Academia de Asesinos Volumen 3

Capítulo XVI: Los exámenes finales de primer año parte II

—¡Megumi! — grita Kaizer.

La estudiante del sur, armada con un mazo, arremete contra Megumi e impacta el arma contra el suelo. Megumi intenta esquivar cada pesado golpe con éxito, pero el golpe al rostro no deja de dolerle y hasta afectó su equilibrio.

Megumi se logra poner de pie y corre hacia Libia. Ella da un salto con ambos pies al frente y golpea contra el abdomen de su rival, apenas mueve su cuerpo unos pocos centímetros. A pesar de la gran velocidad de Megumi, los nervios y el dolor hacen que cada movimiento fuera tan torpe como el anterior e incluso se expone a los contraataques de Libia. Uno de los golpes impacta contra el brazo derecho, dislocándolo en el acto y golpeando contra el suelo una vez más:

—¿Y esa confianza que mostrabas al inicio? —dice Libia en tono de burla— Te falta demasiado para llegar a mi nivel. Eres demasiado débil e ingenua. —continua, acercándose hacia Megumi.

—Realmente no espero ganar. Solo quiero demostrar que avancé en mi entrenamiento físico. —responde Megumi, apoyando su pie hacia el frente para tratar de reincorporarse.

—Pareces inteligente ¿Por qué no te rindes y nos ahorramos tu vergüenza? —propone la chica del sur.

—Suena interesante, pero…no acepto. —logra ponerse de pie.

—Imbécil.

Megumi corre una vez mas hacia Libia esta vez de manera más ágil y moviéndose constantemente para burlar su defensa y aprovechar que es mas lenta por su tamaño y el arma que usa, la cual requiere de mayor balance y fuerza.

Libia, que en realidad no busca pelear contra rivales más débiles y pequeño que ella, se para firme en su lugar y aprieta con ambas manos el mango de su arma a la espera de recibir el ataque. Su idea es apenas recibir el golpe de Megumi, bloquearlo con el mazo y luego responder con una patada. Si pudiera ella solo tendría que resistir hasta que la chica del oeste se agote, pero nota que no se dará por vencida.

A pesar de estar algo desorientada, Megumi se desliza fácilmente hacia un costado vulnerable. Entonces, abre sus abanicos y calcula el corte que hará para que no sea una herida muy profunda ni tampoco superficial para permitir que se recupere. Sin embargo, Libia se da cuenta y levanta el puño cerrado para girar medio cuerpo y golpearle a la mejilla de Megumi.

La joven cae al suelo por tercera vez, fuertes mareos provocan que no pueda levantarse, inclusive escupe sangre mientras que el dolor se apodera de su cuerpo. Aún así, logra pararse para sorpresa de todos los presentes:

—No eres tan fuerte como aparentas, pero aguantar esos golpes. Tienes mayor resistencia que la media. Dudo que después de ese golpe puedas obtener buen puntaje. —Libia la mira con soberbia mientras apoya la enorme arma en su hombre. Siente un ligero dolor en el costado de su abdomen y cuando da un vistazo se encuentra un pequeño corte y mancha de sangre debajo de su camiseta color salmón rosado— ¿Cuándo fue qué? ¿huh? —en ese momento recuerda que antes de golpearla, Megumi movió velozmente su arma para cortar esa zona tan vulnerable.

—¿Por qué no continuamos con este combate y dejas de hablar? —responde aliviada de que su ataque haya salido bien, pero también preocupada por cuanto podrá resistir.

—Vaya que eres buena y tienes agallas. Cambié de opinión, iré con todo.

Libia suspira y da un salto hacia el frente balancea su arma como si fuera una simple varilla contra Megumi. Al ver que es un ataque peligroso, Megumi salta hacia un lado y rueda por el sueño mientras que el mazo se entierra contra el suelo de la plataforma y crea un pequeño cráter.

La fuerza de esa chica de primer año de la academia del sur es monstruosa hasta para su edad.

A pesar de su gran fuerza y facilidad para atacar, cada ataque propinado por Libia la lleva a sufrir un gran desgaste y mas aún con el arma que posee. Megumi solo piensa en resistir para buscar el momento adecuado y doblegarla, ya con observar ese grave defecto en su rival es suficiente para mantener la esperanza de victoria:

—¿Qué sucede chica gigante? ¿una pequeña, dulce y bella como yo es demasiado para ti? —se mueve al otro extremo de la plataforma.

—¡Cierra la boca y no te alejes maldita cobarde!

Afuera de la plataforma, un expectante público observa como se desarrolla la pelea. Muchos criticando la forma en la que se está dando, sobre todo cayendo con críticas negativas hacia Megumi y otros murmuran sobre lo innecesario que fue poner a luchar a una chica muy grande en tamaño y fuerza contra otra que no es tan colosal y fuerte. Kaizer, Kamata, Lucian y Maia observan y analizan los movimientos y estrategia de su amiga. A pesar de todo no y es muy destacable que ella no haya entrado en pánico:

—Esa chica Libia no lo hace tan mal. —dice Kamata.

—Si, pero me preocupa Megumi. Ella es posible que busque agotarla, pero no tiene necesariamente una resistencia mayor a la de su rival.

—El golpe que recibió al principio le estará afectando. —añade Maia.

—¿Creen que debamos pedir detener la pelea? — pregunta Lucian sin apartar la mirada, aunque odie la violencia.

—Ya escucharon las reglas, no podemos interrumpir a menos que ella lo pide o no pueda continuar. —responde Kamata.

—No creo que ella quiera, pero ¿Qué pasaría si se va de las manos esta pelea y tampoco pueda? —exclama Kaizer.




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