Esa misma noche en el hospital, Kaizer sale de su habitación para recorrer los pasillos sin que nadie se entere. El haber estado muchos días sin moverse y debilitado hizo que despertase en él una fuerte necesidad de moverse y no perder ritmo. Ritmo que puede ayudarlo en los exámenes futuros o mas bien los que sucederán en menos de dos meses. Sin contar, también, que podrá disputar un torneo el próximo año por lo que se encuentra muy enfocado en participar y ganar por sus compañeros del club de artes marciales.
Sigilosamente se escabulle hacia la cafetería, evadiendo en el camino a la seguridad, médicos y enfermeras, pero sin darse cuenta Doncaster se acerca por detrás y posa su mano en el hombro del chico:
—¿No se supone que tenias que estar descansando? ¿Hace menos de 24 horas que despertaste y ya crees que puedes caminar sin problemas?
—D-Director…que susto. —dice el chico tomándose del pecho por la gran sorpresa que le da encontrar al director— ¿Qué hace aquí?
—Creo que hice como dos preguntas. Lo justo es que respondas primero tu.
—Si, lo siento.
—Ja, descuida.
—No tengo mucho sueño así que decidí caminar un poco y aprovechar este tiempo para volver a mi estado físico, aunque debo decir que me sigo sintiendo extraño por lo ocurrido. —responde con gran intranquilidad.
—No es el momento para que lo sepa, tendrá que continuar con esas dudas. Incluso pedimos a los otros estudiantes que tampoco se lo hagan saber. —piensa mientras caminan hacia unas mesas junto a una gran ventana que da hacia el patio lleno de plantas y árboles.
—¿Usted que hace por aquí director?
—Solo pasaba por aquí y quise venir a saludar, jejeje. —sonríe, rascándose la mejilla.
—Claro, entiendo. Toma asiento. —le señala una silla.
—Gracias.
Doncaster se sienta frente al chico y llama al empleado de la cafetería para que puedan pedir algo del buffet. El director pide un café fuerte sin azúcar, mientras que el joven un vaso de leche. Sin preguntarle, Doncaster pide para Kaizer unas galletas con la excusa de que necesita muchas proteínas si quiere volver a su estado físico y resalta que no será la única vez que tendrá que volver, no para asustarlo sino para explicarle que así es como funcionan las cosas en el mundo real donde aquellos mas talentosos acaban en situaciones que llevan sus vidas al peligro extremo o sortean la muerte tantas veces que resulta imposible contarlas.
Sorprendentemente Kaizer acepta las galletas con una sonrisa y entusiasmo que contagia al director. Sin embargo, ve que la expresión no cambia demasiado porque lo encuentra preocupado aún en momentos de calma:
—¿Sucede algo más, Kaizer?
—Aquella vez en la academia…esas palabras de Alexander ¿eran ciertas? ¿usted es su padre? — pregunta, desconcertado por enterarse de tal verdad que involucra a alguien tan respetado y distinguido como Doncaster.
—Sabia que ibas a preguntar algo así. —se pone de pie y camina hacia la barra para tomar el pedido que ya es visible en la barra. A mita de camino se detiene— Si, soy su padre, pero él está lejos de haber sido mi hijo. Ese Alex no es el que mi Sara y yo criamos. —añade sin voltearse con un tono de tristeza.
—¿A qué se refiere?
Doncaster llega a la barra y tomar la bandeja con el pedido:
—Verás, él es mi hijo, pero este Alexander está alejado de lo que alguna vez fue el buen chico, bondadoso, cariño y dulce que llamados hijo alguna vez. ¿Lo comprendes ahora? Ese muchacho…es un monstruo que tendría que haber rectificado en su momento o…
—¿Matado? Director, ¿Por qué usted no ha hecho nada? ¿Por qué permitió que nos sucediera esto?
Sin intenciones maliciosas, le recrimina al director lo que ha pasado, intentando obtener una respuesta clara a la inacción que llevo a la muerte a muchos estudiantes y asesino. En vista de todo ello fue citado por los demás directores y las leyes vivientes para que exponga todo lo que sabe y su situación como director de la academia del oeste. Pero eso es algo que poco le interesa en estos momentos, solo la salud de los estudiantes y nunca ha cambiado:
—Se a donde quieres llegar, mis disculpas no podrán recomponer lo sucedido, ni siquiera son suficientes. —regresa a la mesa con la bandeja y entrega el vaso con leche a Kaizer y tres galletas color marrón sobre un pequeño plato y él se lleva una taza con café negro— En estos momentos solo puedo ofrecer mis mas sinceras disculpas y una débil promesa de hacer lo que esté a mi alcance para hacer justicia. —agrega con total sinceridad.
—Con superioridad de Alexander, sentí miedo de morir, pero por el otro lado…pienso ahora y me entusiasma saber que puedo mejorar y evitar que algo así vuelva a ocurrir.
—Me alegra que lo digas, pero tienes que entender que ser asesino no es simplemente aprender habilidades o fortalecerte. Ser asesino es algo mucho mas profundo, es mantener un equilibrio para este continente. Si bien los mercenarios son nuestros enemigos, ellos en su tierra también deben mantener el equilibrio, así como nosotros lo hacemos. —da un sorbo a su café y prosigue— A lo que intento llegar es que puedes llegar a ser el mas fuerte de todos siempre y cuando haya un motivo complejo. Por ejemplo, luchar por lo justo, por la familia, por el amor ¿entiendes? Hay que buscar ser mas fuerte que otros, pero nunca olvidar que, en esencia, un asesino es aquel que lucha por los más débiles y evita el colapso de nuestra sociedad.
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Editado: 05.08.2024