De regreso a la academia durante la mañana de un lunes caluroso, los dos grupos se reencuentran en la cafetería. Las chicas entregan recuerdos que compraron y recogieron del mar para dárselo a los chicos. Hiroshi, entre tanto, recrimina a Lucy que debían entrenar a lo que ella ignora lo que dice. Entonces, el espadachín se acerca a ella y con la cara ligeramente roja le dice:
—T-Te ves muy bien con ese bronceado…
Sin decir nada, pero claramente impactada por el cumplido, Lucy se voltea para evitar la mirada:
—G-Gracias.
—Profesora…sí que está roja eeehhh. —se burla Maia.
—¡Sh, cierra la boca! —exclama avergonzada.
—¿Qué crees que esté pasando? —pregunta Kamata a Kaizer por lo bajo.
—Ojalá lo supiera. —responde el chico.
Megumi se apresura a entregarle algo a Kaizer. Le extiende la mano dejándole un collar con conchas marinas hecha por ella. Él se queda mirando el objeto y luego se enfoca en sus ojos sin saber que responder. Es difícil de comprender lo que significa el collar para los sentimientos de la chica. Ella durante mucho tiempo se ha cerrado a nivel emocional, pero con Kaizer es tan fuerte y tan inocente lo que ella siente que cada dulce muestra de afecto es bien intencionado.
Kaizer también es alguien que no ha disfrutado del cariño como tal pero siempre dispuesto a darlo. De cualquiera manera no sabe que decir a Megumi por lo que interviene Hiroshi, en parte regañarlo y en otra parte para impulsarlo:
—Escucha, te está regalando eso porque representa sus sentimientos. Kaizer, jamás dejes a una dama esperar por una respuesta. —dice en voz baja al oído.
—¿Cómo haces con Lucy? —responde en el mismo tono.
—¡Idiota, eso es diferente!
—¿Kaizer? —Megumi lo mira, inclinando su cabeza a un costado.
—Es un bonito detalle. Muchas gracias Megumi. —le dice sonriendo, pero intentando no mirarla a los ojos.
—N-No, de nada, sé que te gustan este tipo de cosas. —dice ella.
Maia hace lo suyo regalándole un collar de coral de hermosos colores rosa y blanco para Lucian y luego da un tímido abrazo. Él le devuelve el gesto quedándose un rato extenso así.
—Bien, chicos y chicas, no interrumpir este momento. Lucian, Kamata, Kaizer, y Haiser vayan a la entrada del bosque. Quiero decirles algo muy importante. —tan pronto como le pide eso se retira hacia dicha entrada.
—Hiroshi. —lo detiene.
—¿Sí?
—¿Por qué te fuiste tan repentinamente mientras estábamos en el bosque?
Hiroshi no responde a eso, pero posa su mano en la cabeza del chico y exclama:
—No se tarden.
Después de eso, los chicos y chicas regresan a sus habitaciones donde desempacan sus cosas. El regreso a la academia es idóneo a pocas semanas del torneo de las academias.
Cuando salen de la habitación se encuentran con estudiantes corriendo por los pasillos cosa extraña siendo que las clases empiezan en casi dos meses. Los ven amontonarse frente a la pared como si hubiera algún anuncio allí.
Los dos chicos se miran entre si desconociendo que está ocurriendo. En el camino se cruzan con Rose a quien le pregunta porque tanto alboroto y su respuesta fue negativa, solo que hay un aviso en una pizarra donde se pegan noticias diarias o semanales para estudiantes:
—Vamos a ver. —exclama Kaizer.
—¿No tenemos que ir a con Hiroshi? —pregunta Kamata.
—Cierto. Bueno, apresurémonos para ver que sucede. —dice Kaizer.
Lucy los ve a punto de caminar en aquella dirección, entonces los detiene llamándolos por sus nombres y se dan vuelta atraídos por el llamado. Ven a Megumi junto con la profesora. La joven corre hacia ellos y en el camino, producto de su torpeza, se tropieza de frente y acaba cayendo sobre uno de los profesores que está regresando con unas bebidas sobre una bandeja. Para su mala suerte las bebidas terminan por el aire junto con la bandeja producto del accidente y caen sobre ellos. El resto termina sobre el suelo, dejando un charco que provoca una estampida de personas resbalándose con el líquido esparcido.
El pasillo se convierte en una escena de puro caos con personas pisando y yéndose contra el suelo. Los que se detienen, sin ignorar el peligro que conlleva, atestiguan lo ocurrido y de paso otros reían.
Tras aquel incidente, regresa Lucy quien había ido con Hiroshi para pedirle que espere a que los chicos se pudieran bañar. Le explicó el accidente de Megumi y acabó riendo a carcajadas, pero al final accede a esperar un poco más.
La albina espera a que ellos salgan de su habitación mientras tanto piensa en cuando termina provocando la estampida. Ella estaba en el suelo con el rostro rojo de la vergüenza. Rápidamente Kaizer le extendió su mano para que pudiera recomponerse:
—Yo…perdón…es que me dejé llevar. Por favor, discul…—dice Megumi.
—Descuida…espero que no te hayas hecho daño. Y…humm…te extrañé…extrañamos todos. —le interrumpe la disculpa por puro impulso. Sus brazos la rodean y apoya su cabeza en el pecho cálido. Ella se siente muy reconfortada. La mira fijamente y luego se avergüenza separándose en una escasa pero simbólica distancia.
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Editado: 22.11.2024