Tanto Charlie como Nick conocían bien a Jack pues éste había entrado a formar parte de sus vidas cuando iniciaron la escuela elemental. Una vez superado el incidente entre Nick y Jack, se volvieron amigos inseparables y fueron muchos los golpes que repartieron entre los tres, especialmente cuando fueron un poco más grandes y sus compañeros comenzaron a hacer insinuaciones con relación a la hombría de Jack. Aunque es bastante común que cuando un niño es especialmente hermoso, los que comparten su género más no su apostura, le hagan pesadas bromas comparándolo con una niña, Jack en verdad tenía un carácter horroroso, de manera que tal vez otro habría dejado que sus compañeros dijesen lo que se les viniese en gana sin prestarles atención dando lugar a que se cansasen, pero ese no era el caso de este chico que vivía metido en violentas peleas a las que se sumaban los otros dos y que tenían como fin cerrarle las bocas a los graciosos. No obstante, lo anterior no varió nunca y de hecho empeoró de manera notable cuando el padrastro de Jack pareció sustentar las mismas ideas que los compañeros del chico, solo que el desgraciado aquel comprobó de forma brutal su error y no tendría oportunidad de contarlo, pues Jack le rebanó la garganta. Quizá si aquel infeliz no hubiese estado borracho, las posibilidades de Jack que aunque era alto para su edad, para ese momento tenía poco más de trece años, habrían sido pocas, pero el universo pareció estar de su lado al darle aquella ventaja que le permitió salvarse de un mosntruoso hecho como el que pretendía perpetrar aquel salvaje.
Aquel asesinato marcó el final de la niñez de Jack, aquella noche que pasó tras la tienda del señor Aliano pensando qué hacer, lo convenció de que había llegado el momento de marcharse muy lejos tanto por lo sucedido y que lo conduciría directamente a una correccional si se quedaba, como por la seguridad de que su madre, que era lo único que tenía en la vida, ni siquiera se tomaría la molestia de buscarlo y menos aún lamentaría su ausencia.
A primera hora de la mañana se fue derecho a la casa de Charlie, aunque con mucha precaución porque a esa hora su madre debía estar por volver a casa, y al encontrarse con la sorpresa, suponiendo que estuviese lo bastante sobria, comenzaría a dar voces pidiendo ayuda. Jack se decidió por buscar primero a Charlie porque en aquella casa había una indecente cantidad de personas y tanto Nick como él solían pasar desapercibidos. Solo se le presentaba un problema y era que siendo domingo, posiblemente nadie, salvo la señora Facelli, habría despertado aún; a pesar de lo anterior, Jack igual siguió hacia allá porque la casa de los Aliano estaba descartada, allí casi no quedaba nadie y Giovanni que lo detestaba y suponiendo que ya estuviese despierto, lo echaría a patadas.
Tal y como había supuesto, la madre de Charlie estaba en la cocina, que era el lugar por el que solían entrar. La mujer lo saludó como siempre y sin preguntar qué hacía allí tan temprano, así como no dijo nada cuando él siguió hacia las escaleras que conducían a la habitación de Charlie. Éste compartía la estancia con dos de sus hermanos, pero Jack sabía cuál era su cama y caminó hacia ella sacudiendo el hombro de su amigo.
Aunque lógicamente, Jack ya conocía muchas palabras y expresiones en italiano, le parecía un idioma muy complicado y le fastidiaba mucho que Charlie, más que Nick, lo utilizase tanto.
Como Charlie aún estaba medio dormido, al escuchar la palabra problema, asumió que se trataría de alguno de los deberes que les dejaban en la escuela o que Jack se había peleado con alguna maestra, y como esas cosas quien las resolvía era Nick, de allí su comentario.
Siendo que ya Charlie comenzaba a estar más lúcido, miró al chico con atención, porque también sabía que los problemas de Jack eran muchas cosas pero nunca eran pequeños. Al mirarlo mejor, notó que estaba empapado, así que sin duda el necio aquel había decidido dar uno de sus paseos bajo la lluvia, algo no muy extraño en él aunque lo era a aquella hora.
Después de eso se dirigió al armario, sacó unas prendas para él y le lanzó otras a Jack.
Mientras se cambiaba, Jack pensó con tristeza que igual no estaría aunque Nick ciertamente no podría matarlo. Un momento después bajaron y en cuanto la madre de Charlie los vio, les sirvió dos tazas con leche caliente.