Tiempo no es algo que tengamos en abundancia. Sobre todo...—dice el joven que se posiciona como sexto en orden de herederos para liderar al clan Ceniza y detrás de este se acercan varias personas muy jóvenes de unos diecisiete a dieciocho años—porque sin duda vamos a cumplir lo que los demás no han podido. No sé desanimen. Antes de abandonar esta mierda de continente acabaremos con la vida de estos tres bastardos huérfanos.
—Oye, Qwerguil, más te vale que este tiempo que me haces perder no sea en vano. Sabes que detesto ese tipo de cosas. —dice Farul, segundo en orden del clan noble Berserk.
—Descuida esto acabará muy bien para nosotros. —promete con entusiasmo— Lo que tenemos que hacer ahora es esperar el momento para...
—Qwerguil, deberías pensar otra manera de acabarlos. Borka por ejemplo no pensó bien las cosas y terminaron demasiado mal para él. Costillas rotas y casi se le rompe la columna por el impacto. No debería jugar con fuego sin conocer a tu enemigo y definitivamente no lo han hecho siquiera. Solo se lanzan cegados por la venganza.
Qwerguil no sé lo había pensado de esa manera ya que los esfuerzos de los demás chicos nobles fueron de fracaso tras fracaso, pero sin llegar a comprar la razón o sin siquiera pensar en el motivo por el que fue así. El ciclo vuelve a repetirse donde nadie ha pensado que investigar puede resultar en una mayor probabilidad para el ataque. Para peor, los nobles han usado su superioridad numérica para atacar, pero solo han sido limitados por eso.
Al poseer mayor y experiencia, los jóvenes mayores intentan aconsejarlos para que se eviten problemas a futuro y un éxito que los entusiasme a crecer y fortalecerse. Sin embargo, muchos de los más jóvenes se niegan a hacer caso y solo siguen a lo que Qwerguil diga.
El noble, duda en un principio sobre qué acción tomar ya que tiene sentido lo que dicen y no es para menos, considerando que están por graduarse y salir del continente, pero su decisión no es otra más que continuar con el modo de actuar. No hay otra manera para ellos, ir en grupos y actuar cobardemente ya que están limitados en poder y conocimientos a diferencia de los demás en sus clanes.
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Editado: 23.10.2023