Academia de Asesinos Volumen 4

Capítulo XXIV: La operación oscura

Varios días antes…

Alex se reúne a solas con Don Leopold antes de partir hacia la ciudad central. Sus ideas congenian bastante bien y los objetivos son particularmente cercanos.

A pesar de ya haber desarrollado los planes que involucran explosivos y una poderosa y necesaria alianza con Tauro, Don Leopold tiene la necesidad de aclarar unas cosas sobre lo que pasará tras eso. Le importa muy poco la orden, solo quiere ver morir a Doncaster con cada fibra de su ser, pero es muy consciente de que el atentado planeado deje una huella duradera y puede que el alcance sea aún mayor por lo que siente que lo mejor sea prepararse:

—¿Qué sucede? —dice Alex cuando entra a la oficina de Leopold.

—Sigues sin entender los protocolos de mi casa ¿verdad? —exclama el mafioso.

—No me interesa saber las reglas solo los objetivos. —responde con cautela.

—Haaa, en cierta forma es molesta esa parte tuya, pero a pesar de todo me caes bien. —exclama tomándose de la cabeza calva. —¿Sabes porque te convoqué a ti?

—No.

—Bien. Hay cosas que tenemos que tratar. Son...cosas muy importantes.

—¿Qué cosas?

—Protocolos. Es muy importante que sepas que sucederá tras la operación.

—¿Quieres alguna clase de crédito o qué? —exclama Alex mientras se cruza de brazos y mira fijamente a los ojos de un directo Don Leopold.

—Cielos, este mocoso es muy parecido a su madre. —piensa con nostalgia. —No, no, para nada. No necesito nada de eso. Lo importante que tenemos que tratar son cosas como, por ejemplo, los sobrevivientes. Sabrás que los recursos que salgan de aquí podrán ser usados, pero tenemos que obtenerlos muy rápidamente.

En ese momento, Alex reflexiona con los intereses que la expone Don Leopold, no es ajeno a los manejos oscuros de las facciones del bajo mundo y sus terribles prácticas. Como Leopold es el cabeza de familia que queda y cuyo poder es inmenso entre los del bajo mundo, todos los recursos como drogas, trata de personas, armas e influencias, todo circula a través de él:

—¿Quieres secuestrar a estudiantes y usarlos para trata de personas y prostitución?

—Son negocios Alex y quiero dejar en claro lo que quiero. —dice con firmeza.

Alex podrá ser un mercenario y traidor que buscar desestabilizar el mundo conocido de Antares, pero está lejos de ser un monstruo desalmado. Tiene sus códigos y valores, aunque se contradigan todo tiene un porque:

—¿Por qué me miras así? —exclama Don Leopold. Algo en la mirada de Alex le causa molestia y ve a Doncaster frente a él.

—No creo que eso sea correcto. Son apenas unos niños. Ellos…

—Escucha por un instante mocoso. Acepté ayudarte y aportar mis recursos y personal no solo para destruir a tu padre a quien detesto con cada maldita fibra de mi ser. También quiero los recursos que puedo sacar de aquí y consolidarme como la fuerza mas temida y quien gobierna el bajo mundo. Tu vas a darme lo que quiero. Además…mírate, intentas ir contra esto siendo que tus acciones ocasionaron mas muerte ¿e intentas ir contra lo que hago? Eres demasiado hipócrita. Tus propias acciones están provocando esto y vamos encaminados a esto. No vas a poder retroceder.

—¿Entonces cual es el objetivo por el que me convocaste aquí?

—Establezco los protocolos de como vamos a proceder. ¿Está claro?

—¡Tsk, si! —responde Alex molesto con el mafioso, pero otra cosa no puede hacer. Necesita todo lo que ofrece el hombre si quiere tener éxito en la operación.

—¿Lo ves? No es tan complicado. Todos saldremos ganando. Tauro secuestrando a la chica. Yo conseguiré recursos y tu asestarás el tan ansiado golpe que te dé ese renombre que hará resonar a la orden mercenaria.

En el presente…

Frente al estadio y caos provocado por el descubrimiento de explosivos, un pequeño grupo de encapuchados se oculta tras la muchedumbre que se convoca curiosos y miran preocupados sin saber que ocurre. Uno de los encapuchados es Alexander, quien se encuentra acompañado por los miembros de la legión de mercenarios esperando expectantes.

En eso, Alexander sonríe de tan solo ver a los asesinos correr desesperadamente por evacuar a los restantes civiles y aún quedan muchos profesores, estudiantes y los directores. Nadie sospecha que existe una peligrosa operación que busca atentar contra el corazón mismo de la orden con un golpe tan certero y feroz que nadie se imaginaría quien es el causante.

Alex se da media vuelta hacia sus aliados y con expresión orgullo les dice finalmente:

—Bienvenidos mis camaradas. Mis compañeros. Mis aliados a un nuevo mundo…nuestro nuevo y deseado mundo. Denle fin a la orden de los asesinos. —saca de su bolsillo un interruptor y con su dedo pulgar lo aprieta lentamente. —Partiendo desde ya. —dice con paz y cerrando los ojos.

Ya no hay vuelta atrás y listo para lo que se vendrá, aprieta el interruptor, abrazando el caos y mirando a los presentes civiles dice:

—¡Ustedes, vean también como es que se desmorona el mundo asesino en un instante!

Luego de esto, se ve hacia dentro del estadio que surgen una serie de estruendos, seguido de explosiones y llamas arremetiendo contra puertas y ventanas. Acto seguido una parte del estadio se derrumba ya que los explosivos se habían ubicado estratégicamente en sectores frágiles para que pudieran resultar catastróficos en la estructura:




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.