Academia de Asesinos Volumen 3

Capítulo XVII: La fuerza de los novatos

Mientras aún la euforia se mantiene entre los presentes por la pelea de las chicas, Lucian ya se encuentra en la plataforma y frente a él, varios metros lejos, su rival Ashlar.

El joven tirador del oeste se pregunta ¿Qué clase de persona es Ashlar? ¿será alguien honorable o tramposo? ¿fuerte o inteligente?

A simple vista ve que no parece ser tan competente, pero sabe que, así como Libia se mostró confiada al ver a Megumi, ni su fuerza desmedida pudo contra la brillantez de su amiga. Su frágil y pequeña contextura incluso para su edad lo hace dudar de enfrentarlo.

Sin embargo, Ashlar lanza una pequeña carcajada y aunque sus principales armas sean unos bastones de madera con punta de flecha metálica con las que puede desencadenar ataques punzantes contra su objetivo, su habilidad con esas armas es peligrosa lo cual lleva a Lucian a preguntarse si en verdad es adrede la táctica de su rival o realmente es cierto que no es apto para tal combate. Muchas preguntas, pero cuando la campana suena y da inicio al combate, Ashlar apunta con su arma a Lucian:

—¿Te llamas Lucian?

—Si ¿Por qué? —pregunta manteniendo la distancia y sin bajar la guardia.

—Genial, entonces eres quien creo que eres.

—¿Y quién soy según tu?

—Un asesino normal. Sin habilidades. —sonríe entusiasmado.

—¿Qué? Jamás mencioné si poseo una habilidad o falta de ella. —reacciona sorprendido sin siquiera haber revelado su propia naturaleza.

—No hace falta, tu postura y la forma en la que te aferras a tu arma. Es normal para aquellos asesinos que no cuentan con su habilidad despertada o que ni siquiera nacieron con ella. Lo único que hacen es confiar en sus cualidades con los artículos disponibles. Por cierto, mi habilidad consiste en lo llamado probabilidad ¿oíste hablar de algo así?

—Para nada.

—Simplemente detecto cualquier ventaja o desventaja de mi rival. Inclusive si tiene habilidad alguna pero evidentemente no eres más que alguien sin nada especial.

—Alardeas demasiado y eso que aún no empezamos.

—Tienes razón. No hay más que decir. Empecemos ¿te parece?

—Suena lógico.

Lucian es el primero en sacar sus armas y apuntar con gran rapidez mientras Ashlar se aparta a su derecha para salir fuera de la visión de tiro. En ese momento, Ashlar desaparece de la vista de Lucian, aprovechando la distracción de unos breves segundos le habla:

—Un segundo de distracción puede ser fatal incluso para los profesionales más veteranos. Creo que deberías saberlo ¿no? —murmura sin que el tirador se dé cuenta.

—¿Acaso es parte de tus probabilidades el desaparecer?

—¿Desaparecer? ¿yo? ¡jajaja! Solo es parte de mis movimientos. Nunca me fui.

—Dime donde estas. ¡Aparece! ¡enfréntame! —mira hacia un lado, luego hacia el otro, buscando desesperadamente a su rival.

—¿Por qué? Es muy divertido ver como no pudiste desarrollar capacidades más allá de lo que un simple humano puede. —se burla con una clara ventaja sobre Lucian.

Mientras tanto Kamata y Kaizer presencian el combate, se preocupan por Lucian que al parecer no encuentra a su rival en una plataforma llana y que desaparecer resulta casi imposible. Un rival que maneja una habilidad extraña y con alta probabilidad de acertar le complica una batalla que parecía sencilla. No puede hacer frente a un enemigo tan complejo:

—Ashlar tiene una habilidad compleja. Evidentemente Lucian no sabe cómo enfrentarlo sin caer en provocaciones que lo perturben. —dice Kaizer.

—Quizás, pero Lucian también se confió demasiado en su destreza como tirador y no vio lo obvio. ¡Es un idiota! —dice el espadachín, molesto con el tirador.

—No seas tan duro con él Kamata. —lo regaña Maia.

—Es la verdad. —contesta.

—Él se está esforzando lo más que puede. —vuelve a responder.

—Maia tiene razón. No es fácil para nadie enfrentar a un usuario de habilidad. —dice Kaizer.

A lo lejos, Megumi se acerca con Lucy a su lado. Apenas tiene el rostro herido, pero no la detiene para ir a ver a su amigo luchar:

—Megumi ¿Por qué no te quedaste descansando? —pregunta Kaizer en tono de preocupación.

—Estoy bien Kaizer, enserio, me permitieron abandonar el pabellón medico porque mis heridas no eran tan serias. —responde mientras abraza a Maia, que emocionada de verla bien es motivo para que celebre.

—Concuerdo con Kaizer, tendrías que estar descansando. —dice Kamata.

—Ya les dije que estoy bien. Además, no quería perderme la pelea de ustedes. —mira a Maia y luego a Kaizer.

Kaizer se sonroja y acomoda su flequillo mientras vuelve su mirada hacia la plataforma:

—Confiemos en Lucian, el podrá lograrlo. —dice Megumi y se acerca hasta ponerse al lado de Kaizer.

Kamata observa como sus dos amigos cruzan miradas y este sonríe:

—Estos dos tontos…—murmura con una leve sonrisa— ¿será que les cuesta reconocer sus propios sentimientos? —piensa en voz baja.




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