Academia de Asesinos Volumen 2

Capítulo XIII: El campus

En el fin de semana, día sábado, los chicos del orfanato se movilizan hacia los edificios junto a la academia para mudarse por temas de seguridad y acompañados por los profesionales entre ellos, Olympico y Lucy. Kaizer y Megumi marchan juntos y Kamata varios metros detrás con los nuevos miembros del club de kendo hablándole y colmando su frágil paciencia. La poca que tiene al tratarse de la gente.

El día está soleado y la temperatura agradable, pues muchos esperan ansiosos por instalarse en ese lugar y luego disfrutar de los grandes terrenos traseros que ofrece como campo de deporte y lugares con sombra para descansar al aire libre.

En el lugar los espera Doncaster y una comitiva con alimentos y un servicio que proveerá una mejor calidad de vida además de comodidades en su estadía. El director no habría podido lograr ese traslado sin dos reuniones previas, una con los profesionales que ejercen de profesores en la academia y por supuesto los otros miembros del grupo de los cuatro grandes, que en un comienzo rechazaron la idea de llevarlos muy cerca de la academia

Varios días antes en una reunión vía comunicador:

—Rechazo completamente esta propuesta. ¿Tienes idea de lo que provocaría? La mayoría de los asesinos en el Oeste tendrían que permanecer constantemente vigilando ese edificio. El hecho de que estudiantes vivan a metros de la Academia significará también que estarán en el ojo del enemigo. —dice Deckardson, director de la academia del Este.

—Doncaster, sabes que siempre tienes mi apoyo, pero reconozco que Deckardson tiene razón. Es un gran peligro dejar que esos chicos vivan en esos edificios como si fuera un campus. No siempre podrán ser protegidos y el constante peligro hará difícil que puedan enfocarse en los estudios. Yo…rechazo la propuesta. — dice Durias, directora de la academia del Sur.

—Estoy de acuerdo con Durias y Deckardson pero olvidan un factor importante. Los estudiantes hace tiempo que están en peligro. Los nobles, mercenarios o fiesmeros, da igual, permanentemente los estudiantes son acosados solo por ser huérfanos o pobres. La situación debería cambiar y empeora. Si lo piensan con cuidado no es un error la decisión que Doncaster ha tomado, pero es verdad, me preocupa el que haya falta de asesinos que protejan a los chicos. — dice Dekkman, director de la academia del Norte.

—Entiendo cómo se sienten y no negaré estar decepcionado, pero respeto su opinión. Lamentablemente este año, o, mejor dicho, este primer cuatrimestre vivimos demasiadas cosas como para ignorarlas. Yo los protegeré, aunque deba pasar patrullando cada noche el lugar. Esa es mi responsabilidad. No deseo que estos chicos tengan que vivir situaciones lamentables. — dice Doncaster con el amargo recuerdo de un hijo perdido y la certeza de que cada día que pasa se hace más difícil sobrellevar la función de director.

—Espero que todo lo que estás haciendo sea por la orden y no un capricho personal. Eres de los mejores y más capacitados, por eso espero que la mudanza de estudiantes no tenga que ver con tus sentimientos ante…bueno…—Dekkman duda de continuar ya que con todo el respeto que le tiene a Doncaster, decir lo próximo podría molestarlo.

—Solo dilo Dekkman. La pérdida de tu hijo hizo que te volvieras blando y poco objetivo. — dice Deckardson sin tapujos.

—¡Deckardson, ten tacto cuando hables de cosas delicadas! — lo regaña Durias.

—No, está bien. Entiendo su preocupación y solo puedo asegurarles que nada va a perturbarme. Esta es mi decisión porque se lo difícil que es el mundo para esos chicos y quiero acompañarlos en el proceso para lograr convertirse en asesinos. Les guste o no, eso es algo que ya he definido hace tiempo. Pueden estar o no conmigo. El tiempo me dará o no la razón. — dice Doncaster.

Con esas palabras, Doncaster dejó en claro su postura a los otros grandes de Antares y no aceptó un no por respuesta por lo que finalmente se pudo llevar a cabo la mudanza de más de quinientos estudiantes.

Los edificios constan de un complejo de torres en las que puede albergar a cien estudiantes cada una, con habitaciones bastante cómodas con baños incluidos, una enorme cafetería en la planta baja cercade la entrada. También hay un campo de entrenamiento para aquellos dedicados que quieren practicar los fines de semana cuando no hay clases, así como también un salón de juegos con ping pon, billar, bolos, etc.

Cada seis horas se produce un cambio de guardia donde hay casi cincuenta profesionales protegiendo, entre ellos el mismísimo Doncaster, Olympico y Lucy. Lógicamente estos dos últimos con pagos extras, aunque han rechazo eso ya que desean proteger a los chicos sin importa el pago.

***PARTE II***

Kaizer recorre los pasillos con una llave en su mano y el número de su habitación grabado en un pedazo de madera. Tras varios minutos mirando puerta tras puerta, y topándose con varios de sus compañeros que también dan vueltas desorientados, llega hacia su habitación. Así que abre la puerta con cuidado y se encuentra con una imagen confusa, cada habitación dispone de cuartos con baños propios, y también el hecho de que se debe compartir lugar con otra persona. Es por eso que Kaizer ve a Kamata guardando sus espadas de madera.

El ambiente es incómodo, por supuesto que el chico aspirante a espadachín ni lo mira y dedica toda su atención para acomodar sus pertenencias:




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