Acorde del Corazón (libro 3. породица)

Cap. 33 En casa

 

Como convencer a alguien que está en perfecto dominio de sus facultades de no haber visto lo que vio, es una tarea inútil, Marco ni siquiera lo intentó y lo que sí hizo fue darse mucha prisa en sacar a Giovanni del hospital antes de que saliese del estado de shock que le había producido ver a Isabella besando a Jarko. Mientras se preparaba para la explosión, iba pensando en la pésima posición que había colocado la chica a aquel infeliz, que por decir lo menos era potencialmente peligrosa. Como iba inmerso en sus penamientos, se sobresaltó igual que el chofer al escuchar la exclamación de Giovanni.

  • ¡Voy a matar a ese hijo de perra!
  • Giovanni…
  • Si esa basura piensa que puede llevarse a una hija mía a la cama…

Durante todo el tiempo que demoraron en el trayecto hasta su casa y aún mucho más, Marco escuchó sin posibilidad de decir nada, cómo Giovanni vomitaba todo su venenoso odio sobre aquel desichado, de modo que Marco no habría dado ni un penique por la cabeza de Jarko Vlasic.

 

Entre tanto en el hospital y si bien al momento de los hechos Charlie había cerrado los ojos con resignación porque sabiendo lo que sabía, estaba seguro del daño que aquello iba a hacerle a Jack; Donatello que no tenía la misma seguridad de Charlie, pero que desde navidad albergaba fuertes sospechas con respecto a los sentimientos de Jarko por su hermana, se limitó a juntar las cejas; mientras que Nick que de los tres era el único que parecía ciego al asunto, tenía una sonrisa muy Aliano en sus labios, y siendo que ciertamente no estaba en el conmocionado estado en el que se había marchado Giovanni, fue el primero en hablar.

  • Excelente actuación, enana – dijo cerrando la puerta
  • Hay que ver la suerte horrenda que nos tocó – dijo ella soltando a Jack
  • Tienes que verle el lado positivo
  • ¿Tener a un cretino como ese de padre, tiene un lado positivo?
  • Claro, si no fuésemos hijos suyos, no seríamos hermanos
  • Y ahora me dirás que de no er así, me habrías cortado la garganta cuando nos conocimos ¿no?
  • Exacto
  • Ni siquiera lo sabías entonces, necio – pero se olvidó de él y miró a los otros – ¿Y ustedes qué? Parece que hubiesen visto algo monstruoso, y aunque pienso que sin duda él lo es, no es para tanto – pero como ellos seguían más o menos igual, le dio un empujón a Jack – ¡Ey! No tengo una enfermedad contagiosa, así que quita esa cara de susto – y luego agregó con una sonrisa burlona – ¿Tienes miedo de que te arrastre al altar, Jarko?

Nick rio en forma escandalosa mientras que Charlie pensaba que lo de Jack no era miedo precisamente, y suponiendo que aquello hubiese sido posible, en realidad ella estaría haciendo su sueño realidad.

  • Vamos hombre – le dijo  Nick palmeándole un hombro – la enana no tiene tan mal gusto, quizá no tenga mucha experiencia en eso de escoger chicos debido a que hasta hace poco ella fingía ser uno, pero…
  • ¡Óyeme! – lo interrumpió ella – Quizá no tenga la experiencia, pero no soy estúpida, y si alguna vez tuviese la necia idea de amarrarme a algún individuo, sin duda sería uno como este – dijo señalando a Jack
  • Veamos, enana – dijo Nick con voz doctoral – tú  sabes la clase de joya que es nuestro Jack, y ni siquiera es su culpa, las chicas lo persiguen como si…
  • La ventaja en este caso – lo interrumpió ella – es que él sabe lo mal que le iría si tuviese esa clase de ideas ¿no es cierto mi amor? – le preguntó exhibiendo la sonrisa que parecía la única herencia que compartían entre todos de su cuestionado progenitor
  • Ya basta ustedes dos – dijo Donatello
  • Uyyy, habló el hermano mayor – dijo Nick en tono burlón
  • ¿Crees que estemos en problemas, Nick? – preguntó ella en el mismo tono – Tal vez nos envíe a la cama sin cenar – agregó y los dos rieron
  • En ese caso…
  • ¡Nicola! – exclamó Donatello y ellos rieron con más ganas
  • A ver Jarko, se buen chico y tráenos café – le dijo Jessse mientras lo empujaba hacia la puerta

Charlie decidió ir con él, porque en su opinión aquel infeliz seguía en la luna y terminaría Dios sabía dónde si lo dejaba solo. Apenas salieron, lo arrastró hacia el aparcamiento, abrió el auto, extrajo una botella y lo volvió a cerrar devolviéndose a continuación hacia el edificio y dirigiéndoe hacia la cafetería; saludó a uno de los empelados y pidió dos cafés. En cuanto se los llevaron, vació un chorro del contenido de la botella en la taza de Jack y luego lo sacudió.

  • ¡Jack!

Cuando el chico giró la cabeza aun con la mirada perdida, Charlie lo hizo beberse el café, y al segundo siguiente de haber pasado el primer trago, estaba escupiendo el contenido.

  • ¿Qué sucede contigo? – le gritó a Charlie – Ni siquiera he desayunado, imbécil

Charlie sabía que aquella no era la mejor de las ideas, porque desde que Jack había tenido su problema con las drogas, por algún motivo que ellos jamás entendieron pero que suponían tenía que deberse a lo sucedido, su estómago no volvió a ser el mismo, de manera que si bien Jack bebía, no lo hacía del mismo modo indiscriminado que cualquier chico de su edad y ciertamente si no había comido algo, comenzaba a devolver casi de manera inmediata.

  • Me alegra que estés de vuelta – dijo Charlie alcanzándole una servilleta
  • ¿Acaso quieres matarme?
  • Yo diría que quien quiere hacerlo es otro, pero eso no viene al caso, lo importante es que estás de vuelta, porque ya pensaba que tendría que llevarte al piso de psiquiatría
  • ¿De qué hablas? – preguntó aún con ira, pero Charlie no contestó y espero un momento a que él se ubicara y lo hizo con extraordinaria rapidez
  • ¡Oh por Dios! – exclamó – ¿Me besó?
  • Aja, pero te das cuenta que en realidad…
  • ¡Me besó! – exclamó interrumpiéndolo
  • La verdad no creo que eso pueda ser llamado beso, y de hecho dudo que ella tenga idea de cómo dar uno teniendo en cuenta que hasta hace algo más de un año, era un chico – pero como Jack seguía exhibiendo una sonrisa estúpida, Charlie agregó – ¡Ey! ¿Te das cuenta que eso fue… puro teatro, no?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.