Entre los depósitos de cajas, Kamata y Tarox se enfrascan en una batalla sin cuartel contra el poderoso criminal y segundo al mando de la facción más dominante en el bajo mundo, Martiny.
Los dos estudiantes luchan con todo lo que tienen y aun así el mafioso los supera con creces. Pareciera que ni los agiles y veloces movimientos de ellos dos es suficiente para doblegar al criminal, que con cada ataque regresa el doble de rápido, fuerte y letal. Pero a medida que Martiny se muestra superior, también crece en Kamata ese feroz instinto de mejorar.
Tarox busca reducir la distancia atacándole por detrás para obligarlo a dar un paso al frente y hacer que Kamata pueda presionarlo, pero el enemigo es muy perceptivo y propina una patada giratoria al chico de Ironland que lo avienta contra la pared y así golpeando con fuerza hasta agrietar la estructura:
—¡Tarox! —exclama Kamata mientras se queda mirando a su compañero herido y al regresar la mirada hacia Martiny se da cuenta que será muy difícil vencerlo. Una incontenible sensación de felicidad lo desborda ya que enfrenta a un espadachín con el que puede desplegar todo su potencial.
Se impulsa con sus pies hacia Martiny y con las manos sosteniendo fuertemente la espada, mueve de un lado hacia el otro buscando quebrar su defensa y asestarle un duro corte, pero ninguno llega con éxito. Kamata no lo sabe, pero Martiny usa origen de la observación que le permite percibir los movimientos del enemigo.
Lejos de mofarse del chico, Martiny tiene mucho cuidado de no caer en ninguna trampa por lo que analiza cada detalle que emite y así contrarrestarlo.
Dentro de la espada, Kamata insiste en que Abbadon no está usando todo su poder:
—¡¿Qué mierda estás haciendo?! Se supone que tienes que ir con todo.
—¡¿De qué demonios hablas?! No llevamos ni 24 horas canalizados ¿y tú ya crees que puedes soportar mi poder?
—¡Maldición! ¡¿y te haces llamar espada maldita?!
—¡Soy una espada maldita no un cañón maldito mocoso!
—Se supone que hicimos un contrato ¿recuerdas?
—¡Ya sé que hicimos un maldito contrato! ¡todo es para poseer tu cuerpo, pero no me sirve si colapsas en mitad del proceso!
—¿Mitad del proceso? ¿de qué hablas?
—Deja de ser tan engreído y escucha con atención ¿okey?
—Si.
—Este contrato establece que puedo darte todo mi poder como esencia demoníaca lo que también significa que tendrás que soportar la carga que supone significa su liberación. ¿Entiendes a lo que voy?
—Hazlo.
—¿Heh? ¿estás escuchando lo que te digo? Puedo darte ese poder y llevar tu cuerpo hasta los límites y superarlos, pero no te garantizo que puedas terminar bien.
—No me importa. Tengo que vencer a este tipo. Si se trata del arte de la espada y frente a un espadachín…pero por sobre todas las cosas, tengo a una querida amiga que nos necesita así que cierra la puta boca y ¡hazlo!
—No, no quiero.
—¡¿Heeeeeeh?!
—Pero te daré un consejo que puede servirte. Ese sujeto está usando el origen de la observación lo que lo hace difícil de asestarle un golpe o corte.
—Origen, eso ya lo había escuchado antes.
—Mientras lo use no podrás herirlo ni matarlo por lo que tu única alternativa es cambiar tu esencia para evitar que te detecte a ti y a tus intenciones porque el origen de la observación es eso, una manera de detectar esencias. Adiós.
Martiny no espera a que se mueva Kamata así que se acerca una vez más y lo golpea en el rostro. Luego lo toma del cabello y da otro puñetazo esta vez en el estómago que lo pone de rodillas y hace escupir sangre. Cansado ya de la poca resistencia que están ofreciendo toma del rostro a Kamata y lo levanta:
—¿Qué no eras el más seguro de todos aquí? No pareces ser la gran al final. Una lástima, pero yo no tengo porque perder más tiempo con debiluchos como ustedes. —dice Martiny con expresión de molestia y decepción.
—Ya…deja de hablar…eres un verdadero fastidio…pero deberías sentirte afortunado…—desliza Kamata.
—Insolente hasta el final y dime ¿Por qué afortunado? No puedes…no pueden vencerme y estás aquí de rodillas casi por pedir piedad. ¿Por qué debería sentirme afortunado si ustedes ya perdieron?
—Solo…tengo dos cosas para decir…la primera es que deberías sentirte afortunado porque no esté en mi mejor nivel o esto acabaría muy rápido…y lo segundo es que no iba dirigido a ti…sino a él…
—¿Huh?
Martiny se da media vuelta y ve a Tarox con su espada corrosiva acercándose hasta él.
La mirada del hombre apenas vislumbra el brillo de la hoja cubierta en aura purpura y al instante una sensación desagradable lo hace soltar a Kamata y luego se retuerce de dolor. Cuando se da cuenta, Tarox está aferrado a él y la espada atravesándole el costado del abdomen.
Kamata se pone de pie y al principio se tambalea, pero luego logra asentarse. Da unos cuantos respiros tras el daño recibido por parte de Martiny:
#1313 en Novela contemporánea
#3325 en Otros
#589 en Acción
fantasia amor aventura, adolescentes con magia, acción drama romance
Editado: 05.01.2025